La Reforma Energética y Pemex
Al ritmo actual de explotación y consumo global de petróleo, éste se acabará en un futuro cercano. Es hora de pensar seriamente en la transición energética para reducir el consumo de hidrocarburos fósiles y buscar su sustitución por otras fuentes de energía alternativas, limpias y no contaminantes. La sustentabilidad es una tarea que estamos descuidando, y en consecuencia, estamos hipotecando el bienestar de las futuras generaciones de mexicanos.
Ante la reforma energética que perfilan el Ejecutivo Federal y los partidos que suscriben el llamado “Pacto por México”, y que afecta a Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa paraestatal más importante para el desarrollo de la economía nacional, Movimiento Ciudadano, con apego a nuestra Declaración de Principios, nuestro Programa de Acción y a los valores doctrinarios de la Socialdemocracia, afirma:
- SÍ a la necesaria modernización de Pemex con apego a la Constitución. NO a su privatización. El petróleo es y debe seguir siendo patrimonio de la Nación.
- La reforma energética debe abrirse a un debate de amplia participación social. El pueblo tiene derecho a decidir soberanamente su destino y debe ser escuchado y, por lo tanto, consultado.
- Se debaten dos objetivos opuestos: el de soberanía con dignidad, igualdad y bienestar que impulsa Movimiento Ciudadano, o el de la subordinación a intereses particulares.
- Pemex no puede seguir siendo la caja chica del Gobierno Federal. Su régimen fiscal debe ser modificado para que reciba el mismo trato que se da a cualquier empresa productiva del Estado.
- Es necesario brindarle a Pemex autonomía presupuestal y de gestión, así como fortalecer a la Secretaría de Energía y a la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
- La autonomía de Pemex significa que no se sujete la empresa al presupuesto federal anualizado, sino que su Consejo de Administración regule las operaciones del organismo bajo el mandato del Estado.
- En la necesaria reestructuración administrativa de Pemex, la empresa debe disponer de sus propios recursos y destinar los excedentes a la inversión productiva para hacerla competitiva.
- Es imperativo contribuir a aumentar la reserva petrolera probada con inversiones en investigación y desarrollo a mediano y largo plazo. De hecho, las reservas, de casi 14 mil millones de barriles, se agotarán en diez años si no actuamos.
- Ni la autonomía presupuestal ni la de gestión requieren cambios constitucionales. La reforma energética debe mantener la rectoría del Estado en el sector de la industria petrolera tal y como lo contempla la Constitución.
- Hace años que no hay restricciones para la inversión privada en la cadena petroquímica, que es la que incorpora valor agregado a los productos del petróleo.
- Se debe aprovechar ese marco legal para impulsar una política de industrialización que desarrolle la petroquímica mediante estímulos o más inversión pública.
- Fuente legítima de todo poder y de ingresos públicos, a la ciudadanía se le debe garantizar acceso equitativo a los energéticos mediante tarifas y subsidios justos. Se debe combatir la pobreza energética.