La homeopatía, acupuntura y herbolaria, son, en conjunto, métodos extraordinarios cuando se manejan adecuadamente
La medicina alternativa o integral (acupuntura, homeopatía y herbolaria) es subestimada por los médicos alópatas, la industria farmacéutica y por la sociedad en sí misma. Aunque ha sanado a personas con cáncer y otras enfermedades crónicas degenerativas, como lupus eritematoso, psoriasis, herpes genital, virus del papiloma humano, o artritis reumatoidea, aseguró Octavio Ramírez Vargas, fundador de la Asociación Mexicana de Médicos Acupunturistas.
Para obtener la cura de dichos padecimientos, explicó, se utilizan extractos de plantas, minerales y sustancias animales en pequeñas dosis. Con la homeopatía y herbolaria se recurre a plantas, incluso altamente tóxicas, o venenos en cantidades mínimas de víboras, alacranes y arañas, porque la curación está basada en el principio de las vacunas.
El médico egresado de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía del Instituto Politécnico Nacional (IPN), también destacó que si el paciente oncológico sufre dolor, éste se puede liberar al aplicar acupuntura, técnica china que consiste en colocar agujas filiformes en las distintas partes del cuerpo con el objetivo de regular la energía corporal.
“La sinergia de los principios activos genera un efecto mayor para erradicar el padecimiento, porque las plantas tienen entre diez o 12 sustancias activas que en conjunto ejercen su acción en el organismo”, expuso.
En contraparte, a través de la síntesis química, la industria químico farmacéutica separa los elementos hasta obtener el principio activo que le interesa, y aunque el efecto puede ser muy bueno, también puede ser tóxico y generar efectos secundarios. La medicina oficial o alopática utiliza fármacos de patente que, por medio de sustancias químicas, atacan a bacterias, virus y parásitos, pero que producen una reacción tóxica que con frecuencia generan alergia, señaló. “Los productos oncológicos son venenos porque no sólo matan a la célula enferma, también a la sana”, y por eso los efectos de la quimioterapia son tan severos.
Ramírez Vargas, quien por más de 20 años se ha dedicado al tratamiento de cáncer, afirmó: “no soy oncólogo, sino médico cirujano especialista en homeopatía, acupuntura y fitofarmacología, pero las evidencias de sanación son plenas. Hay sustancias químicas de síntesis que se obtienen de plantas para tratar esta enfermedad. Tengo testimonios de pacientes que con mi tratamiento se han curado”.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1985 recomienda a los países miembros, que consideren el uso de la medicina tradicional debido a su bajo costo y eficacia. A su vez, clasificó 287 métodos terapéuticos, “los más sobresalientes son la homeopatía, la acupuntura y la herbolaria, que en conjunto son métodos extraordinarios cuando se manejan adecuadamente”, sostuvo el médico.
Sin embargo, lamentó que a nivel mundial, la medicina no oficial es subestimada porque a las empresas farmacéuticas no les conviene que se incremente su uso, debido a que ellos invierten hasta diez años en investigación y más de mil millones de dólares, para corroborar los efectos de una sustancia activa.
“No ha tenido auge porque no es del interés financiero de los grandes consorcios, no deja dinero. Un frasco homeopático vale 90 pesos y contiene 100 pastillas que duran un mes; mientras la alopática cuesta 400 y la toma dura siete días; en esto radica la diferencia”.
El ex director de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía del IPN, sostuvo que otro inconveniente, es que a los alópatas “se les hace fácil decir que la homeopatía son chochitos de azúcar y saben a alcohol; en efecto, es azúcar y contienen alcohol, porque es el vehículo que mantiene a las sustancias activas de las plantas, minerales o animales; pero estos calificativos son por ignorancia y conveniencia financiera”.
Para contrarrestar esta situación, dijo, se requiere que el gobierno invierta más recursos económicos en la investigación de la medicina tradicional; y a su vez, que el médico alópata amplíe su práctica para conocer los métodos alternativos.
Octavio Ramírez aseveró que “esto implica preparación e investigación, porque sólo suelen ser prescriptores de la medicina de patente que, por conducto de representantes médicos, se aprenden el nombre de la sustancia activa y su función, para después sólo recetarla”.
Herbolaria y homeopatía en México
La medicina tradicional mexicana, que data de la época precolombina, ocupa un lugar importante en nuestro país, incluso lo constata el Códice Badiano, documento histórico escrito por el protomédico de las Indias, Juan Badiano y Martín de la Cruz quienes describen e ilustran las plantas curativas.
La homeopatía como tal llegó a México en 1850, cuando en Veracruz se suscitó un brote de cólera morbus, y el médico español Ramón Comellas le ofreció al ex presidente Antonio López de Santa Anna curar a la población mediante la homeopatía. El obtener resultados satisfactorios, le valió para difundir su enseñanza desde 1854.
“Hablar de acupuntura era como hablar de ´ocultismo y brujería´”
La acupuntura es una técnica china que consiste en la aplicación de agujas filiformes en distintas partes del cuerpo con el propósito de regular la energía corporal. La expresión significa acus (aguja) puntus (punzar), es decir, pinchar con aguja, detalló el especialista Octavio Ramírez.
Al formar parte de la historia de la medicina oriental, que data de cinco mil años, su concepto se sustenta en el ámbito teórico-filosófico de la Teoría del Tao, que es el todo y el equilibrio, conocido como el Yin y el Yang.
Esta filosofía considera a la enfermedad como un trastorno de la energía corporal, basada en la teoría energética de la dualidad del Yin y el Yang. Ee tal suerte, se sustenta en principios teóricos filosóficos que buscan equilibrar la energía, como la “Teoría de los Canales y Colaterales”, en la que se considera que el cuerpo humano tiene 12 líneas de conducción eléctrica, explicó el acupunturista.
Cada canal comprende una serie de puntos, identificados como puntos de alarma; en total el cuerpo humano tiene 350 con una dirección determinada, que forma un sistema cerrado de circulación por donde viajan la sangre y la energía (qi-xue). El objetivo de la aplicación de las agujas es regular el exceso, la deficiencia o el estancamiento de energía que manifiesta el organismo.
Octavio Ramírez se ha dedicado a estudiar e impulsar la acupuntura en México desde 1976; recordó, sin embargo, que lograr su aceptación y reconocimiento implicó una lucha constante, porque “en aquella época hablar de acupuntura era hablar de ´ocultismo y brujería´, debido a que los médicos no aceptaban ni creían que las agujas quitaban los padecimientos”. Después de tantos esfuerzos, en la actualidad la acupuntura forma parte del sistema nacional de salud.