“Si el problema del dispendio y la corrupción en México, así como en Michoacán, son sistémicos, entonces también se requiere de una solución sistémica para que la sociedad pueda decir adiós a los privilegios”
Desde hace más de 12 años, Michoacán atraviesa por una severa crisis económica y de gobernabilidad, producto de la irresponsabilidad de los políticos y los partidos de siempre. Hoy las mujeres y hombres libres tenemos la gran oportunidad de construir un gobierno sin lujos y antiderroche.
La deuda pública estatal, más la deuda de corto plazo y los pasivos contingentes, superan los 30 mil millones de pesos. Necesitamos revisar las finanzas del gobierno, castigar a los que quebraron a Michoacán y obligarlos a devolver lo que se llevaron, así como detectar los gastos innecesarios e invertirlos en otros programas que reactiven la economía del estado.
Los ciudadanos no deben pagar más por una burocracia llena de lujos y que ha dado tan malos resultados. En este sentido, cabe mencionar que el Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno, formulado por Transparencia Mexicana en su medición de 2010, posiciona a Michoacán en el vergonzoso lugar 13. Mientras que la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) del INEGI, recientemente reveló que Michoacán es la novena entidad más corrupta del país.
Hay tres formas de salir de una crisis financiera: pedir prestado, lo cual es imposible ya que el PRI y el PRD abusaron de esa práctica y nos endeudaron con más de 30 mil millones de pesos, por tanto, no se puede vivir de créditos; incrementar los impuestos, que sería una traición a los michoacanos porque no tienen que pagar los platos rotos de una clase política irresponsable; y apretarse el cinturón, que es una medida que hacen las familias michoacanas ante las crisis recurrentes que nos han traído los malos gobernantes.
Por estos motivos, al inicio de esta legislatura tomé la decisión de no aceptar los privilegios a los que podía acceder como diputado: renuncié al seguro de gastos médicos mayores y de vida, al préstamo para la adquisición de vehículo, a la compra de equipo de cómputo, al fondo de retiro como legislador, así como a la compra de mobiliario de oficina y remodelación.
Permítanme decirles que fue una decisión fácil de tomar, sobre todo cuando estoy consciente que el cargo de diputado solo dura tres años y la vergüenza toda la vida.
Esta decisión no es suficiente, sólo debe ser entendida como un primer paso. Por esta razón, la primera iniciativa de ley que presenté fue crear un Sistema Estatal Antiderroche. Si el problema del dispendio y la corrupción en México, así como en Michoacán, son sistémicos, entonces también se requiere de una solución sistémica para que la sociedad pueda decir adiós a los privilegios.