12 de agosto, 2013
- El sistema financiero del país está fracasando día a día en reactivar nuestra economía, y los usuarios de los servicios financieros, es decir, los ciudadanos, pagan el mayor costo de esto. Se requiere un compromiso legislativo para que la reforma no dañe la dignidad, la economía familiar y el bienestar de los mexicanos.
- Es necesario balancear los derechos de los ciudadanos con los excesivos derechos de las instituciones financieras. Dicho con claridad, la iniciativa defiende los derechos corporativos sobre los derechos de la sociedad. Esta asimetría deberá ser corregida.
- La reforma debe regular la especulación bancaria y bursátil, y apoyar a la clase media y de bajos ingresos que hoy tiene un crédito caro y escaso.
- Si se quiere reactivar la economía a través del crédito, se deberá transformar el modelo económico.
- La economía no crece, hay mínima creación de empleos y se deteriora la calidad de vida de los ciudadanos. La reforma financiera no tiene vocación para combatir estos males.
- Se requieren más empleos con mejores salarios, no fortalecer los derechos de los bancos de cobrar más interés de forma leonina.
- El país requiere mecanismos financieros que garanticen una mejor distribución del ingreso y, sobre todo, de oportunidades con impacto efectivo en el bienestar de la población.
- Se debe impulsar una dinámica que aumente los ingresos de individuos y empresas para asegurar el reembolso de los créditos.
- La reforma no contribuye a la capacidad de pago de los usuarios, otorga más derechos a las instituciones financieras para recuperar los préstamos.
- La reforma propuesta, con sus nuevas regulaciones, intenta instrumentar acciones en detrimento del usuario de los servicios financieros.
- La reforma está diseñada para apoyar a los bancos grandes y garantizarles un pago oportuno de los intereses y del principal.
- La reforma delinea un endurecimiento de garantías de pago para los consumidores y hace más difíciles los requisitos y condiciones para acceder al crédito.
- Se refuerzan figuras penales que garantizan a los bancos la recuperación del valor de su crédito. Esto viola los derechos humanos fundamentales consagrados en la Constitución.
- Se dice que se fortalece a la Condusef, pero no se establecen mecanismos claros que sancionen los abusos de los bancos.
- La historia demuestra que los grandes rescates financieros se llevan a cabo a expensas de la calidad de vida de la sociedad.
- La iniciativa no fomenta la competencia equilibrada en el sector financiero, sobre todo entre grandes instituciones extranjeras y las instituciones financieras mexicanas medianas y pequeñas, para reducir las tasas de interés.
- Es necesario que las instituciones financieras nacionales tengan acceso a un fondeo más competitivo como el que la Banca de Desarrollo brinda a los bancos extranjeros, y así ofrecer servicios y productos más baratos a los usuarios.
- La piedra angular de la economía es el derecho al trabajo y al salario justo. De eso no habla la iniciativa. Se legisla a favor de los bancos y contra los ciudadanos.
- Se busca consolidar la protección del dinero de los grandes corporativos en detrimento del bienestar ciudadano. Por supuesto que, bajo esta reforma, el crédito no crecería en un mercado altamente monopólico.
Sobre las instituciones financieras y el sistema financiero mexicano:
- La reforma que se perfila es más una MISCELÁNEA bancaria y NO una REFORMA FINANCIERA INTEGRAL PROGRESISTA a favor de México.
- La reforma ignora el alto interés nacional de consolidar un sistema financiero incluyente, con jugadores mexicanos, pues privilegia una visión de trato de iguales entre desiguales sin tomar en cuenta las asimetrías existentes en el mercado.
- Tal parece que está diseñada para favorecer solo a algunos bancos a expensas del desarrollo y crecimiento de las instituciones financieras mexicanas y de los usuarios del sistema.
- A México le urge la consolidación del sistema financiero de modo que responda a las necesidades de desarrollo y crecimiento de la nación.
- Están en juego la prosperidad, los ahorros y el patrimonio de millones de mexicanos. Por lo tanto, están en juego el bienestar y el futuro de México.
- Los que hicieron el proyecto de reforma financiera demuestran tristemente un culto a los bancos extranjeros y no a la consolidación de un sistema financiero de entidades nacionales comprometidas con México y los mexicanos.
- La reforma financiera no supedita los intereses del sistema financiero a los intereses de México. Por el contrario, los alinea a la banca oligopólica extranjera.
- Muchas experiencias internacionales demuestran que es innecesario entregar el sistema financiero a manos extranjeras para fortalecer un proyecto de país.
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