Bien se dice, y con verdad se habla, cuando se afirma la generosidad de nuestro pueblo; tal es el caso de dos mujeres de la tercera edad, Doña Sofía y Doña Esther Martínez Mata, a quienes la comunidad de su colonia quieren y respetan.
La virtud que practican es en apariencia sencilla, pero de enorme trascendencia. La heredaron de sus padres y hoy la continúan como una tradición familiar, sin importar su situación económica. Año con año, el primer domingo del mes de julio, ofrecen gratuita y gustosamente alimentos a los aproximadamente 300 peregrinos que vienen de otras colonias y barrios a ofrecer flores, veladoras y oraciones al Cristo de los Prodigios, en el santuario que se ubica en las calles de Zempoala y Eje 5 Sur (Eugenia).
Los comensales ayudan a poner los tablones que sirven de mesa, la mantelería de retazos de tela, platos y vasos de unicel, las jarras de agua de diversos sabores y colores adornan las mesas. Es ahí donde inicia el anecdotario popular de añoranzas de quienes ya no están, pero que con su esfuerzo y trabajo edificaron y poblaron la colonia Vértiz Narvarte.
La Fundación México con Valores de Movimiento Ciudadano encontró en Sofía y Esther, los valores necesarios para hacerlas acreedoras a su reconocimiento ciudadano por sus valores altruistas y respeto por las tradiciones en el ámbito de su comunidad.
Al recibir esta distinción, Esther y Sofía quedaron gratamente sorprendidas y nos confirmaron su voluntad de seguir con esta tradición con el amor y esmero de siempre. Con el aplauso de los presentes y sus felicitaciones, la Fundación concluyó la ceremonia de reconocimientos.