María Hernández Zarco es recordada por la valentía y audacia que demostró en el año de 1913, al imprimir de forma clandestina un discurso del senador Belisario Domínguez, cuyo texto condenaba el régimen del dictador Victoriano Huerta por considerarlo un traidor a la patria y un asesino.
A pesar del riesgo que en plena Revolución Mexicana implicaba editar escritos subversivos, la joven tipógrafa que trabajaba en el taller de Adolfo Montes de Oca decidió desafiar al destino.
Quien fuera nieta del político y periodista Francisco Zarco y del historiador Juan Hernández y Dávalos, le dijo a Aura Rostand en una entrevista publicada el 14 y 21 de noviembre de 1940 en la revista semanal Tiempo, la forma en que imprimió el discurso, que ocasionó el asesinato del legislador chiapaneco Belisario Domínguez, el 7 de octubre de 1913.
María Hernández Zarco relató: “esa noche teníamos un trabajo que yo debía hacer, para entregar la mañana siguiente a la comisaría de la Plaza del Carmen (…) salí y me acerqué a Don Belisario Domínguez. Señor- le dije- ¡déjeme usted su manuscrito, yo lo imprimiré a escondidas …”
La tipógrafa cumplió su palabra y más tarde el discurso circuló en un pequeño, pero significativo tiraje. En 1963, el Senado reconoció su actuar y le otorgó la medalla Belisario Domínguez.