U na variante que en la actualidad está causando alarma, es el flujo de menores.
Vivir en un estado que colinda con la frontera estadounidense es fuente de “riesgo” como cruce de indocumentados. Es cierto que cada caso suele ser diferente, pero lo que une a los migrantes es el fuerte deseo de tener una vida mejor, lo que a su vez implica aventurarse para llegar hasta “La Bestia”.
Este medio de transporte “clandestino” al que recurren los indocumentados para trasladarse a su destino, fue reconocido con ese nombre debido a que ha cobrado centenares de vidas de migrantes que caen a las vías, porque no tuvieron más opción que correr el riesgo que conlleva su abordaje.
Otros peligros que afrontan son la discriminación, extorsión, secuestro, explotación y ataques sexuales. Sin embargo, una variante que en la actualidad está causando alarma, es el flujo de menores que utilizan la migración como salida al abandono social y falta de desarrollo.
El enfoque de una solución definitiva a este problema continúa opacada por vivir en una situación crítica a nivel social, pues si el mecanismo de repatriación es disfuncional, entonces el migrante permanece en un estatus de espera y varado ante la difícil tarea de tener que regresar a casa.