“Alrededor de 38 millones de personas carece de derechohabiencia”
Es falso que el Seguro Popular garantice la cobertura universal de salud en México. A pesar de que el ex presidente, Felipe Calderón, afirmó que toda la población ya tenía acceso a este servicio, en términos reales esta condición es mentira, aseguró el Jefe del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Luis Durán-Arenas, en entrevista para El Ciudadano.
El 33.8 por ciento de la población, es decir, alrededor de 38 millones de personas no tienen acceso a la salud y carecen de derechohabiencia, según el censo 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); mientras que el 64.5 por ciento cuenta con derecho a la cobertura de los servicios de salud en instituciones públicas, lo que equivale a más de 72 millones de afiliados.
“Esta cifra no implica que la atención que brinda el Seguro Popular sea oportuna y efectiva; por el contrario, demuestra la gran deficiencia de acceso y utilización de servicios que padece la población en general”, resaltó.
El especialista indicó que el problema en nuestro país es la ignorancia. “Nunca hemos definido qué sistema de salud queremos, es más, ni siquiera nos hemos formulado esa pregunta. Es verdad que nos quejamos del servicio, pero ignoramos cuál es el problema de raíz en nuestro sistema de salud, no sabemos con qué servicios contamos y desconocemos que el Seguro Popular es una entidad financiera, una cosa es que te puedas afiliar y obtengas tu credencial, y otra que te brinden el servicio y satisfagan la demanda”.
La carencia de cobertura universal de salud también se confirma a través de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, que arroja datos como que el 25.43 por ciento de las personas no tiene acceso a este servicio, cifra que posteriormente se redujo a 21.3 por ciento, bajo el argumento de que se intensificó la afiliación al Seguro Popular y a otros programas de esta índole.
Luis Durán-Arenas destacó que otra evidencia de que el sistema de salud en atención primaria no está funcionando, es la alta demanda de consultas que brindan los médicos de farmacia. Datos publicados por la Fundación Best (Farmacias Similares), revelan que esta organización pasó de otorgar poco más de dos millones de consultas en el 2000 a más de 60 millones en el 2012.
Las farmacias tienen éxito porque están cerca de los hogares, el costo de la consulta es económico al igual que los medicamentos. No hay que esperar más de seis horas para recibir una consulta de diez minutos donde se obtiene una receta.
El especialista consideró que esta situación refleja una gran necesidad y demanda de salud, pero “para que sean mejores médicos generales que brinden atención primaria integral, deben recibir más ingresos, contar con instalaciones decentes y tener un equipo médico especializado que le dé seguimiento al paciente”.
Sin embargo, dijo, tanto los galenos de farmacias como los de clínicas públicas tienen un mal sueldo. Por ejemplo, si los doctores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recibieran 40 mil pesos al mes, y si esta cantidad se divide entre 25 pesos (precio de la consulta), necesitarían dar mil 600 al mes para ganar ese salario.
Para paliar esta situación se requieren médicos de cabecera que estén cerca de las familias, conozcan sus padecimientos y riesgos, para darle seguimiento a la salud de los pacientes. Por lo tanto, es necesario garantizarles mejores salarios, la gente considera que los médicos reciben un buen sueldo, pero en la mayoría de los casos no es así.
Durán-Arenas indicó que los galenos “tienen una demanda impresionante, que es lo que provoca que, a veces, los pacientes sean atendidos en los pasillos por no haber camas. Esto ocurre porque es una organización que no creció y se le quitó 25 por ciento de su presupuesto, aunque cada día tiene más derechohabientes.
Es verdad que existen insuficiencias y corrupción, pero también es una realidad que se carece de presupuesto”.
Desde el 2007 era necesario construir más de 40 hospitales generales. Por ejemplo, en Iztapalapa tan solo dos hospitales satisfacen la demanda de más de un millón 815 mil habitantes en esa demarcación.
En este sentido, “lo dramático es que se dice que el Seguro Popular no cuenta con recursos económicos, pero sí tiene, el problema es que no saben priorizar las necesidades. ¿Qué tendría más impacto, pagarle a 300 especialistas en enfermedades lisosomales, que implican un costo de 600 millones de pesos, o invertir esa cantidad para pagarles al año a diez mil médicos de cabecera? Al final sólo tenemos demagogia”.
El inconveniente es que los recursos del Seguro Popular se destinan a hospitales de especialidades, cuando lo primordial es contar con atención primaria para prevenir enfermedades. Por ejemplo, una persona con cáncer residente en Hidalgo, tiene que trasladarse al Distrito Federal para ser atendido en el Instituto Nacional de Cancerología.
“Es una locura construir hospitales de alta especialidad y no brindar atención primaria para prevenir padecimientos; simplemente va en contra de la lógica de las necesidades”.
Por ende, la mala organización de estos servicios en el país deriva en un mal servicio o negligencias médicas, que se reflejan en casos como las mujeres embarazadas que dieron a luz afuera de hospitales en Oaxaca, porque no tienen un médico de cabecera que les dé atención prenatal y cuando llegan a la clínica, ésta se encuentra saturada o no cuenta con el personal necesario.
Todo esto provoca que se juzgue la ética médica, pero no se entiende que el problema de fondo es la organización del sistema de salud pública en México.
“Tratar de encontrar un culpable en un doctor es quitarle la responsabilidad a todo el sistema, el cual está mal organizado.
Tenemos que pensar y demandar una solución a nuestro problema de salud”.
“La sociedad debe exigir atención primaria integral alrededor de un médico de cabecera, para evitar negligencias y cubrir las necesidades de salud. Pero mientras no se presente una demanda real, la situación continuará igual”, concluyó.