Pedaleando en el triciclo callejero

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Andrés Treviño

Entrevista con Alejandro Preisser, compositor de Triciclo Circus Band

“El punto mágico para nosotros fue la calle”

¿Tú eres de aquí del barrio?

Sí, de aquí de la “Moctezbueno”, he vivido casi toda mi vida por acá. También el baterista de la banda, el Agustín ha vivido acá en la Moctezuma, por la zona de San Lázaro.

entrevista-triciclo-circus-band-001¿Por qué se visten de payasos, de quién fue la idea?

Nos vestimos de payasos por azares del destino, porque nuestro primer escenario fue la calle. A mí se me ocurrió llevar una nariz de payaso. Nada más. La música se presta para jugar, para interactuar con las personas. Creo que era importante tener algo característico.

Nos pusimos la nariz de payaso y en ese momento se empezó a acercar más gente. Entonces compramos pinturas y nos pusimos a hacer payasadas. En realidad no fue algo planeado, sino pura chiripa.

No te imaginaste lo que iba a pasar.

¡No, pus cuál! ¡Nunca! Yo pensé en hacerlo para divertirnos y para desinhibirnos, porque con la nariz de payaso te desinhibes mucho. No es lo mismo que estés vestido normal a que tengas una nariz. A lo mejor no le vas a caer bien a todo mundo, pero por lo menos dicen, “ahí va un payaso, alguien que es un personaje. No es una persona común.”

¿Y siguen tocando en las calles?

Sí, seguimos tocando. Ahorita no por las lluvias, o por las manifestaciones, o porque a veces los policías no te dejan. Sin embargo, hemos tratado de no perder esa onda. Nos ayuda mucho a improvisar, es como un laboratorio. Si la riegas en el escenario se nota, pero si la riegas en la calle nadie se da cuenta, no importa, no hay alguien que te esté pagando por el show.

¿En dónde se ponen?

Antes nos poníamos en Motolinía y Madero; pero ahí ha habido varios problemas con los policías. Una vez hasta nos metieron al bote porque no nos dejaban tocar y aún así lo hicimos… un relajo. Pero ahora hacemos el show enfrente del MUNAL, donde está El Caballito. Como nos ponemos en domingo, mucha gente va al museo y se queda a vernos.

¿Cuál ha sido tu formación y la de los músicos de Triciclo?

Casi todos estudiaron música. Cada quien tenía sus ondas, otras bandas, varios tocaban reggae, o hasta duranguense, unos hacían ensambles de música clásica.

Yo tuve bandas de alternativo y de rock. También me dediqué a componer música para cine, teatro y danza contemporánea. Estudié en la Escuela Nacional de Música y luego en la Escuela Superior de Música.

Háblanos un poco de las influencias de Triciclo.

Cada integrante de Triciclo tiene un estilo propio, influencias de muchas fuentes. Los nueve somos diferentes, pero el Triciclo está más de mi lado, porque yo compongo las rolas. Escucho música folklórica de muchas partes del mundo, tangos, polkas, tarantelas, cosas de aquí de México, oaxaqueñas, son jarocho, cosas cubanas, balcánicas, gitanas, y mucha música clásica. También me gusta la música del cine: Danny Elfman, Michael Nyman, uno que se parece mucho a mi apellido que es Preisner, obviamente Yann Tiersen y Phillip Glass.

La música de Triciclo se me hace como para cerrar los ojos e imaginarte cosas. Me gusta mucho esa idea.

¿Cómo les va en ventas, ahora que ya no son completamente callejeros?

Tenemos un disco que se llama No corro, no grito, no empujo. Salió en noviembre del año pasado. No tenemos las cifras de las ventas, pero ya tenemos vendidos alrededor de cuatro mil discos, algo así, que no está nada mal. No sé si Shakira venda muchísimo más (Ríe).

¿Y qué opinas de la industria disquera y su interminable lucha contra la piratería?

(Ríe) Pues está canijo, ¿no?, ganarle a la piratería. Aunque suene también contradictorio, la piratería te ayuda a difundir tu música, porque hay gente que no puede pagar tu disco. A los fans y a la gente que realmente le apasiona tener discos pues sí los compra; pero sacar un disco está difícil para mucha gente ya no tienes tanto mercado. Siento que las disqueras necesitan darle un cambio radical a la forma de vender su producto.

La pregunta del millón ¿cómo le hace una banda joven para tener éxito, sobre todo si no tienen un sonido convencional y no están auspiciados por los monopolios masivos de comunicación?

Lo primero es fe y tolerancia. Nosotros nos impulsamos solitos. El punto mágico para nosotros fue la calle. Ahí nos conoció muchísima gente. Los medios nos buscaron. Fuera de payasada, los medios nos quieren, son muy cálidos con nosotros.

Para una banda joven lo importante es tocar y tocar y tocar en todos lados para llegar a difundirse. Poquito a poquito se va dando. Tampoco me gustaría tener una banda con la que de pronto te plantas en un escenario y ya eres famoso, porque esas bandas son muy producidas, muy prefabricadas. Así como nacen así se pierden.

Lo que nos gusta a los músicos es tocar, no ser famosos; bueno, desde mi punto de vista. A mí, lo que me gusta es difundir mi música y seguir tocando. Si de repente creces y te dedicas a esto y cumples tu sueño, qué chido, pero si no, pues no te derrotes y no pierdas el equilibrio. Es padre hacer las cosas porque te nacen y disfrutarlas al máximo, aunque no llegues a tener todo en la vida.