El colorido que aportan a Tabasco los árboles del Guayacán, Macuillis y Framboyán, con sus deslumbrantes flores amarillas, multitonalidades rosas y naranjas, causan admiración entre la población al florecer en esta época del año, porque su resplandor suele ser en primavera, o incluso, logran mantener su colorido hasta mayo.
Sin embargo, el cambio climático, así como la actividad petrolera, han provocado que tanto las especies animales como las vegetales sufran adaptaciones, pues en épocas otoñales estos árboles aún florean en algunas regiones del estado.
Esta situación, en opinión de biólogos y ecólogos, no se debió a una doble floración, sino a que algunas especies presentaron retraso en la aparición de flores, y ocurrió hasta ahora por las nuevas condiciones del suelo y la distinta composición en los nutrientes de la tierra, debido al cambio climático.
Cabe señalar que la madera del Macuilli tiene dureza suficiente para la fabricación de muebles y utensilios de cocina, además se le puede extraer un aceite medicinal para coadyuvar a los tratamientos contra el reumatismo, la gripe, asma, problemas bronquiales y hasta dolores de cabeza. Sin embargo para extraer poca cantidad del aceite se debe sacrificar el árbol entero.
Esta especie (nombre científico Tabebuia rosea y de la familia Bignoniáceas), ha logrado sobrevivir a la tala invasiva que se ha presentado en Tabasco en las últimas cuatro décadas: ahora los bosques bajos son zonas de cultivo y ganadería. Su sobrevivencia, en cambio, se debe a su resistencia frente a las inundaciones y a que algunas personas han impulsado su reforestación.
Peligro de extinción
El árbol del Guayacán, con su deslumbrante amarillo, también existente en la parte centro y sur de América, y es una especie vegetal en peligro de extinción (nombre científico Guajacum sanctum L., de la familia Zygophyllaceae). Sin lugar a dudas es admirado, pues al desprender sus hojas provoca una lluvia paulatina que deleita a los habitantes y turistas de Tabasco. Las personas suelen grabar cuando se desprenden las flores y caen al suelo hasta cubrir de un amarillo deslumbrante las banquetas, carros, azoteas, jardines y al mismo campo. Sin lugar a dudas, es todo un espectáculo vivo que regala la madre naturaleza.
El Framboyán (nombre científico Delonix regia, de la familia Caesalpiniaceae), tiene menor presencia en comparación con el número existente de macuillies y guayacanes, pues estos dos últimos destacan no sólo al ser decorativos, sino al aprovecharse su madera y sus propiedades medicinales. Se dice que el Framboyán proviene de los bosques de Malasia y de la isla de Madagascar, donde está catalogado en peligro de extinción. No obstante, en Australia es considerada una planta invasora, que inhibe el crecimiento de otras por su amplia sombra.
No debemos olvidar que el entorno vegetal en gran medida depende de la acción del hombre sobre las especies, y que durante cuatro décadas, Tabasco optó por talar más árboles debido al crecimiento de la ganadería y la agricultura que a corto plazo brindan mayor remuneración económica, por ejemplo, la palma de aceite y el árbol de la Teca, cuyos cultivos en tres años generan grandes ingresos a los productores, lo cual ha sido propiciado por la instalación de una planta procesadora de aceite de palma. Por si fuera poco, el gobierno anunció la instalación del nuevo astillero en el puerto de Frontera Centla, Tabasco.