Uno de los trabajos menos reconocidos en el país, es el de “los extras”, o actores encargados de vestir las escenas de alguna producción audiovisual. Debido a que la mayor parte del tiempo pasan desapercibidos, tampoco reciben el crédito que se merecen, sufren pésimas condiciones de trabajo y no tienen el respaldo de autoridades que cuiden sus derechos.
Si bien existe la Asociación Nacional de Actores (ANDA), encargada de protegerlos, ésta sólo se ocupa de los actores.
Pero para los “extras” exigir un trato justo puede resultar en el veto.
Así lo narra Héctor Gómez, quien lucha por los derechos laborales que les corresponden: mejores condiciones y salarios dignos. “Nadie nos valora y nos consideran un mal necesario.
Tenemos que trabajar, pero no consideran que debemos tener jornadas de ocho horas”, señaló.Por su parte, Johann Oellers denunció que los pagos han disminuido a la mitad, por el triple del tiempo de la jornada laboral. “Antes, en promedio, un llamado era de mil pesos y ahora anda en 500, por un trabajo de hasta 24 horas”.
Las soluciones que los actores proponen es modificar la denominación de su trabajo, porque “el término ‘extra’ es correcto, pero en México está desvirtuado; mientras que el término ‘Figurante escénico’ podría permitir un cambio de mentalidad en ambos lados” y establecer un sindicato paralelo a la ANDA, para dignificar y hacer crecer a su propio gremio.