El agua es fundamental para la vida. Desde el punto de vista de la biosfera, los ríos constituyen un importante acceso al agua potable y son el hábitat de innumerables especies. Pero cuando son utilizados como sumideros para los desechos urbanos se convierten en un problema de salud.
Los ríos son capaces de regenerarse por sí mismos; sin embargo, frecuentemente las descargas de agua contaminada superan su capacidad de recuperación y los ríos se deterioran.
Alejandro de la Madrid Trueba, presidente de la fundación Salvemos el Agua, reconoció que los ríos de Veracruz son los más contaminados del país y el problema cada vez se agudiza más, siendo Poza Rica y Cazones los dos ríos más contaminados del estado; seguidos por el Pánuco, Coatzacoalcos y el Río Blanco.
En Xalapa, ríos como Sedeño, Carneros, Papas, Sordo, Castillo y Coapexpan, rebasan hasta en mil veces los valores máximos de contaminación aceptados internacionalmente para el uso recreativo, representando un foco de infección.
Entre las problemáticas que son causa de este deterioro están el crecimiento de la población en las ciudades y el mayor volumen de desperdicios orgánicos y químicos, éstos últimos como consecuencia del desarrollo industrial.
Cuando las aguas pierden su composición natural, afectan tanto a la fauna y flora, como a los habitantes que las consumen, por lo que es necesario que la población y las autoridades tomen conciencia al respecto. Luchar por la protección de los ríos es, sin lugar a dudas, una obligación de todos.