Desgaste laboral, un problema de salud pública

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Andrés Treviño

¿Por qué se da el desgaste laboral?

Lo podemos entender, en términos muy simples, como que le estamos exigiendo a una maquinaria más rendimiento del que puede dar. Por ejemplo, cuando estamos ante mucho estrés por tiempos prolongados, gastamos demasiado el sistema que nos permite funcionar (nuestros neurotransmisores, receptores, etcétera), exactamente igual que si trajéramos un carro en una zona sin pavimento, en subida y con gasolina de mala calidad.

Pensemos en un individuo que vive muy lejos de su trabajo, con un tránsito pesado y desagradable como el de la Ciudad de México. ¿Cómo andan su sueldo y las prestaciones? ¿La empresa cumple lo que promete? ¿Qué tan frecuentemente toma vacaciones? Puede haber acuerdos totalmente negativos entre la empresa y el empleado, por ejemplo, que en lugar de tomar vacaciones, se las paguen. Hay gente que tiene cuatro o cinco años sin tomar vacaciones, lo cual es absurdo. O bien, gente con tal carga de trabajo que cuando llega a casa, abre la computadora y empieza a trabajar. Eso es nefasto.

Un factor muy importante es el doble mensaje, donde se le pide algo al empleado, pero si lo hace no se le reconoce, o se le reprocha y se le cambia la jugada: “Sí hiciste lo que se te pidió, pero agrégale tal, cámbiale esto, debiste haber hecho tal otra cosa”.

Todos estos factores van en contra del bienestar del empleado, y puede llegar un momento en que lo manifieste en forma de cansancio, tristeza, enojo, perdiendo las cosas, olvidando lo que tenía que hacer, etc.

entrevista-desgaste-laboral-000¿Cuáles son los síntomas de desgaste laboral que se presentan en el empleado?

Desde luego va a haber cansancio, que puede llegar a ser muy intenso, también insomnio, irritabilidad, tristeza, preocupación y disminuciones cognitivas. Algo que es muy importante: baja la memoria, baja la capacidad de concentración, la velocidad de pensamiento y la eficacia del pensamiento –por eficacia estamos entendiendo que sea capaz de llegar a metas, que entienda rápidamente lo que está haciendo–.

Puede haber algunos otros síntomas físicos, como dolores de cuerpo, sensación de debilidad, gastritis y colitis –el aparato digestivo es un órgano de choque común–. Puede haber también taquicardias, hormigueo, sudor de manos, y temblor.

¿Puede convertirse en un problema de salud mental?

Sí, claro. Vamos a pensar que la depresión, la angustia, los ataques de pánico, las obsesiones, las fobias, requieren una predisposición genética, pero unas malas condiciones laborales pueden precipitar o detonar esa predisposición y convertirla en una enfermedad real y evidente.

¿Cree que esto sea un problema de salud pública?

Definitivamente. Hay algunas medidas de higiene en el trabajo, pero no se aplican sistemáticamente, sobre todo en la vida diaria. Tendría que haber alguien en cada empresa encargado de evitar que se “reviente” a la gente. Yo lo veo, por ejemplo, en cuerpos de seguridad, donde los cambios de turno son una tontería. Están, por decir algo, tres meses en la mañana, tres en la tarde y tres en la noche, hasta que los enloquece el sistema vigilia-sueño.

¿Hay grupos sociales más propensos a este desgaste?

Es clásico en el ejecutivo, pero también en mandos medios de oficina que hacen trabajo rutinario y tedioso, que es al mismo tiempo muy vigilante. He tenido una serie de pacientes que trabajan en el Poder Judicial haciendo sentencias, sacando acuerdos, y es una cosa horriblemente cansada y rutinaria, y además muy exigente en cuanto a que no puede haber un error ortográfico, faltar una coma, todo tiene que ser muy exacto.

¿Y por ejemplo en las mujeres, que muchas veces tienen que hacer dobles jornadas?

Eso es terrible. La mujer trabajadora o ejecutiva que llega a hacer la comida, a hacer las camas, el aseo de la casa y a revisar la tarea de los niños. Y dice uno, “¿esta mujer a qué horas duerme?” El desgaste puede ser verdaderamente brutal.

¿Cómo puede uno identificar los síntomas del desgaste laboral?

Cuando el individuo ya no está durmiendo adecuadamente, se siente cansado, aburrido, está teniendo estallidos de cólera. Sobre todo, se debe vigilar la hora de la mañana, si se levanta mareado, no ve bien, está como torpe, adolorido de la espalda, o siente que durmió chueco porque le duele el cuello.

¿Qué puede hacer uno para prevenir el desgaste laboral?

Para empezar, cosas que pueden parecer muy bobas o prosaicas, como que mi hora de comida sea siempre fija, o que tenga tiempo de ir al baño. También, tratar de corregir situaciones como trabajar menos horas, o buscar un medio de transporte más eficiente –puede ser, por ejemplo, que tome menos tiempo llegar al trabajo en transporte público que en carro propio, aparte de que no se tiene que batallar para estacionarlo-. Y si ya aparecen síntomas, se debe acudir al médico lo más pronto posible.