El salario

ANTONIO ROSADO GARCÍA

Antonio Rosado García

El salario, según declara el término plasmado en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, debe ser una cantidad de dinero que como mínimo para el sustento y la vida de una familia mexicana, permita la alimentación, el vestido, la escolaridad, la vivienda y la posibilidad de una vida social que contemple diversiones y tener vacaciones de acuerdo a su nivel.

Nada más falso en la realidad que vive el país, en donde la existencia de un salario mínimo no sería suficiente ni para la alimentación, única condición que ni así se podría solventar, y si el gobierno se defiende diciendo que ya no hay nadie que gane el salario mínimo (cosa que no es verdad), sí acepta que la gran mayoría de los asalariados reciben dos veces el porcentaje autorizado, circunstancia que tampoco les permite vivir de acuerdo a lo expresado en nuestra Carta Magna.

Los cálculos hechos por las mismas organizaciones gubernamentales, señalan que para poder tener la vida que “garantiza” nuestra nación, el salario debería ser, en promedio, de 2 mil a 2, 500 pesos mensuales por cada miembro de la familia, y como se reconoce también que el promedio actual en México es de tres hijos, padre y madre, totalizando cinco personas, el ingreso correspondería a 10 ó 12 mil pesos mensuales, lo que está muy lejos de existir.

De los 60 millones de mexicanos que se reconocen como asalariados inscritos en el IMSS o en el ISSSTE, la cantidad de dinero descrita sólo la ganaría el 20% de ellos, y en ese caso, serían los profesionistas contratados, lo cual demuestra la falta de responsabilidad de nuestro país con los mexicanos, sin dejar de pensar en la inmensa mayoría que no cuenta con la seguridad social como base de su subsistencia, situación que si bien se ha tratado de remediar con los servicios médicos del seguro popular, este no brinda más que la limitada obtención del cuadro básico, sin ninguna protección futura como una pensión o una jubilación.

Todos los días recibimos las noticias de que la economía del país está creciendo, y de que se ha disminuido el nivel de desocupación en más del 4%, pero no se señala que, si bien es cierto que se realizan contrataciones, éstas son casi en su totalidad con los dos salarios mínimos como remuneración a que nos hemos referido.

Se habla también de que la tasa de reemplazo de los mexicanos que tienen régimen de jubilaciones es apenas de entre 35% y 40% de lo que les correspondería según su ingreso mensual, lo cual orilla a la miseria a los mexicanos de la tercera edad, sin ninguna perspectiva de mejoría.

Es una costumbre en México ver a personas que venden en la calle alimentos o artículos de todas clases, y lo mismo en los famosos mercados sobre ruedas que a diario se colocan en alguna parte de las ciudades del país, y también sabemos que se intenta obligarlos a entrar en un orden laboral suficiente para regularizar sus ventas, que paguen sus impuestos y que puedan en un futuro lograr alguna prestación social.

Al saber lo que a la larga les representaría arreglar su situación, todo mundo se siente decepcionado, pues el ingreso que obtendrían no les garantizaría conservar ni siquiera su estilo de vida, ocasionando con ello la falta de respuesta que se ha obtenido en este intento. También para tratar de solucionar este enorme problema, se publicita que debe promoverse un ahorro individual equivalente, por lo menos, al 11% del ingreso, para así mejorar hasta un 40% la pensión al obtenerla.

Pero si entendemos la pobreza en la que vive la gente, y que además los aumentos anuales a los salarios, a todos en general, resultan de una cifra irrisoria que va de un 3% a un 5%, según esto para que no haya inflación, es imposible lograr dicho ahorro. Entendemos que no es fácil arreglar este ingente problema, pero también sabemos por las mismas noticias de las enormes fortunas que se gastan en el Congreso de la Unión y en algunas secretarias de Estado, donde con gran frecuencia nos enteramos de que se han cometido fraudes multimillonarios que no son castigados por la corrupción que existe.

México está en una encrucijada: su economía no crece y se ve amenazada por las turbulencias económicas del mundo. Aunque nos tratan de tranquilizar a través de todos los medios de comunicación con presentaciones y discursos de las autoridades, la verdad es que se vive una pobreza preocupante que no se va a solucionar regalando comida, útiles escolares, cobijas, ni ninguna otra de las formas que a diario se publican y que todos sabemos que verdaderamente sólo son paliativos para tranquilizar a la opinión pública.

Se necesita realizar un esfuerzo verdadero de todos nosotros para acabar con las desigualdades, que no tengan poco muchos y mucho pocos para evitar un riesgo social, ya que como nos damos cuenta, todos los días marchan personas por todas la causas habidas y por haber, ocasionando problemas a la ciudadanía sin recibir respuesta alguna.