Durante los meses de agosto y septiembre del año en curso presenciamos en nuestro país la movilización de fuerzas conservadoras que se oponían al matrimonio igualitario y a la posibilidad de que las parejas del mismo sexo tuvieran hijos en adopción. Desde mi perspectiva la postura de estos sectores conservadores resta autonomía a la razón, ya que niega el respeto a las diferencias que existen entre las personas, a la libertad de pensamiento, a la elección de pareja, al ejercicio de la maternidad y de la paternidad, a reconocer que hay diferentes tipos de familia y a la identidad de género. A su vez, el colectivo LGBTTTI combatió la postura del conservadurismo mediante diversas manifestaciones públicas. Se polarizaron las posiciones y fuimos testigos de diversos actos de intolerancia. Por eso diferentes sectores de la sociedad mexicana, académicos y organismos de derechos humanos se manifestaron en contra de la discriminación, por el respeto al Estado laico y a los derechos humanos.
Los rectores de las universidades públicas más importantes del país, como la Universidad Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Guadalajara (UDG), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad de Nuevo León (UANL), se expresaron a favor del respeto al Estado laico y a los derechos humanos y en contra de la discriminación. Al tiempo que demandaron promover la tolerancia y el respeto a la diversidad sexual, se comprometieron a propiciar el diálogo informado y sustentado en evidencias científicas e hicieron un llamado a las instancias mexicanas a asumir su papel para el pleno ejercicio de los derechos fundamentales de toda la ciudadanía, sin detrimento de los derechos con base en las preferencias sexuales de las personas.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) y el Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación (CONAPRED), hicieron un llamado a las diversas organizaciones que realizaban las movilizaciones, específicamente a las que se oponían al derecho al matrimonio igualitario. En su llamado enfatizaron:
a) El matrimonio igualitario es un derecho, cuya validez y legitimidad han sido reconocidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que declara inconstitucional toda legislación que niegue el derecho a personas del mismo sexo a contraer matrimonio, de conformidad con la jurisprudencia 43/2015.
b) El respeto al Estado laico fortalece y facilita la convivencia social pacífica, el derecho que asiste a toda persona para tener las convicciones éticas, de conciencia y de religión, que libremente decida; no puede condicionar, inhibir o eliminar el goce o ejercicio de los derechos que tienen las demás personas que no compartan dichas convicciones o creencias.
México es un Estado laico que reafirma el principio de igualdad para el ejercicio de los derechos para toda la ciudadanía. La laicidad es el mejor instrumento jurídico que se tiene para defender las libertades individuales, como señala Roberto J. Blancarte en su obra Para entender el Estado laico, ya que en éste, se armonizan tres principios esenciales: el respeto a libertad de conciencia, la autonomía de lo político frente a lo religioso y la igualdad de los individuos y sus asociaciones ante la ley, así como la no discriminación.
La definición del Estado mexicano y su gobierno queda explícitamente establecida en los artículos 3, 40 y 130 de la Constitución, que indican que es voluntad de la soberanía del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal y establece el principio de la separación Iglesia-Estado y la educación laica.
El Estado laico no es antirreligioso, no persigue a las iglesias ni la expresión de las creencias de nadie; por el contrario, protege la libertad de conciencia de todas la personas. La laicidad se convierte en condición indispensable para la coexistencia pacífica de creencias e ideas en la sociedad contemporánea. Por eso el Estado mexicano no puede ni debe ser neutral, sino defender las políticas públicas, la observancia de la ley y los valores que se vinculan directamente con la República: la democracia, la tolerancia, la libertad y la pluralidad.
Movimiento Ciudadano se manifiesta a favor de un Estado democrático, inclusivo y laico, que promueva la convivencia armónica y pacífica de todas las personas en igualdad de condiciones, en la que se respeten la pluralidad política y religiosa, la diversidad sexual, la multiculturalidad y el respeto a las diferencias.