Las pelucas oncológicas que se realizan con cabello humano mejoran la autoestima de las personas que padecen cáncer. Sin embargo, su alto costo en nuestro país, por ser manufacturadas en China, impide que los más desprotegidos adquieran una prótesis capilar oncológica sensitiva, diseñada para enfrentar los efectos de la quimioterapia y recuperar la imagen del paciente.
Quimioterapéutico son la pérdida de cabello y la adolinia –hipersensibilidad dolorosa en el cuero cabelludo-, lo que, además de vulnerar la autoestima del paciente, le impide utilizar una peluca convencional compuesta de materiales ásperos.
Para atenuar estos efectos negativos se desarrolló la “prótesis capilar oncológica sensitiva grado médico”, que posee tecnología de punta al ser un producto delicado, suave y ultradelgado que se adapta a la cabeza del paciente y disminuye el impacto psicológico que provoca perder la cabellera, explicó Francisco Calderón Zepeda, director de Capilartes.
Las pelucas oncológicas se distribuyen en Estados Unidos y México, aunque la maquila se efectúa en China. Se necesitan seis colas de 30 centímetros de cabello natural para realizar una; pero como cada individuo posee un color diferente, las cabelleras deben procesarse y teñirse del mismo tono hasta uniformarse y obtener un aspecto natural.
Cada uno de los 100 mil cabellos que conforman la peluca es colocado a doble nudo manualmente. La peluca se somete a un proceso de descuticulización (quitar la cutícula), que certifica la higiene del producto y evita que la cabellera se enrede.
La investigación y diseño de esta prótesis fue realizada por el mexicano Francisco Calderón Zepeda, sin embargo, al carecer de recursos económicos para patentar el producto, se asoció con una empresa norteamericana que ahora se encarga de comercializarlas en el mercado estadounidense y en México a través de Capilartes.
“Se trata de un trabajo artesanal que protege la cabeza cuando permanece expuesta al frío o al sol de forma directa, o a la posibilidad de un golpe accidental, debido a que, a causa de la quimioterapia, el cuero cabelludo resulta extremadamente sensible y padece molestias que no permiten ningún roce o peso sobre la piel.
Lamentablemente, en el mercado existen pelucas convencionales que no son apropiadas para estos casos y se hacen llamar pelucas oncológicas sin serlo, pues no tienen ninguna cualidad diferente de un peluquín tradicional”, advirtió el especialista.
Francisco Calderón señaló que desde hace 15 años Capilartes se coordina con la Casa de la Amistad para Niños con Cáncer, I.A.P., en la donación de pelucas para niños y jóvenes de escasos recursos. En México existe mucha gente que dona cabello; pero no se cuenta con los recursos en efectivo para producirlas.
“El precio de manufactura es alto, lo cual detiene su producción. Además, cuando se envía una cantidad de pelo debemos pedir permiso en México para realizar una exportación temporal, así como una importación temporal en China. A los 60 días se manufactura y se regresa el producto, pero es complicado repetir el proceso cada vez que se solicita una peluca”, abundó.
La prótesis capilar oncológica sensitiva hecha de material sintético tiene un costo de cuatro mil 500 pesos, mientras que el precio de la natural puede ascender hasta diez mil 500 pesos. Ambas poseen la misma calidad, incluso la sintética pesa menos que el cabello original lo cual le otorga una textura natural. La diferencia es que en ésta los estilos son prediseñados: corta, no semi corta, mediana y larga. En las naturales, en cambio se puede replicar el peinado que desee la persona así como el tono, textura, color, rayos o transparencias.
Francisco Calderón sostuvo que existen alternativas para recuperar la imagen del paciente de cáncer, lo cual permite recobrar la autoestima y la posibilidad de continuar una vida normal, “resulta gratificante devolverle la sonrisa a las personas y ayudarlas a enfocarse sólo en su recuperación”, dijo.
Casa de la Amistad: apoyo a niños y jóvenes con cáncer
Fundación de fondos de Casa de la Amistad para Niños con Cáncer, I.A.P., explicó que en México el cáncer es la primera causa de muerte en niños de entre 5 y 14 años, y anualmente se diagnostican cuatro mil nuevos casos. Sin embargo, el 70 por ciento de los pacientes puede curarse si se detecta oportunamente el padecimiento.
Esta institución brinda apoyo integral desde 1990 a niños y jóvenes de escasos recursos diagnosticados con esta enfermedad. Entre los beneficios que otorgan están las prótesis capilares oncológicas sensitivas. La Casa de la Amistad recibe donaciones de cabello y Capilartes se encarga de entregarles las pelucas terminadas. Este sistema permite que anualmente entreguen entre 20 y 25 prótesis de manera gratuita.
“Obtener una cabellera cambia la vida de los jóvenes de escasos recursos porque recobran su autoestima, sobre todo las mujeres. De no ser donada les resultaría inaccesible obtenerla, por su alto costo”, aseguró Gabriela Gática. Mensualmente alrededor de 40 niños forman parte de la lista de espera.
A fin de incrementar la expectativa de vida de sus hijos, es fundamental que los padres estén informados para identificar oportunamente esta enfermedad, cuyos síntomas varían mucho dependiendo del tipo de cáncer y el lugar donde se localice.
Por ejemplo, algunos síntomas pueden ser: fiebre, pérdida de peso y apetito, palidez, fatiga, sangrados o moretones de fácil aparición, persistentes e inexplicables; bultos en abdomen, pelvis, cuello y cabeza, extremidades, testículos, o ganglios; dolor en huesos, articulaciones, espalda y fracturas fáciles.
Es recomendable que niños y jóvenes conozcan estos cambios en su cuerpo, especialmente cuando se presentan durante varios días o semanas, para dar aviso a sus padres y que se realicen los estudios pertinentes.
Gabriela Gática concluyó que todo el año aceptan donativos en efectivo o en especie en forma de medicamentos o cabelleras, pero en julio y agosto lanzarán la campaña “Ángeles Guardianes” para sumar más adeptos a través de donaciones económicas desde cinco pesos diarios hasta la cantidad deseada.