Este año, junto con Octavio Paz y Efraín Huerta, celebramos también el centenario de José Revueltas, “uno de los mejores escritores de su generación y uno de los hombres más puros de México”, según palabras del propio Paz. “Paz estaba muy a la izquierda de joven, con el tiempo se volvió más liberal y crítico de la izquierda y Revueltas fue siempre un izquierdista muy crítico de la izquierda. Incluso, Paz lo va a ver cuando está preso en Lecumberri, a veces acompañado por Elena Poniatowska. Nunca rompieron relaciones, siempre se tuvieron mucho respeto, a pesar de las enormes diferencias ideológicas”, refiere en entrevista la Dra. Edith Negrín Muñoz, del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM y una de las organizadoras del ‘Coloquio Internacional José Revueltas, Escritura y Rebelión’ llevado a cabo del 21 al 23 de octubre entre la UNAM, la UAM y el Colegio de México. Añade que Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas fueron muy amigos de jóvenes.
Nacido en Santiago Papasquiaro, Durango, el 20 de noviembre de 1914, José fue el sexto hijo de José Revueltas Gutiérrez y Romana Sánchez Arias, descrita por sus hijos como una mujer muy cariñosa y soñadora. El matrimonio Revueltas tuvo en total 12 hijos, de los que sólo 10 llegaron a la edad adulta y cuatro fueron artistas destacados: Silvestre (músico), Fermín (pintor), Rosaura (actriz, bailarina y escritora) y José, novelista, ensayista e inagotable militante de izquierda.
La Dra. Negrín dice que es interesante para un papá comerciante y una mamá sin profesión, que se hayan empeñado tanto en que sus hijos leyeran. “Parece ser que el papá les leía a todos en voz alta y fue fomentando un amor a la cultura y el arte.”
La familia Revueltas se trasladó a la Ciudad de México a finales de la Revolución, cuando José contaba con seis años. En aquel entonces, la situación familiar, aún sin ser boyante, era relativamente acomodada, tenían una tienda en La Merced, vivían en la colonia Roma y los hijos más chicos, entre ellos José, estudiaban en el Colegio Alemán, mientras que los mayores, Silvestre y Fermín, estaban en Estados Unidos. Sin embargo, la situación cambió drásticamente algunos años después. El padre falleció y el negocio fue mal administrado, la familia se mudó a La Merced y José entró a una secundaria pública que abandonó a los pocos meses.
“José Revueltas comienza su formación autodidacta cuando tiene alrededor de 13 o 14 años, sentía que en la escuela iba más lento de lo que él podía ir”, refiere el Dr. José Manuel Mateo, también del Instituto de Investigaciones Filológicas. “Abandona la escuela y se pone a leer por su cuenta, tanto lo que había en su casa como en la Biblioteca Nacional, que entonces estaba en el centro de la ciudad. La familia fue bastante comprensiva por ese lado, vieron que era capaz de irse formando por sí mismo. Era un adolescente muy activo desde el punto de vista intelectual. Los primeros ensayos que publicó algunos años después son verdaderos trabajos de investigación, donde uno puede identificar fuentes de Historia de México y de estudios económicos de los que entonces había pocos. A veces se dice que Revueltas era ‘autodidacta’, como disculpándolo. Yo creo que no hay nada que disculpar, al contrario, es una muestra de que el conocimiento y la capacidad intelectual prosperan tanto en la escuela como fuera de ella.”
Por su parte, la Dra. Negrín comenta que Silvestre “era casi su papá, José quería ser como él, un gran artista y un hombre con mucho compromiso político. Silvestre estuvo entre los militantes que fueron a la Guerra Civil Española, como relata Elena Garro en su libro Memorias de España, y escribió música dedicada a la República Española.”
“José se va politizando y entra a una organización que se llama Socorro Rojo Internacional. En aquella época el Partido Comunista era clandestino, a las personas las podían detener y mandar a la cárcel por pegar carteles en la noche, o por platicar con los obreros en una fábrica. A Revueltas lo detienen en un mitin en el Zócalo, no había cumplido 15 años, y lo meten a un reformatorio. Más adelante hizo un cuento llamado El quebranto. Mucha gente ha visto en ese título casi una metáfora de la condición humana. José de la Colina decía que Revueltas se concebía a sí mismo como un jarro roto.”
“Revueltas siempre tuvo la idea de que la militancia era lo más importante en su vida, decía que si no participaba políticamente, no podía escribir. Su vida se transformó en una especie de peregrinación por distintas organizaciones de izquierda, porque dentro de toda su pasión por la militancia comunista, había una cierta veta anarquista. A él no le gustaba obedecer cosas en las que no creyera o de las que no estuviera convencido. Primero fue totalmente estalinista, igual que todos; después fue uno de los primeros críticos de Stalin que hubo en México.”
“Va dos veces a las Islas Marías, una vez en la que está poco tiempo porque es menor de edad todavía. Después vuelven a enviarlo por participar en organizaciones campesinas. De las Islas Marías sale su maravillosa novela Los muros de agua.”
El lado moridor de la realidad
Edith Negrín cuenta que Revueltas en su literatura era todo menos optimista, que le parecía falso el realismo socialista, decretado como estilo oficial para la URSS y todos los partidos comunistas del mundo. “Él decía que no había conocido militantes como los propuestos por el realismo socialista, no había conocido ángeles, sólo seres humanos llenos de errores. Tiene una búsqueda propia dentro del realismo, la llama ‘el lado moridor de la realidad’, la literatura que capta las contradicciones sociales.”
“Por otro lado, es un escritor que anticipa los grandes cambios en la novela mexicana. Él y Mauricio Magdaleno, ambos guionistas cinematográficos, introducen en la novela las experimentaciones con el tiempo y el espacio, cosa que después perfeccionan Agustín Yáñez, Carlos Fuentes y Juan Rulfo.”
“Su literatura tiene un gran valor desde el punto de vista estructural, literario, y también testimonial; alumbra todo ese mundo clandestino que era virtualmente desconocido, fue el único que escribió sobre los militantes de izquierda.”
eoría del partido único’; pero empezó a trabajar otra teoría mucho menos vertical, que es la autogestión, y algunos investigadores ven en ésta un modelo que tiene coincidencias con, por ejemplo, la organización de los zapatistas de Chiapas, algo más colectivo.”
Vigencia abrumadora
El Dr. José Manuel Mateo afirma que hemos tardado en darnos cuenta de la profundidad, amplitud y riqueza que la obra teórica de Revueltas tiene para el pensamiento político, histórico y filosófico del siglo XX. “Revueltas escribió ensayos de estética y literatura, de filosofía política y propiamente filosóficos, sobre Historia de México, sobre cine, y dentro de cada uno de esos rubros podemos encontrar ideas que han prosperado.”
“Es de una vigencia abrumadora. Él veía lo que la superficie de los procesos políticos y culturales no deja ver a veces. Realmente no es la literatura de Revueltas la apocalíptica, sino el tiempo que vivimos, en el sentido de las prácticas salvajes, fuera de toda proporción, que estamos presenciando. Recientemente, lo de los estudiantes normalistas, que es verdaderamente incomprensible, remite a procesos de depauperación de la vida social y de la condición humana que Revueltas supo novelar antes de que sucedieran.”
“Revueltas, por ejemplo, tenía una preocupación muy puntual por la violencia que se ejercía sobre los niños y las mujeres. Vemos que en realidad, en estos tiempos, quienes sufren de un modo más descarnado la violencia son los niños: se les viola, se les asesina, se les usa, se les vende, junto con las mujeres. Revueltas, a través de todo un cúmulo de personajes femeninos, va explorando como es que las sociedades ceban sus contradicciones en estos dos grandes grupos, las mujeres y los niños. Él veía que la sociedad mexicana tenía un perfil, en algunos casos, prácticamente genocida, desde el punto de vista de la organización de un Estado un poco deforme o informe. A veces, incluso, un Estado ausente.”
“Uno de los conceptos que va elaborando, justamente es el de la ausencia de Estado. No la de un Estado fallido, que supondría que alguna vez hubo un Estado, pero que hizo mal las cosas. Él fue todavía más crítico al respecto, al hablar de una ausencia no por omisión, sino porque no se ha construido una verdadera democracia, ni una verdadera consolidación de este territorio como un Estado-Nación. O sea, seguimos siendo una especie de cuerpo inarticulado, tan es así que un alcalde puede desatar un poder violento, prácticamente dictatorial, sin que nadie haga nada, ni el gobernador de la entidad, ni el procurador, ni el presidente de la República. Regresamos cien, doscientos o seiscientos años en la historia.”
“Respecto de este caciquismo, sus análisis de carácter histórico son realmente interesantes cuando retoma las estadísticas de la posesión de la tierra en nuestro país. Ningún terrateniente europeo se imaginaría que aquí un poseedor de la tierra cualquiera, con influencia y poder puede llegar a tener prácticamente como propiedad todo el estado de Zacatecas, hasta se vanaglorian de ello, pero eso lo que indica es justamente la falta de un Estado democrático capaz de regular la propiedad.”
“Revueltas es vigente por sus ideas de carácter político-histórico y porque supo ver con anticipación tendencias sociales que hoy estamos atestiguando tristemente. Y su literatura es, desde mi punto de vista, de un alcance estético y literario que va a perdurar por encima de obras que hoy se tienen como fundamentales, porque llega al meollo de lo que hace que la literatura perdure, pues sabía identificar los núcleos de significación que permiten construir determinadas historias con determinados valores éticos.”
“Él construyó por lo menos tres de sus novelas sobre el motivo del cuerpo humano que queda sin sepultura, y cómo esto hace que entren en contradicción el Estado y las potencias de la familia, todos los sentimientos que se mueven, filiales y consanguíneos. Sin necesariamente hacer una alusión directa a la tragedia Antígona, de Sófocles, construye el motivo. Eso lo hace un escritor genial, no lo hace cualquiera.”
“Además, en la literatura reciente, lo que puede extrañar uno es justamente la construcción de personajes, se siente que el que está hablando es el mismo, aunque tengan diferentes nombres. En Revueltas uno sí encuentra una gran identidad en cada personaje, además de la voz del narrador y de una especie de segunda voz que no es ni la del narrador ni la de Revueltas, que es una especie de voz todavía más abarcadora desde el punto de vista narrativo.”
“Incluso es un adelantado. José Agustín señaló en su momento que la historia desarrollada en Pedro Páramo, en función de una serie de entidades más o menos fantasmales, ya la teníamos en El luto humano. Si hay quienes pueden sostener que Fuentes es un autor que reúne condiciones literarias como para representar a México en todos lados, que sin duda las tiene, creo que es mucho más profunda la obra de Revueltas.”
Todos estos aspectos, concluye el Dr. Mateo, hacen de José Revueltas un escritor único dentro de la narrativa mexicana. “Muchas veces se ha dicho que Revueltas es nuestro Dostoievski. Yo digo que es nuestro Dostoievsky y nuestro Tolstoi, por la extensión de la obra, la profundidad, la capacidad de generar personajes, el manejo de la voz narrativa y la identificación de estructuras que han sostenido obras a lo largo de milenios.”