Entrevista con el Dr. Carlos Gay García
El sistema financiero que hizo crisis en 2008 y 2009 es el mismo sistema por el cual el clima está haciendo crisis.
Para comenzar, por qué no nos explica a qué se le llama cambio climático y si es lo mismo que calentamiento global.
De cierta manera se pueden tomar como sinónimos. El calentamiento global se está produciendo a partir de los gases de efecto invernadero que se están emitiendo a la atmósfera.
El efecto invernadero es un fenómeno natural. Normalmente, la radiación solar llega a la superficie del planeta, que refleja una parte de ella que es absorbida en la atmósfera por los gases de efecto invernadero. Bióxido de carbono, metano, vapor de agua, óxido nitroso, ozono, son gases muy eficientes para absorber el calor. Pero estos gases dejan escapar algo de la radiación reflejada. La Tierra necesita mantener un balance, si no se calentaría para siempre.
No me gusta hablar de cambio climático como la “cobija planetaria”, pero sí, hace un poco ese efecto, guarda el calor. Si uno hace la cobija más gruesa se conserva más calor.
Existen muchos factores que determinan el clima, algunos tienen que ver con ciclos de miles de años, y otros con oscilaciones cortas, como los fenómenos de El Niño y La Niña, o incluso, el ciclo día y noche. Llevado al día a día, hablamos del estado del tiempo. Pero en el largo plazo, todas las variaciones naturales producen un promedio. Este promedio es el clima de cada región.
Lo que nos pasa actualmente es que el promedio de hace 30 años, no es el promedio actual, ni va a ser el promedio dentro de 30 años más. Esto es lo que llamamos el cambio climático. La temperatura está aumentando, básicamente, desde el año 1800. La temperatura promedio del planeta ahora es 0.8°C más alta que hace 100 años.
Una forma lógica de explicar este aumento es que los gases de efecto invernadero están cambiando la atmósfera terrestre. El bióxido de carbono a principios de siglo estaba en 300 partes por millón. Ahora está en 400 partes por millón. No cuesta trabajo llegar a la conclusión de que esto se está calentando porque le estamos echando a la atmósfera algo extra que antes no tenía.
Por lo tanto, el aumento de temperatura actual se lo podemos achacar a la actividad humana.
Todo tiene que ver con el cambio climático, estamos metidos en él. Lo vamos a ver en el número e intensidad de los huracanes, de las sequías y de las ondas de calor y frío. Todos los fenómenos que vemos ahora ya son parte de este proceso.
A fin de cuentas, la física trata de llevarnos a un estado de equilibrio. Si yo caliento mucho aquí y está frío acá, las temperaturas tratan de emparejarse. La Tierra va buscando equilibrios. Al cambiar la temperatura del planeta se están cambiando los balances de energía básicos. Quiere decir que todo lo demás va a cambiar.
“Manuel”, “Ingrid”, “Haiyan”, “Irene” y “Sandy” en Nueva York, incendios forestales en California, la sequía terrible en el norte del país y el sur de Texas, son eventos que están ligados al calentamiento global.
Huracanes siempre ha habido. Lo que estamos haciendo es añadir energía al sistema, entonces, los fenómenos se vuelven más extremos. ¿Es cambio climático? No, es estado del tiempo. Pero ese estado del tiempo está dándose en un clima diferente.
Si el planeta se vuelve más caliente, va a tener más agua la atmósfera y el ciclo hidrológico se va a intensificar. Eso se manifiesta con huracanes, lluvias intensas, sequías intensas.
Tenemos que admitir que no lo entendemos todo, pero hay muchas cosas básicas que sí entendemos bien. Esto para atajar la idea de quienes niegan el cambio climático. El que no entendamos algunas cosas, no quiere decir que no entendamos nada. Como se van presentando las cosas, cada vez nos afirma más en la convicción de que posiblemente empeoren.
Sí, las regiones intertropicales (entre el Trópico de Cáncer y el de Capricornio). Lo que estamos viendo, pero es una regla que tendremos que comprobar, es que donde llueve mucho va a llover más y donde llueve poco, va a llover menos. Es como una regla general, que no quiere decir que en todos lados se cumpla.
Mientras algunos modelos para México nos dicen que va a llover más, otros nos dicen que va a llover menos. Sin embargo, todas estas incertidumbres no son excusa para que los políticos digan: “No se sabe nada, pues no va a pasar nada y yo me hago guaje”. Esa justificación no es válida.
Sí, ya hay estimaciones, por ejemplo, de las aseguradoras. Hoy día nos estamos gastando mucho más dinero por causa de eventos extraordinarios de lo que gastábamos en el pasado. Esto ya lo hemos visto, no es una especulación.
Depende mucho de qué tan preparado esté el país para enfrentar los eventos. Si se tiene un buen sistema de alerta temprana, por ejemplo, se va a poder actuar con tiempo, y si detrás de un fenómeno meteorológico viene otro, pues también se alerta. Pero si no hay alerta, me va a pegar uno y luego me va a pegar el siguiente y el siguiente, y todos van a ser desastres. Hay que adaptarse y prepararse ante el cambio climático.
El Protocolo de Kyoto trata de controlar las sustancias que afectan al clima. Estableció cantidades que los países se comprometían a reducir. Lo malo es que varios países se salieron a la primera oportunidad: Canadá, Rusia y Japón, por ejemplo. Estados Unidos nunca entró.
En el Protocolo de Kyoto, los países que tienen compromisos de reducción son los desarrollados o con economía en transición, o sea los ex U.R.S.S. El resto, no tienen compromisos cuantitativos. Dentro de esos países está China, a la cual Estados Unidos considera su principal competidor económico.Pero yo creo que, en el contexto general, es puro cuento, porque de alguna manera, dentro de las cosas que se manejan en el contexto de la reducción de gases de efecto invernadero, se abre un nuevo universo para la competencia, desde la perspectiva de la innovación, la inventiva, el comercio y de nuevos mercados, se abre un universo enorme donde la gente puede seguir haciendo dinero. Pero no va a poder seguir estando aparejado el crecimiento económico al crecimiento de las emisiones de bióxido de carbono, como ocurre en este momento.
El planeta tiene que seguir desarrollándose, sacar gente de la pobreza, brindarles educación, techo, comida y salud. A eso no se puede renunciar. ¿Cómo le puedes pedir a los indios, que son 1,300 millones de habitantes, y de esos, mil millones son pobres, que frenen su crecimiento? Tiene que haber una transferencia neta, bajo otro esquema financiero.
El sistema financiero que hizo crisis en el 2008 y 2009 es el mismo sistema por el cual el clima está haciendo crisis. O sea, el mismo sistema no nos va a sacar de la bronca, nos va a meter en una cosa cíclica, como le pasa al sistema financiero. Tenemos que salir de esa lógica absurda.
No sé cuánto, pero en modelos que hemos desarrollado, vamos a estar rebasando 1°C extra de temperatura global en unos 7 u 8 años, y si no hacemos nada, en el año 2030 estaremos llegando a los 2°C extras.
A nivel individual, usar los recursos mucho más eficientemente, reducir la producción de basura, el consumo de agua, ser cuidadoso con la luz, comprar el coche que te da más kilómetros por litro aunque estés sacrificando tamaño y potencia. La gente tiene que hacerse cargo del problema y asumir que algo va a tener que cambiar.
Si el gobierno quiere que, por ejemplo, ahorremos gas, que ponga los calentadores solares a crédito. No me exijas que me gaste 8 mil pesos en un calentador solar, si puedo comprar uno de gas en 3 mil. Ayúdame, crea fideicomisos, créditos para comprar bicicletas, financiamiento para focos ahorradores. Aquí, en la Ciudad de México, ¿quién se va a comprar un coche eléctrico? Son coches de lujo. Pero si quieres que el taxista se compre un híbrido, pónselo de forma que lo pueda comprar.
Si seguimos necios en CFE, en Pemex, en sacar y quemar petróleo, pues estamos fritos.
Evidentemente, porque están ahorrando en muchas otras cosas. A fin de cuentas al gobierno tiene que serle rentable, pero no tiene que ser rentable en tres días, o en cuatro meses, como si fuera un agiotista. El gobierno se lo puede prorratear en plazos más largos, puede pedir un préstamo al Banco Mundial a 30 ó 40 años y planear cómo lo va a pagar a partir de los ahorros que le va a producir.