Su vida es multifacética. En un sólo día se transforma en diversos personajes que transmiten distintas emociones, quizá nunca los había visto antes, pero en segundos los adopta y encarna para darles vida a través de su voz. Ella es actriz de doblaje y locutora comercial, su nombre es Alina Galindo. Además, es actriz de teatro, conductora de televisión y comunicóloga.
Aunque desconocemos quién está detrás del micrófono, todos los días emite mensajes a la sociedad, precisamente porque su trabajo consiste en trasmitir emociones por medio de su voz. La escuchamos en radio, cine o televisión, tal vez sea quien canta el jingell del comercial que nosotros tarareamos, interprete a nuestro personaje favorito en una caricatura, quizá su grito de terror nos estremeció o hizo llorar en alguna película, pero también es la voz oficial de una empresa o dependencia gubernamental.
Alina Galindo, que hace ocho años debutó en esta profesión, comenta que “resulta interesante permanecer en el anonimato. En este medio se dice que te pagan por hacer lo que te gusta, y sí, me pagan por hacer lo que me gusta, puedo ser diez personas diferentes en un mismo día. Es una montaña rusa de emociones muy intensa, porque acabas agotada, emocional y físicamente. Es un trabajo padrísimo y de los más divertidos, mal remunerado, pero en efecto, me pagan por hacer lo que me gusta”.
Contrario a lo que muchas personas creen, para ser actor de doblaje o locutor comercial, o de cabina, no basta con tener “bonita voz” o “saber imitar voces”, se necesita una amplia preparación que se adquiere al cursar diferentes clases sobre técnicas de voz, donde se aprende a conocer el funcionamiento de las cuerdas vocales y la garganta.
Otra cualidad es poseer bases histriónicas para manejar las emociones e interpretar a diversos personajes, además de que implica un arduo trabajo de memoria. Alina también cuenta que resulta fundamental leer y saber leer, porque además de enriquecer su labor profesional: “a veces el cliente pide cierta información y en cuestión de segundos tienes que encontrar el punto exacto que requiere el producto para sonar bien y llegarle a la gente”.
Galindo resalta la importancia de adquirir la licencia de locutor que otorga la Secretaría de Educación Pública (SEP), título que es difícil de obtener debido a que la prueba dinámico consiste en enfrentar diversas situaciones para saber emitir el mensaje correcto. “Ser un buen locutor comercial o actor de doblaje es todo un arte, es difícil e implica compromiso social y responsabilidad, con relación al poder que obtienes al decir algo ante millones de personas”, afirmó.
La intención es lo que cuenta
En este ámbito se dice que la intención es lo que cuenta, con el fin de resaltar o caracterizar un producto o idea. La locución comercial se divide en institucional y en talentos; la primera es la voz oficial de empresas o dependencias gubernamentales; la segunda, emite mensajes publicitarios para resaltar las características de un producto. Mientras que el doblaje, sustituye la voz de un actor o dibujo animado en el mismo o diferente idioma, ya sea en una película, programa de televisión o caricatura.
En estas especializaciones, Alina Galindo ha dado voz a personajes en caricaturas como Garfield (Liz), Súper Once (Anteojos), Los Caballeros del Zodiaco: El lienzo perdido (Selinsa). En las películas de Disney, Aviones, El llanero solitario, Tinker Bell: Las hadas y piratas, Chihuahua en Beverly Hills 2. Ha grabado “promos” para el gobierno federal: Telcel, MTV, Bancomer, Coca Cola, Home and Health, Bratz y Naturella, entre otros.
Alina recuerda que desde pequeña jugaba a ser locutora de radio y le gustaba cantar y actuar. A los 15 años debutó como actriz de teatro, a los 24 concluyó la carrera de Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, e inició su carrera como locutora comercial y actriz de doblaje.
“Toda la vida quise estudiar literatura dramática o actuación, a los 15 años ingresé al Departamento de Difusión Cultural de la UNAM. Cuando le dije a mi papá ‘quiero estudiar actuación’, me dijo que no, entonces elegí Comunicación, pero continué en Difusión Cultural, donde me impulsaron para participar como protagonista en importantes obras de teatro. Por las mañanas estudiaba Comunicación, en las tardes ensayaba la obra y los fines de semana daba funciones”.
Al término de la carrera, Alina realizó su servicio social en Canal 11, donde le ofrecieron grabar las noticias del programa d Todo con María Roiz, posteriormente asistió a la agencia de locutores Manhattan Beat, donde solicitaban un asistente de producción. “Me dijeron que tenía buena voz, me llevaron a cabina para conocer el trabajo de locución. Me gustó, se me prendió el chip y dije órale aquí combino actuación y comunicación. Mis jefes, me apoyaron y me patrocinaron las capacitaciones. En especial, siempre le agradeceré al director de castings, Genaro Contreras, quien es un gran maestro y locutor comercial. Aunque me impulsaron, nadie me regaló el talento con una barita mágica, me ha costado mucho trabajo y no he dejado de aprender”.
Alina es una joven talento que en corto tiempo ha logrado posicionarse en la industria del doblaje y la locución, sin embargo, reconoce que ha enfrentado envidias, acoso, chismes, machismo e incluso amenazas. En este sentido, lamenta que sea tan recurrente el compadrazgo y que la gente necesite alimentar su ego a pesar de carecer de aptitudes.
También critica que aunque la locución comercial es mejor pagada que el doblaje, lo sueldos están por los suelos, ya que tienen que atenerse a las condiciones de algunas agencias de locución, las cuales constantemente pagan a destiempo. Asimismo, señala que los actores de doblaje tienen que lidiar con los conflictos que actualmente existen entre los dueños de las empresas de doblaje en México y algunos sindicatos o asociaciones como la ANDA y SITATYR, lo que les impide realizar su trabajo con libertad.
Otro inconveniente es que colegas aceptan trabajos aunque sean mal remunerados, lo que abarata la profesión y, por si fuera poco, enfrentan el problema de los startalent, es decir, actores que no cuentan con estudios de doblaje pero al ser famosos son contratados en diversas películas, aunque su voz suene igual en todos los personajes que interpretan.
Alina explica que en nuestro país existe el mejor doblaje del mundo porque quienes empezaron con este trabajo eran actores de teatro y televisión; y porque el acento es neutro, en comparación con el de otros países hispanoamericanos. “Desgraciadamente para la industria del doblaje en México estamos perdiendo clientes porque países como Argentina, Colombia o Venezuela cobran más barato y están aprendiendo a quitarse el acento, debido a que eminencias del medio dan clases en estos países porque les pagan bien, pero no se dan cuenta que se están quitando el mercado a sí mismos. Es un conflicto fuerte que actualmente vivimos”.
Por ello, considera esencial concientizar a sus colegas para mejorar las condiciones laborales y reconoce que, “en lo personal, lo que me caracteriza es la humildad, porque a mucha gente se le olvida de dónde viene. Todos los días me gusta aprender algo”.
“Cuando escucho mi voz aún se me ilumina la cara”
En la actualidad, la actriz celebra que será la voz oficial y la locutora del nuevo canal de televisión Nu Music y, que a su vez, próximamente se estrenará una película de Disney para la que prestó su voz. “Hace ocho años empecé en la locución y cuando escucho mi voz aún se me ilumina la cara, siento una gran satisfacción, porque lo que me avala es mi trabajo. No tengo amistades que te ponen todo en charola de plata, eso es lo que me impulsa y vale la pena, porque es el resultado de todo el esfuerzo que he realizado.”