Entrevista con la Doctora Olga Shevakina
Tras la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos quedó como única superpotencia mundial. No obstante, ahora comenzamos a ver que la Federación Rusa se opone con mayor decisión a la voluntad de Washington, le da asilo político a Edward Snowden y frena el plan norteamericano de bombardear Siria. ¿A qué cree que se debe este cambio en la política exterior del Kremlin?
Se debe a dos factores: el incremento del balance comercial y el crecimiento de la industria militar rusa. El país empieza a ganar peso internacionalmente después del año 2000, con la llegada al poder de Vladimir Putin. Su clara posición en las cuestiones políticas externas e internas indigna a la sociedad pro-americana, cuyo punto de vista se basa en su superioridad en el mundo.
Desde su punto de vista, ¿qué busca Estados Unidos apoyando a los rebeldes en Siria y qué busca la Federación Rusa apoyando al gobierno de Bashar Al-Asad?
Lo que quiere Rusia es una toma de decisiones equilibrada. Los intereses de los Estados Unidos en Siria son los mismos que perseguían en Irak, o en Libia: el derrocamiento del régimen y el aislamiento de Irán para privarlo de sus aliados principales.
El interés de Washington en Irán es geopolítico, es la salida del petróleo y el gas del Mar Caspio. Las fuerzas militares norteamericanas están presentes desde hace tiempo en el Golfo Pérsico. Pero se les oponen las fuerzas de Irán en el estrecho de Ormuz, por el cual se transporta hasta 40% de los suministros mundiales de petróleo.
En caso de conflicto, nadie sabe cómo acabaría. Teherán cuenta con el apoyo de Hamas en Palestina y en el Sinaí, Hezbollah en Líbano, el gobierno de Siria, los chiítas y kurdos en Irak, y diferentes grupos en Afganistán. En caso de guerra, un territorio desde África hasta Asia Central estaría involucrado.
La guerra afectaría los intereses de los países vecinos de Rusia con los que tiene relaciones de ayuda mutua. En la región de riesgo se encuentran todas las ex-repúblicas soviéticas de Asia Central y el Cáucaso del Norte. En caso de victoria, Estados Unidos recibiría no solo el acceso hacia los nuevos recursos, sino también el control de su transporte.
Con la caída de Siria e Irán, Rusia corre el riesgo de perder por completo su influencia en toda el Asia Central.
El haber llegado a una solución diplomática en vez de bombardear Siria, ¿se percibe dentro de Rusia como un triunfo sobre los Estados Unidos?
La solución diplomática a la que llegó el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para la Federación Rusa es el triunfo de su diplomacia. Es la primera vez en la historia contemporánea que se ha logrado disuadir a Estados Unidos de usar la fuerza militar. Ahora no les queda más que crear la idea de que la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad corresponde a su política hacia Damasco.
La posición de Putin hacia Siria está clara, tiene que aplicarse el derecho internacional y no el derecho del más fuerte. “Si un país que se cree invulnerable de manera unilateral va a atacar allí y allá, el orden y la importancia de la ONU se reducirán a cero. Será un golpe no solo para Siria sino para el orden mundial”, ha dicho Putin.
Recordando los acontecimientos en Libia, Rusia persistió en la resolución especial del Consejo de la Seguridad, lo que al final trasladó el proceso del plano de la fuerza al de la política, recordando a Estados Unidos el papel del Consejo de Seguridad en estos asuntos.
¿Siente que con el regreso de Putin como presidente ha habido un incremento de la “retórica antiestadounidense” en Rusia, como lo ha afirmado Barak Obama?
La carta abierta de Putin, publicada en el New York Times en septiembre de 2013, que puso en duda la superioridad de Estados Unidos, dio el motivo a Barak Obama para afirmar que se incrementó la “retórica antiestadounidense”, aunque no es así.
La promoción de la idea de superioridad de los Estados Unidos suena más que rara cuando Obama la promulga desde la Asamblea General de la ONU, donde reina el principio de la igualdad de todas las naciones.
Obama cree que en la solución de la crisis en Siria, el papel clave lo jugó la amenaza norteamericana de comenzar las acciones militares y no los esfuerzos de la diplomacia rusa. No obstante, el deseo de usar la fuerza militar como ya se hizo en Yugoslavia, Irak y Libia, socava la imagen de Barak Obama como el laureado Premio Nobel de la Paz.