Historiador, investigador, “magonista” y Doctor en Antropología por un error institucional, según él mismo explica: “la anécdota es que yo entré a hacer el doctorado en la Escuela Nacional de Antropología. Cuando me invitaron me dijeron que la línea era antropología e historia, yo presenté una propuesta de historia y resulta que no la habían inscrito en profesiones de la Secretaría de Educación Pública. Entonces soy el único doctor en antropología que no la conoce ni por las capas, lo cual te habla del bonito país en el que vivimos”. Comenta entre risas Jacinto Barrera Bassols, quien es una autoridad en el estudio de la figura de Ricardo Flores Magón.
Comenzamos la entrevista en la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el corazón de Tlalpan en la Ciudad de México; mientras la bicicleta del doctor Barrera, permanece estacionada en la entrada, con una pequeña bolsa de plástico cubriendo el asiento (una precaución que no resulta ociosa, en esta ciudad donde nunca se sabe cuándo se va soltar un diluvio).
Los inicios de un opositor al régimen
“Ricardo Flores Magón es un personaje que no tiene la cobertura histórica que tienen algunos personajes de la misma época y relacionados también con circunstancias históricas específicas como la Revolución Mexicana, lo que también se refleja en un desconocimiento general de su propia historia y relativamente poca investigación. Últimamente ha empezado a haber mayor interés sobre esta figura, algo que tampoco es gratuito, en la medida en que, básicamente, la mirada de Ricardo Flores Magón (que está reflejada en sus escritos periodísticos), es una mirada que puede reactualizarse con mucha facilidad, lo cual ha hecho que haya un mayor interés por él”.
Comienza a platicarme el investigador del INAH, mientras fuma muy despacio un cigarro sin filtro marca Faros, que a veces deja descansar sobre un cenicero en forma de guitarra.
“El padre de Ricardo, Teodoro Flores”, continúa, “fue un mestizo de una región de Oaxaca, quien tuvo relación con las comunidades indígenas debido a que fue militar en la época de las guerras de liberación del siglo XIX. Fue un hombre que combatió tanto a la invasión norteamericana como a la francesa y que mantuvo una postura liberal toda su vida.
Teodoro Flores llegó a estar, incluso, bajo las órdenes de un general muy cercano a Porfirio Díaz. El origen del conflicto entre el padre de Ricardo y Porfirio Díaz recae en el no reconocimiento del papel que jugó Teodoro como militar y la negativa de Díaz a darle el pago de su pensión. Esto, de alguna manera, tuvo que haber afectado la visión de Ricardo Flores Magón ante lo que era la autoridad de Porfirio Díaz. Sin embargo, no me parece que sea lo que define la perspectiva de los hermanos Flores Magón con relación al régimen en su conjunto. Hay muchos otros elementos que también influyen en su postura política”.
El periódico como un mecanismo de creación de redes políticas
“Los hermanos Flores Magón (sobre todo Ricardo) se insertan en una tradición de periodismo liberal, que tiene raíces desde los inicios del México independiente”, comenta Jacinto Barrera. “No inventan nada nuevo, el periodismo de oposición era algo que siempre estuvo permeado y que siempre estuvo en conflicto permanente, en situaciones más agudas unas que otras, dependiendo de las circunstancias políticas del momento.
“Yo creo, añade, que hay un par de características que le confieren a la labor de Ricardo Flores Magón, una eficacia mayor frente a muchos otros y que le permite tener una presencia general en el país mayor de la habitual.
“Independientemente de que en México existía un nivel muy alto de analfabetismo, el periodismo cumplía un papel básico; no solamente por lo que ya se ha dicho reiteradas veces, en el sentido de que los periódicos tenían una influencia que superaba a la población que los podía leer, en la medida en que había mecanismos de lectura común utilizada de diversas maneras”. Continúa explicando el investigador con una voz ronca y pausada. “Existían los lectores en voz alta en las fábricas, fundamentalmente tabacaleras, en regiones como Veracruz y otras partes del sureste mexicano, y también existían este tipo lecturas en comunidades o zonas más urbanas.
“Lo que me parece una de las características fundamentales con las que Ricardo maneja este medio, tiene que ver con que, por un lado, es un administrador de periódico que nunca deja una sola carta o un comunicado sin responder, establece un vínculo serio con todo aquel que esté interesado en lo que él escribe. Esta característica le permite, por ejemplo, en los primeros años del periódico Regeneración, que es el primero que administra (aunque tiene una historia de vínculos con periódicos anteriores), crear una red de los periódicos que de una u otra manera son opositores al régimen.
“Lo anterior lo logra por medio de la administración del periódico”, continúa el doctor Barrera Bassols, “no sólo mediante la escritura. Ricardo usa el periódico como un mecanismo de creación de redes políticas. Eso es lo que él hace por encima de cualquier otro de los directores de periódicos del país”.
Los límites de la tolerancia de Porfirio Díaz
“¿Por qué Ricardo Flores Magón visitó tantas veces la cárcel pero no fue ‘eliminado’ cuando comenzó a ser demasiado incomodo? Pues porque Díaz utilizaba ciertos mecanismos; no llevaba a cabo una represión sistemática con la que desaparecía automáticamente cualquier punto de oposición”, explica el doctor Barrera. “Como buen político, el dictador lo que hace es ir ‘pulsando’ las características de los personajes que en algún momento manifiestan una oposición directa en su contra. Lo hace también como un mecanismo de captación política. Es muy famosa la frase de Porfirio Díaz, ‘Este gallo quiere máiz’, que refleja esta manera de cooptar a los periodistas.
En el caso de Ricardo, prosigue Barrera Bassols, puede decirse que no es un personaje que le sea completamente extraño a Díaz, en la medida en que tenía conocimiento del padre y de Margarita Magón (madre de los hermanos Flores Magón), quien algunas veces apeló al dictador en busca de pequeños empleos para los hijos, proyecto en el cual fracasó. Así que por un lado está el hecho de conocerlo y conocer a la familia, lo que probablemente hacía que Porfirio Díaz tenía manera de medirlo y de aplicarle pequeñas ‘políticas correctivas’, con el ánimo de hacer de Ricardo Flores Magón un personaje alineado dentro del régimen, cosa que por supuesto no sucedió.
“Lo que es un hecho es que Ricardo está en una carrera política relativamente corta dentro del país”, comenta el doctor Jacinto Barrera, mientras sujeta su cenicero de guitarra que se llena poco a poco de colillas sin filtro. “Es una carrera muy fugaz, porque él aparece como figura pública de 1900 a 1904. Cuatro años en los que entra varias veces a la cárcel y en los cuales ‘mide’, por así decirlo, las posibilidades de una desaparición física, de tal manera que en 1904 está ya fuera del país. Entonces, en esta trayectoria relámpago, pasa por todas las situaciones en las que la represión va aumentando en la misma medida en que su figura comienza a ser irreductible.
“Ricardo Flores Magón se va radicalizando con el tiempo. En 1901, en el congreso liberal de San Luis Potosí, por ejemplo, el instante clave lo dicta una intervención suya en la que define al gobierno porfiriano como una banda de ladrones. En ese momento, al expresarlo de manera política y obligar a una definición de caracterización del régimen, Ricardo se convierte ‘en un personaje señalado’”.
El doctor Jacinto Barrera, reflexiona sobre el gobierno de Porfirio Díaz y su relación con Ricardo Flores Magón.“Hay que tomar en cuenta también la arrogancia del propio régimen”, continúa, “en el sentido de no creer que una figura de las características de Ricardo, con un padre que es un militar medio, de una familia con muy escasos recursos económicos, etcétera, no podía convertirse en un enemigo de las dimensiones en las que se convirtió”.
Revolucionario antes que anarquista
“La anarquista, a fines del siglo XIX y principios del XX, constituye la doctrina más cercana a la cultura política radical en Hispanoamérica y quizás en el mundo entero”, opina el investigador del INAH. “Sin embargo me parece que Ricardo fue, antes que anarquista, un revolucionario. Sacó las consecuencias de la situación política del país, en términos de la necesidad de derrocar al régimen porfiriano por la vía armada desde 1903. Además, su adscripción directa al anarquismo como movimiento internacional es posterior, es un proceso que se desarrolla cuando él ya está exiliado en Estados Unidos y en la medida en que dentro de este país el anarquismo en ese momento vive una circunstancia de florecimiento muy fuerte.
“La perspectiva de Ricardo Flores Magón frente a la Revolución Mexicana, una vez ya iniciada como movimiento armado, es la del anarquismo de naturaleza insurreccional. La tarea de un anarquista revolucionario es promover el desarrollo de la revolución, hasta las últimas consecuencias que permitan las condiciones del país. No es la construcción de una utopía, como en general se piensa que es el anarquismo, sino el permitir que las fuerzas revolucionarias en un país lleven hasta el final las consignas y los intereses de las clases dominadas para su propia liberación”.
Más que un impulsor de la Revolución Mexicana
“Ricardo Flores Magón fue un impulsor de la Revolución”, comenta el doctor Jacinto Barrera después de hacer una larga pausa para reflexionar. “Hay que situar a este personaje en una época donde para los revolucionarios (que no eran pocos en el mundo), la idea de que iba a haber una revolución de alcances mundiales permeaba su convicción. En ese sentido, la Revolución Mexicana significaba una tarea para posibilitar ese cambio en términos mundiales y no solamente en términos locales.
“Una historiografía nacionalista como la que se registró a lo largo de todo el siglo XX con relación a la Revolución Mexicana, hace de Ricardo Flores Magón un personaje complejo, incomodo. Entre otras cosas porque la historia de la Revolución Mexicana siempre ha tenido una connotación nacionalista y, también, porque los contenidos sociales, con reivindicaciones de naturaleza laboral y agraria, están en los programas y en la ideología magonista; esto se le reconoce, pero al mismo tiempo, todo el contenido que rebasa los límites autoimpuestos por la propia Revolución lo saca del esquema de manera inmediata.
“Una de las grandes paradojas, por ejemplo, con relación a una figura como la de Ricardo, es que su nombre está grabado en letras de oro en la Cámara de Diputados y su retrato está en las oficinas centrales de los archivos nacionales de Estados Unidos en un sector que se llama: ‘Criminales famosos’.
“Así de inclasificable resulta Ricardo Flores Magón. Ese carácter irreductible e inasimilable es el que le da una grandeza por encima de la Revolución Mexicana y por encima de la historia de los Estados Unidos, precisamente porque todavía, a estas alturas, sigue teniendo ese carácter”.
“Lo último no lo vayas editar porque me salió bonito”, dice riendo el doctor Jacinto Barrera Bassols, quien ya ha llenado de colillas de Faros su cenicero de guitarra (debo reconocer que yo lo he ayudado un poco) enseguida me invita a que revisemos en su computadora la página de Internet que ha construido acerca de Ricardo Flores Magón. Es el sitio web más completo que existe sobre este personaje y por medio del cual el historiador recibe al mes aproximadamente cinco mil correos electrónicos de internautas, porque como el mismo investigador me dice, la historia no sólo consiste en realizar una investigación, también hay que difundirla.