El problema de las pensiones continúa agudizándose según los diarios del país, porque la queja permanente es que según el gobierno y sus analistas es insuficiente el dinero que se obtiene de las cuotas establecidas para solventar el gasto que conlleva mantener este beneficio social, a pesar de la raquítica suma que obtienen los jubilados.
Por esta razón, siempre se habla de la necesidad de incrementar el descuento obligatorio y las aportaciones destinadas para ello, sin embargo el 6.5% que actualmente se maneja no permite una vida digna a quienes lo reciben.
No obstante, sobra decir que las personas amparadas por la Ley del Seguro Social de 1973 están privilegiadas por el enunciado del capítulo referente a las pensiones, ya que con sólo 500 semanas de cotizaciones y 30 años de edad reciben alrededor del 80 al 100% de su salario obtenido en su vida laboral. En comparación con la raquítica suma que reciben los pensionados a partir de 1997, fecha en que olvidándose de su deber el cual es servir al pueblo, la Cámara de Diputados aprobó una drástica modificación ya que actualmente deben cotizar mil 250 semanas y tener 65 años de edad como requisito obligatorio para obtener dicho beneficio.
Sin embargo, según cálculos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) con el descuento actual se puede obtener un equivalente de tres mil pesos mensuales, siempre y cuando haya cotizado ininterrumpidamente en su vida laboral, lo cual es un requisito muy difícil de cumplir si se toman en cuenta las precarias condiciones de trabajo que se padecen en el país.
Como una salida fácil y una forma autoritaria de resolver este problema, la Consar propone aumentar los descuentos obligatorios hasta un 13% del salario, y además considerando que no deberá ser el empleador quien pague exclusivamente la diferencia sino que participe el trabajador y, como siempre el gobierno realice una pequeña aportación. Con sólo calcular el aumento propuesto se tiene que concluir que no se toman en cuenta los bajos salarios que reciben los trabajadores mexicanos, pues resultaría imposible que vivan en condiciones dignas.
También se debe considerar que ha cambiado el esquema poblacional de México, pues nacen pocos niños y los adultos viven más años, por tanto, en un futuro cercano no serán suficientes las aportaciones para mantener a un gran número de mexicanos de la tercera edad. Este panorama da la impresión de que los adultos mayores en lugar de ser un orgullo para el país, ahora son una complicación para el gobierno, que no se decide a aceptar.
Otra solución que proponen las autoridades es incrementar el ahorro personal, para que aumente el monto que se reuniría en la AFORE correspondiente al trabajador, lo cual conlleva el mismo problema ya que al ser tan precarios los salarios es muy difícil pensar en que se puede realizar un ahorro para el futuro.
Por esta razón se insiste que el gobierno en vez de gastar dinero en cosas que no tienen la misma importancia como lo es la calidad de vida de la población, prefiere asignarse extraordinarios presupuestos para mantener la política de México, a pesar de que podrían limitar el ingreso de la Cámara de Diputados y Senadores sin sufrir realmente una mayor afectación.
En conclusión, considero que es necesario realizar un estudio actual, donde participe una comisión integrada por funcionarios del gobierno, empresarios, representantes de organizaciones sociales y el pueblo de México, para efectuar una verdadera propuesta que dé solución a cada uno de los problemas anteriormente mencionados.