Uno de los problemas serios que tiene el estado de Veracruz es la recolección de basura. Este es el caso, por ejemplo, de la propia capital del estado, donde debido a la creciente población, los rellenos sanitarios han llegado a su máxima capacidad.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía -INEGI-, en el estado de Veracruz se recolectan, mediante vehículos, tres millones de kilogramos de basura de manera diaria. Existen 138 depósitos de basura, de los cuales 18 son rellenos sanitarios, y 120 son tiraderos a cielo abierto, lo que implica que sean liberados gases tóxicos sin ninguna barrera sanitaria.
Animales muertos, basura orgánica e inorgánica que generan empresas comerciales e instituciones, desechos farmacéuticos y quirúrgicos provenientes de clínicas y hospitales, desechos del procesamiento de las industrias, son parte de la basura que a diario producimos los veracruzanos, aunada a la falta de equipo de los ayuntamientos para brindar el servicio de recolección y manejo de la misma.
Recoger la basura es un problema del Estado, pero no ensuciar la ciudad y mantenerla limpia es una obligación de todos. Hay que trabajar mucho en la educación ciudadana para enseñarle a la gente que la basura puede ser, además de un problema social, un asunto de dignidad personal.
De no tomar cartas en el asunto de la recolección y el tratamiento de la basura, traerá consigo impactos en la salud pública, así como contaminación del suelo, de las aguas subterráneas y del aire.