El Cementerio Antiguo de Xalapa, conocido como Panteón 5 de Febrero, resguarda los restos de diversos personajes que forman parte importante de la historia de Xalapa. El camposanto de la ciudad se fundó en 1831 por decreto del gobernador Sebastián Camacho, pero hasta 1964 abrió sus puertas al público.
Posteriormente, bajo el argumento de modernizar la ciudad, en 1985 se propuso demoler el cementerio; no obstante, se canceló su destrucción porque la sociedad jugó un papel esencial al oponerse y justificar que es parte del patrimonio histórico y artístico del estado. Un año después, el 11 de diciembre de 1986 fue declarado Patrimonio Histórico por decreto presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado. Desde entonces, el panteón tiene otra categoría debido a la riqueza arquitectónica de sus tumbas. Sin embargo, es lamentable que este título no lo salve del descuido y abandono en el que se encuentra.
Por esta razón, es fundamental retomar la importancia histórica que brinda este cementerio, que alberga, por ejemplo, mausoleos de dos exgobernadores veracruzanos, el general Juan de la Luz Enríquez y Sebastián Camacho, así como los restos del fundador de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, Enrique C. Rébsamen, entre otros actores ilustres de la capital.