El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y sus antecedentes históricos.
Lo que para muchos mexicanos fue una sorpresa aquel 1 de enero de 1994, es en realidad una historia que no estaba visible pero que venía gestándose, por lo menos, desde veinte años antes. “Si hubiera que fijar una fecha (de manera un poco arbitraria), para decir cuándo comenzó esta historia, yo diría que fue en 1974”, comenta el historiador y novelista Francisco Pérez Arce.
Ese año hubo un congreso indígena en el estado de Chiapas, convocado y organizado por el gobierno del estado, pero que tuvo la peculiaridad de que se invitó a sacerdotes a la diócesis de Chiapas, al obispo Samuel Ruiz y a otros más. La condición que puso don Samuel para que este evento se llevara a cabo, es que no se tratara de un tradicional congreso en el que hablan los indigenistas sobre los indios, sino que fuera de los indios para los indios. En su momento esta reunión fue algo inédito en la que hubo representaciones de más de trescientos pueblos de las cuatro etnias más importantes del estado.
San Cristóbal, funcionaba ya el movimiento catequista, que consistió en la formación de indígenas para que ayudaran a la iglesia a comunicarse en los pueblos. En 1985 este movimiento llegó a tener alrededor de siete mil catequistas con el objetivo de llevar el catecismo a las comunidades indígenas, pero el gran cambio que dio la iglesia en esta región, es que ya no solo se trataba de llevar la palabra de Dios sino de encontrar la palabra de Dios en las comunidades, establecer un diálogo; eso cambió toda la idea que se tenía de la religión.
Este proceso y su relación con el movimiento indígena en Chiapas, hay que asociarlo también con la gran explosión que significó el movimiento estudiantil de 1968 y sus consecuencias. El movimiento guerrillero, por ejemplo, sobre todo de guerrilla urbana, es producto del movimiento estudiantil.
Todo lo anterior, que aparentemente no tiene relación con el movimiento indígena, va a tener que ver con el porque una de estas organizaciones guerrilleras decide trasladarse a Chiapas, esto es justamente lo que da el nombre al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que antes se llamaba Frente de Liberación Nacional.
El conjunto de estos elementos salió a la luz el 1 de enero de 1994; el EZLN, el levantamiento, la declaración de guerra, la toma de las ciudades, todo se juntó, y por primera vez en el siglo XX el movimiento indígena se convirtió en la principal preocupación nacional.
La decisión de que el levantamiento fuera el 1 de enero de 1994 es absolutamente genial.
Hay en el levantamiento indígena y sus tiempos una gran sensibilidad política y visión estratégica del Subcomandante Marcos. Eso es lo que a mí me parece, aunque seguramente él diría que no, que fue el Comité Clandestino Revolucionario Indígena el que lo planeó todo, pero yo creo que sí hay un talento político del gran comunicador que fue Marcos (no sé si ahora lo seguirá siendo con su nueva personalidad).
La decisión de que fuera el 1 de enero de 1994, precisamente el día que empezaba a funcionar el Tratado de Libre Comercio (TLC), el gran momento para el ex presidente Carlos Salinas de Gortari (porque según él iba a ser la entrada de México al primer mundo), cuando varios grupos indígenas, organizados como un ejército, le declaren la guerra al Estado mexicano, fue absolutamente genial como estrategia política.
Ochenta años después de la revolución de 1910 los indígenas eran el sector más marginado, más golpeado del país y aunque lo siguen siendo, lo que se ganó con ese estallido es que ahora están mucho más a la vista.
La respuesta masiva del pueblo y la repercusión internacional, hicieron que el gobierno se detuviera.
Lo que hace distinto al EZLN de otros movimientos, es que es un levantamiento indígena que emite una declaración de guerra y a pesar de ser muy regional tiene demandas nacionales.
Me parece que esta primera característica es de suma importancia. Independientemente del golpe mediático, lo del Ejército Zapatista fue un levantamiento armado. Se detuvo a los 12 días, pero sí hubo enfrentamientos, sí hubo batallas y sí hubo sangre. La violencia se calmó cuando el EZLN vio que hubo una respuesta masiva de apoyo a su movimiento en todo el país, pero sobre todo en la Ciudad de México.
La gran marcha (más o menos espontánea), que hubo en el Distrito Federal, fue tal vez el detonador para declarar la paz. Obligó al gobierno federal a deponer las armas, porque el iba con todo: aviones, tanques, tropas, con todo un poderío que obviamente hubiera aplastado no al EZLN, sino a los indios. Hubiera sido una masacre y que esto no sucediera fue provocado por la respuesta de lo que ahora se llama la “sociedad civil”, incluida en ella la enorme respuesta internacional, que le importaba muchísimo al gobierno de Salinas.
La iglesia y Samuel Ruiz nunca propusieron la vía armada.
Después del levantamiento, la tentación inmediata (sobre todo de la derecha), fue decir: “la culpa la tiene el obispo Samuel Ruiz, él es en realidad el organizador y quien propició el levantamiento”. Eso es absurdo, la iglesia y don Samuel, nunca propusieron la vía armada.
Lo que hizo la iglesia, sin proponérselo, fue la organización de las comunidades mediante el movimiento de los catequistas y con ello obligó a la gente a reflexionar sobre su presente, pero no me parece que haya tenido nada que ver con la decisión del levantamiento (aunque nunca lo condenaron, eso también es cierto). Con los diálogos de paz el obispo Samuel Ruiz jugó un papel muy importante.
Que el subcomandante se cambie de nombre y ahora ya no sea Marcos sino Galeano me parece una especie de broma.
Yo no me atrevería a tratar de adivinar el papel del subcomandante Marcos dentro de la vida interna del EZLN. Hacia afuera es el gran personaje. Él siempre planteó que el Ejército Zapatista era un movimiento al cual pertenecía pero sin ser indígena, ese fue siempre su discurso; por eso dijo que los que mandaban eran los comandantes indígenas, pero obviamente es el estratega de la organización, fuera o no comandante de este Comité Clandestino Indígena; su voz era claramente la de un estratega, no solamente en términos de comunicación sino políticos. Yo creo que él era la figura de gran talento (lo es aún, por mucho que cambie de nombre) aunque formalmente no dirija el EZLN.
Lo que hay que recordar es que en el 94, Marcos no solamente tuvo una gran presencia en la opinión pública mundial, sino que cambió la política en México; le dio una sacudida de tal magnitud al sistema, que reformuló su lenguaje e incluso actores no precisamente vinculados con la izquierda tuvieron que reconocer que hubo un cambio muy profundo en la visión de la política del país.
A Marcos se le pueden criticar muchas cosas; yo lo critico en algunos aspectos porque no estoy de acuerdo con su estrategia, pero eso no quiere decir que él no sea congruente.
Me parece que en muchos momentos se equivocó en sus alianzas políticas, creo que fue un error no haber hecho una alianza (aunque fuera condicionada), primero con Cuauhtémoc Cárdenas y después con Andrés Manuel López Obrador, o cuando menos no haber sido su opositor. Ese es mi punto de vista, pero eso no quiere decir que en su pensamiento no haya congruencia. Creo que reducirlo todo al subcomandante Marcos (ahora Galeano) es finalmente una mala lectura de lo que pasa con esa región, con esos municipios. Lo que tenemos que reconocer, 20 años después, es que estos municipios siguen siendo autónomos y están muy bien organizados, a pesar de que han sufrido una guerra permanente.
El asunto de que el subcomandante se cambie de nombre y que diga que antes era una botarga y ahora ya no es Marcos sino Galeano, me parece una especie de broma, yo no me lo tomo muy en serio; lo que creo que sí hay que tomar en serio es tanto al EZLN como a los municipios autónomos.
Para que se resuelva el problema indígena tendrían que cambiar las políticas públicas.
Creo que después del levantamiento del EZLN hubo un cambio profundo que significó un golpe a la discriminación y al racismo; no digo que hayan terminado ambos males, pero hubo una transformación muy profunda de cómo se ven a sí mismos los indígenas en esta y otras regiones.
Antes de 1994 seguía hablándose en Chiapas de “la gente de razón” (los blancos y los mestizos), por un lado, y los “indios” por otro; en San Cristóbal de las Casas seguía existiendo la práctica de que si un blanco o un mestizo caminaban por una banqueta, el indígena tenía que bajarse a la calle para cederles el paso, como en la época colonial. Pero en el momento que el indio trae un fusil y se enfrenta al ejército, aunque pierda, cambia la visión que tiene de sí mismo.
Para que se resuelva el problema indígena (no solamente en Chiapas sino en todo el país), tendrían que cambiar las políticas públicas, que han sido exactamente las mismas en los gobiernos de Carlos Salinas, Vicente Fox, Felipe Calderón y ahora el de Enrique Peña Nieto; con estas políticas no van a resolver el problema, al contrario, lo van a profundizar.