Quizá sólo seamos el producto de la creación de ese alguien que nos mira, de ese alguien que nos ve actuar día tras día en este mundo que se torna distante e indiferente la mayor parte del tiempo, pero que a su vez se llena de imágenes y de personas que las crean una y otra vez, ahora con mayor ímpetu y frenesí. Birdman, de Alejandro González Iñárritu, es quizás su mejor película ya que no sólo se ve el trabajo y la técnica para realizarla, también se percibe el esfuerzo y la capacidad del director por contar una historia, así como su maestría narrativa, donde se involucran distintos planos haciendo que la representación de la representación se torne alarmante y perturbadora, hasta que los límites parecen borrarse en cualquier escala.
González Iñárritu ha sabido ganarse un lugar en las filas del cine de talla internacional, así como el respeto y admiración de sus compatriotas y amigos. A sus 51 años ha sido director de películas como Amores perros (2000), nominada a un Oscar como mejor película en lengua extranjera; 21 gramos (2003), que les valió la nominación al Oscar a Naomi Watts y Benicio del Toro como mejor actriz y actor, respectivamente; Babel, película (2006) que contó con la participación de Brad Pitt, Cate Blanchett y Gael García Bernal; y Biutiful de 2010, ganadora de un premio Oscar. Todas ellas han causado admiración pero también cierto escozor debido a los temas tratados y la crítica que entrañan.
Quizá sea por lo anterior que cuando un nuevo filme de González Iñárritu aparece, las expectativas del mismo no puedan ser más que elevadas. Birdman no es la excepción ya que ha ganado dos Globos de Oro (mejor guión original y mejor actor) y está nominada a nueve premios Oscar, incluidos mejor película y mejor director.
Iñarritu experimenta nos brinda la posibilidad de ver la realidad desde una perspectiva diferente. Bastan un par de minutos para darse cuenta que el uso de la cámara es un elemento sin el cual esta película no podría entenderse. Cual si fuera la mirada del espectador que se entromete en la vida del protagonista, actor que vivió justamente de la admiración del público, el filme nos adentra en un mundo de imágenes en espejo, donde los personajes se ven reflejados sólo para perderse en un mundo que se torna caótico; y se relacionan entre sí para llegar a entender que, quizá, uno no es lo que cree ser, sino lo que creen los otros de uno mismo, puesto que son ellos los que consolidan nuestra imagen, una representación, de lo que somos.
Birdman es una cinta de caracteres irreverentes, pero entrañables, que sufren de cierto delirio, pero que son capaces de vivir y experimentar cada una de las sensaciones que ofrece la vida con una intensidad sin límites, por lo que tendrán la oportunidad de crear algo distinto; personajes que se contraponen y se complementan, pero que se ocultan, como todo el mundo, tras una máscara de desapego, desinterés y apatía.González Iñárritu plasma y con la misma intensidad, el lado malicioso e incluso más siniestro que puede llegar a experimentar el espíritu humano, pero también el lado más humano y compasivo, logrando una película que sin lugar a dudas vale la pena ver más.