quiere vivir, que desea y que, por tanto, escoge.
“La cuerda tensa”. Enrique González Pedrero.
En el estado de Colima parece resumirse el escenario de perversión que desde hace décadas le ha impuesto a México la élite gobernante: arcas públicas agotadas, cuando no saqueadas; promesas incumplidas; inseguridad desbocada; crecimiento estancado; miseria de millones y fortunas inauditas de unos cuantos; asesinatos políticos, corrupción e impunidad.
Escenario en el que, con los pies firmes sobre la tierra, como lo ha señalado Leoncio (Locho) Alfonso Morán Sánchez, candidato a gobernador por Movimiento Ciudadano, ha empezado a surgir vigorosamente la participación ciudadana para decir ¡Basta, ya no más de lo mismo, ni para México ni para Colima!
El próximo domingo 17 de enero los colimenses tendrán en sus manos la oportunidad de lograr el cambio histórico que desde hace décadas le ha negado la élite en el poder.
En junio del año pasado, la mancuerna partidocrática que se ha encargado de simular la democracia a la mexicana de 2000 a la fecha, cometió una falta imperdonable contra el pueblo de Colima: unos, metieron la mano en las arcas públicas (en los dineros del pueblo, pues), para comprar voluntades, allí donde la necesidad y la miseria aprietan; otros, cómplices, dirigieron y autorizaron el trinquete. Fue tan monumental la transa, tan cínica la confesión del delito, que la autoridad electoral no tuvo más remedio que anular la elección de gobernador.
Nadie ha sido castigado por esta burla. Lo que es peor todavía: en una especie de borrón y cuenta nueva, como si no hubiera existido agravio alguno contra el pueblo de Colima, a despecho de la falta cometida, la mancuerna partidocrática vuelve a presentar a los mismos candidatos… ¿para darle a Colima más de lo mismo? ¿Para repetir los atropellos?
Con un torrente de palabras huecas se ha pretendido desviar la atención en torno al delito electoral cometido. Incluso advierten con descaro: “Vamos a volver a ganar”. ¿Cómo? ¿Qué es lo que van a volver a ganar? ¿La vergüenza de que les hayan anulado la falsa victoria? ¿Van a volver al reparto impúdico para tratar de comprar conciencias? ¿A qué viene el triunfalismo? En los hechos no ganaron la elección, se las anularon por tramposos.
Locho Morán Sánchez es un colimense que ha gobernado con el ejemplo. Así de simple. No tiene cola que le pisen ni conducta de qué avergonzarse. Su bandera es la misma con la que ha servido a Colima: correcto empleo de los recursos públicos, transparencia y rendición de cuentas, seguridad ciudadana, educación y cultura al alcance de niñas, niños y jóvenes colimenses; apoyo a grupos vulnerables…y darle al ciudadano la libertad de revocarle el mandato si no cumple y falla como gobernante.
Locho es la opción para el cambio.
Bien decía el reconocido constructor de la transición española de la dictadura franquista a la democracia, Adolfo Suárez: “Las elecciones no resuelven por sí mismas los problemas, aunque son el paso previo y necesario para su solución. El futuro no está escrito, porque sólo el pueblo puede escribirlo”.