Las deficiencias en la operación, conservación e infraestructura del sistema de agua potable en la Ciudad de México obligan a las autoridades a identificar la mejor manera de obtener un adecuado y óptimo abasto del vital líquido.
En este sentido, los objetivos primordiales del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) deben centrarse en la ampliación de la cobertura del agua; la inversión en infraestructura y la incorporación de nuevas tecnologías que le brinden una necesaria sustentabilidad a la ciudad; el desarrollo de mecanismos de coordinación que satisfagan la demanda de suministro en áreas insuficientemente atendidas; una renovación de fondo para operar con mayor eficiencia.
Frecuentemente, la dependencia en la toma de decisiones de órganos administrativos superiores, que no responden acertadamente a los principios, intereses y necesidades del SACMEX, provoca obstáculos y retrasos en la evolución constante y en la adecuada planeación que debe tener este órgano.
La distribución, potabilización, mantenimiento, reparación, modernización y ampliación de las redes de agua potable y alcantarillado, que apunten hacia un correcto funcionamiento, deben ser prioridades fundamentales en el desarrollo integral de la ciudad que permitan enfrentar el profundo retraso en la infraestructura hidráulica que se vive actualmente y que tiende a agravarse.
El crecimiento metropolitano, el cambio climático, el agotamiento de los mantos acuíferos y su falta de recarga, el insuficiente tratamiento de aguas residuales, el desperdicio y la contaminación, están llevando el problema del agua a niveles críticos. Por ello, hoy más que nunca, es necesario buscar soluciones innovadoras que cuenten con el apoyo ciudadano, acordes a la realidad y a sus necesidades. Debemos plantearnos una transformación de fondo que nos permita alcanzar un auténtico derecho al agua con el compromiso y responsabilidad que esto conlleva. No hay nada más injusto que observar pusilánimes cómo cada vez más zonas de la ciudad carecen de agua, y cuando la tienen, es de muy baja calidad.
La Constitución de la Ciudad de México es clara y establece el derecho al agua y a su saneamiento como un principio fundamental que a la letra dice:
- Toda persona tiene derecho al acceso, a la disposición y saneamiento de agua potable suficiente, salubre, segura, asequible, accesible y de calidad para el uso personal y doméstico de una forma adecuada a la dignidad, la vida y la salud; así como a solicitar, recibir y difundir información sobre las cuestiones del agua.
- La Ciudad garantizará la cobertura universal del agua, su acceso diario, continuo, equitativo y sustentable. Se incentivará la captación del agua pluvial.
- El agua es un bien público, social y cultural. Es inalienable, inembargable, irrenunciable y esencial para la vida. La gestión del agua será pública y sin fines de lucro.
Para hacer de ello una realidad, debemos optar por alternativas que permitan, de entrada, un SACMEX con autonomía de gestión, con apertura hacia nuevas tecnologías, eficiente y con solvencia económica que apunte a lograr, lo antes posible, una mayor y mejor distribución del vital líquido para que llegue a toda la población y con un mejor aprovechamiento y recuperación de los recursos hídricos.