Plática con Rocío López, encargada de cafetería
“Los únicos que están bien son los diputados; para nosotros no hay un trabajo como el de ellos”.
¿Sacaste lo luchona de tu mamá?
Sí. Porque nosotros fuimos muy pobres, vivíamos en un cuartito del tamaño de un baño y era de pura tierra; teníamos una mesita de madera y dormíamos en cartones porque mi mamá era madre soltera y aparte tenía una discapacidad que le dejó una embolia. Trabajaba en una casa en el día y en la tarde se iba a vender dulces en el mercado; tenía de dónde aprender (ríe).
Las mujeres somos las mejores. Para mí, las mujeres somos más luchonas que los hombres, tenemos más responsabilidades y tomamos más las riendas.
Empecé a trabajar en una casa desde los siete años de edad; tenía que estar levantada a las siete de la mañana, hacía el quehacer y me llevaban a una accesoria; cerrábamos a las ocho de la noche y ya era cuando me podía ir a mi casa. De ahí no he parado.
¿Hay empleo?
Yo soy de las que digo: sí hay trabajo, pero es muy explotado, son más de ocho horas. Los únicos que están bien son los diputados; para nosotros no hay un trabajo como el de ellos que tienen vacaciones, primas y un buen salario, para nosotros no hay eso.
Como ciudadanos, nosotros hemos dejado que crezca eso por la corrupción; no ponemos de nuestra parte para que sobresalga el país, nos vamos hundiendo más y más, buscamos las formas fáciles de ganar el dinero.
¿Vives mejor ahora?
Vivo mejor que cuando vivía con mi mamá. Yo les doy a mis hijos lo poco que puedo, no me gustaría que pasen por lo mismo que yo pasé; por eso me salí de la escuela, mi mamá no tenía dinero, me salí de la secundaria y me metí a trabajar. Mi esposo también trabaja y aun así no alcanza.
Eres un ejemplo de mujer trabajadora.
Y juego fútbol, cada ocho días; no entreno ni nada, pero juego bien. Estoy en una liga en el Deportivo Xochimilco. Les inculco a mis hijos el amor por el deporte, toda mi familia juega ahí. Mi hija me acompaña cuando es liga libre, ella juega desde muy chiquita. Yo empecé a jugar a los 20 años.
Fotografía por: Hazel Alfaro