Es preciso estructurar y aplicar una guía de buenas prácticas ambientales
El desmedido e inconsciente comportamiento humano ha traído graves consecuencias al medio ambiente y la naturaleza nos está cobrando la factura. Es momento de entrar en acción y apresurar el paso hacia una administración sustentable, para lo cual se requieren cambios de comportamiento concretos a fin de generar una posición de liderazgo ambiental ejemplar ante la sociedad.
Se trata de un concepto tal vez conocido, pero que no ha sido tomado en cuenta con la seriedad que se merece; si bien en algunas dependencias ya realizan compra de materiales de oficina “amigables” con el ambiente, son escasas o suaves las estrategias de reciclado y ahorro de energía.
La administración pública no asume una cultura ambiental que le permita reducir el consumo y costo de recursos como agua, electricidad y materiales de oficina.
Es preciso estructurar y aplicar una guía de buenas prácticas ambientales
Es necesario que además de leyes se implementen estrategias ambientales en los manuales de operación, como manejar desde la separación adecuada de residuos, reciclaje, compras verdes, estrategias innovadoras, azoteas verdes, por mencionar algunas.
Es preciso estructurar y aplicar una guía de buenas prácticas ambientales: evitar la adquisición de materiales contaminantes, usar aparatos ahorradores, reducir el consumo de materiales y servicios, reciclar y separar residuos, evitar compra de materiales excesivos e innecesarios, usar vehículos que emitan bajas emisiones, lámparas ahorradoras, artículos de limpieza biodegradables e incluso sanitarios ecológicos.
Aparte de la disminución de costos, se logra un efectivo aprovechamiento del presupuesto gubernamental; es necesario, sin embargo, cuantificar y evaluar estas acciones para saber cuáles rinden frutos y en qué áreas hacen falta criterios de eco-eficiencia.
Es impostergable, en suma, encaminar la administración pública hacia la sustentabilidad en pro del bienestar de la sociedad. La última evaluación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre el desempeño ambiental en México, señala que se requieren mayores esfuerzos para mejorar la aplicación y el cumplimiento de la legislación ambiental.
En el caso específico de Hidalgo, si bien se realizan acciones como las compras verdes, también es importante medir y evaluar dichas acciones, para verificar cuáles están bien encaminadas y cuáles faltan o se necesitan cambiar.
Es inaplazable, asimismo, armonizar la Ley de Mitigación y Adaptación ante los Efectos del Cambio Climático, aprobada en 2013 en esta entidad federativa, aunque desafortunadamente no se ha armonizado en los municipios, lo cual detiene su aplicación.