Aunque se trate de no hablar de los problemas que tiene los pensionados y jubilados en México, el gobierno con su actitud obliga a que por lo menos se realice un comentario, rogando que de ser posible alguien lo haga llegar a los oídos de las altas autoridades.
En primer lugar, quiero referirme a los aumentos en las gasolinas, que si bien es cierto el secretario de Hacienda asegura que no causarán inflación, ni aumento en el costo de la vida y por lo tanto deterioro en el sistema de subsistencia de los mexicanos, se debe aclarar que este argumento es difícil de tomar en cuenta por las siguientes razones:
1o. Se aclara que el aumento sólo impactará a la industria y a los hogares que gastan gran cantidad de luz.
2o. Sabemos que los industriales y comerciantes mexicanos aprovechan la menor oportunidad que se presenta para aplicar el costo extra que generan las determinaciones del gobierno, y a través del aumento de precios, implica pasarle la factura a los mexicanos.
3o. Es imposible pensar que a falta de medios terrestres como el ferrocarril para transportar los productos que necesita el pueblo para satisfacer sus necesidades, no se vaya a aumentar el costo del nuevo precio de las gasolinas y el gas, pues todo se hace con estos combustibles.
Además, la gente en México que tiene necesidad de gastar más luz en sus hogares por el uso de paratos electromédicos no se ha tomado en cuenta entre los afectados.
Una vez más nos damos cuenta que el gobierno, para obtener más dinero para satisfacer sus demandas, olvida atender las necesidades de una parte de la sociedad mexicana que siempre es víctima de estas resoluciones.
Suben los combustibles y energéticos, en general y los salarios se mantienen en un límite de precariedad imposible de soportar, pues aunque señalan que los aumentos están por encima de la inflación, el pueblo sabe que el sistema utilizado por el gobierno para medirla no es el correcto, pues todos los días aumenta el costo de la vida, aunque no sea en forma generalizada, pero sí constante.
Sin restarle importancia a los procesos electorales, que son la base de la política y el sistema de gobierno de México, con desesperación vemos el enorme gasto autorizado para llevarlos a cabo, y con tristeza comprobamos que lo demás no es prioritario para la atención del gobierno.
Movimiento Ciudadano ha propuesto en múltiples ocasiones que todas las elecciones necesarias se lleven a cabo en la misma fecha para evitar quintuplicar gastos de propaganda y demás elementos que se usan para este efecto, situación que no ha tenido la respuesta afirmativa de parte del gobierno del país, y así tenemos que seguir sufriendo este gasto, varias veces en el transcurso de cada periodo de gobierno.
En los periódicos del país, en los comentarios de radio y televisión, y en forma directa, vemos que se recomienda, se propone y se ejerce el uso de empleos adaptados para la tercer edad, con la finalidad de obtener alguna ganancia extra que les sirva para mejorar su situación económica en que vive una gran parte del pueblo de México.
De nada sirve que se trate de llegar a la edad y a las condiciones en las que presuntamente se puede dejar de trabajar para disfrutar del resto de la vida, pues todos estos factores obligan a no pensar en descansar y en sólo cambiar de actividad.
Es una tristeza corroborar todos los días que esta enorme parte de los ciudadanos mexicanos sigue sin atencción y por el mutismo de la autoridad para la solución de este conflicto, no puedan esperar la protección social que el gobierno constitucionalmente está obligado a otorgar.