¿Ciudad de la esperanza?

Plática con lavacoches Anónimo

Tania Rosas

Tania Rosas

“Los policías nos cazan como si fuéramos viles delincuentes.”

     El entrevistado tiene 35 años, se dedica a lavar y cuidar autos desde hace 19 años en una colonia de la delegación Benito Juárez del Distrito Federal. A petición suya, se mantendrá anónima su identidad por temor a represalias.
     Es de estatura baja, tez morena con pequeñas manchas cafés en el rostro; sus manos son pequeñas, resecas a causa del uso constante del detergente. Dependen de él su esposa y cuatro hijos de 18, 14, 12 y 9 años; gana entre 500 y 600 pesos a la semana. Siempre ha llevado una relación cordial con los vecinos, con quienes dice nunca haber tenido problemas. Está nervioso, juega con su franela, le sonrío como para relajarlo y me corresponde amable. Me dice que ha tenido problemas con la patrulla.

 

¿Por qué?

Por lavar coches en la vía pública. Algunos me piden dinero y otros me llevan a la delegación.

¿Son patrullas del Gobierno del D.F.? ¿De Seguridad Pública?

Sí, de Seguridad Pública.

¿Y el argumento para llevarlo es que está trabajando?

Por estar trabajando en la vía pública… por eso la patrulla nos trata como delincuentes.

¿Les da mordida para que no se lo lleven?

Sí, entre 30, 40 y 50 pesos. En la delegación están pidiendo arriba de 700 pesos por la multa. El juez nos dice que podemos salir con 200, 300 pesos, y ya nos dejan libres. El que no trae se lo llevan al “Torito”. Según lo que me han dicho, son trece horas de arresto.

Es decir, ¿han atrapado a varios, a otros lavacoches?

Sí.

¿Qué piensa usted?

Yo digo que está mal, porque deberían estar atrapando a los rateros, no a nosotros, que estamos trabajando honradamente; los policías nos están cazando como si fuéramos viles delincuentes.

Mientras que el ratero no se preocupa por los patrulleros, nosotros nos debemos cuidar de los policías. Lavamos los carros, los cuidamos y hasta cuidamos las casas de los vecinos porque la gente ya nos conoce, bueno, yo hablo por mí. Porque la gente ya me conoce.

Trabajo por mi familia para darles estudios a mis hijos, los estudios que yo no tuve. Quiero que mis hijos no sean iguales que yo, pero si el gobierno no nos deja trabajar, ¿cómo le vamos a hacer para seguir dándole los estudios a nuestros hijos?