Desde finales de los años sesenta, el pintor Rufino Tamayo y su esposa, la pianista Olga Flores, comenzaron a formar una colección de arte contemporáneo internacional, misma que heredaron al pueblo de México y que es albergada desde 1981 en el Museo Tamayo.
En el diseño y construcción de este edificio, el artista oaxaqueño trabajó con los arquitectos Abraham Zabludovsky y Teodoro González de León, quienes idearon una estructura piramidal de reminiscencias prehispánicas que se incorpora armónicamente al entorno del Bosque de Chapultepec. Considerado como una pieza más de la colección, el edificio recibió en 1982 el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el rubro “Bellas Artes”. Las vocaciones que alentaron a Tamayo permanecen vigentes en el compromiso de esta institución por estar presente en el panorama del arte contemporáneo del país e internacional.
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