Entrevista con Jorge Alberto Castelo Morales, gerente de La Barbería Shop & Spa
“El fenómeno de la metrosexualidad hizo que las barberías tuvieran un nuevo boom”
Las nuevas tendencias pusieron de moda a un oficio casi olvidado
Las barberías han existido desde hace muchísimos años y seguirán existiendo; lo que ocurrió (no sólo en nuestro país sino a nivel internacional), es que con la llegada del movimiento independiente o “hippie” de los años sesentas, el cabello largo y la barba crecida se convirtieron en una moda, los hombres dejaron de preocuparse por su aspecto, así que la barba larga no se usaba como ahora sino de manera desaliñada. Las barberías casi desaparecieron y sólo las visitaban algunos señores que ya tenían la costumbre de ir con algún barbero.
Ahora, por el contrario, nos encontramos en una época en la que el aspecto es algo muy importante para la sociedad. El fenómeno de la metrosexualidad hizo que las barberías tuvieran un nuevo “boom”. Al ver que una figura pública se cuida tanto, las personas comenzaron a imitarlo y así se crearon todas las nuevas tendencias. Ya no está mal visto que un hombre se arregle y se procure igual o a veces hasta más que una mujer, ese tabú se rompió.
Creo que ir a una barbería no tiene que ver únicamente con un corte de cabello o de barba; los hombres acuden también para convivir, para estar en un espacio donde pueden relajarse y platicar desde temas banales hasta de negocios. Los clientes también conversan muchos con los barberos quienes, como los barmans, tienen que hacerla casi de psicólogos, así que no sólo se trata de saber cortar el cabello, la barba y hacer masajes, también deben saber qué está pasando en la actualidad para poder platicar con los clientes.
Las mujeres y las barberías
Las mujeres pueden entrar a nuestra barbería sin ningún problema, muchas acompañan a su pareja; no está prohibida la entrada a niños y niñas, tratamos siempre de mantener un ambiente familiar, pero el servicio de corte de cabello está pensado únicamente para los hombres. Yo no lo veo como un asunto de discriminación hacia las mujeres, me parece que solamente constituye una parte de la esencia de las barberías que nosotros tratamos de mantener.
En realidad es muy raro que venga alguna mujer a pedirnos un corte de pelo. Hace poco llegó una chica que venía acompañando a sus amigos, nos comentó que iba a comenzar un tratamiento de quimioterapia, y como se le iba a empezar a caer el cabello quería que nosotros se lo dejáramos corto, como a sus amigos. Hablé con el barbero y me dijo que no tenía problema, así que le dijimos que adelante.
En otras sucursales nos ha ocurrido muy pocas veces que mujeres nos pidan un corte de cabello; nunca se los hemos negado pero me gustaría aclarar que esa parte no es mi responsabilidad, lo que yo hago como gerente es preguntarle a los barberos si quieren y pueden hacerlo, no porque no estén capacitados, pero el cabello de un hombre y el de una mujer son muy distintos; si ellos aceptan (y hasta ahora así ha sido) yo no tengo ningún problema.
La Barbería Shop & Spa
Como gerente mi caso es un poco especial porque soy dueño de uno de los locales de La Barbería Shop & Spa que se encuentra en la colonia Del Valle y que finalmente terminó siendo la matriz de las otras sucursales. Ese local toda la vida había sido una estética que mi mamá abrió allí; ella la manejó durante once años, después la traspasó pero siguió siendo estética. Enfrentamos algunos problemas legales y estuvimos a punto de perder el lugar; entró en remate y tuve que vender muchas cosas para salvar nuestro patrimonio. Como te imaginarás, después de eso el local terminó hecho un traste. Fue entonces cuando los propietarios de la barbería me propusieron adquirir el negocio.
Resultó curioso, porque a uno de los socios la barbería le parecía un asunto muy descabellado, decía que era como tirar dinero a la basura, pero yo pensé que el negocio tenía futuro. Así se creó La Barbería Shop & Spa. Ellos le apostaron al concepto inglés que manejamos y fue un éxito, es un negocio rentable porque los dueños hicieron un muy buen estudio de mercado, por la ubicación de las barberías, la atención y el estilo que manejamos, hemos logrado distinguirnos y tener muchos clientes a pesar de tanta competencia.
La generación X y los Millennials
Aunque algunos señores trabajan con nosotros la mayoría es gente muy joven, hijos o nietos de barberos. Con todas las nuevas tendencias que hay, se ha creado una fusión entre lo clásico y lo moderno, así que nos visitan muchas personas, desde los que quieren mantener un corte de pelo y una barba más pulcras, hasta los que quieren llevar su aspecto como lo marca la moda actual, de esta manera abarcamos mucho mercado, aunque nuestro target principal son los Millennials, que tienen entre 18 y 35 años.
Algo curioso que pasa en la barbería es, por ejemplo, el tema de la música. A mi jefe le gusta que pongamos jazz, algo neutro para que lo escuchen los clientes; sin embargo yo trato de moverle un poco porque, como te decía, nos visitan muchos jóvenes y luego se me andan durmiendo, entonces pongo un poco de rock alternativo o cosas así. El problema es cuando chocan las generaciones, porque también nos visitan muchos señores y a algunos les gusta lo que se escucha actualmente, pero tampoco puedo ponerles música electrónica si vienen a relajarse, entonces hay que encontrar un punto medio para que todos se sientan a gusto.
Te diría que en la barbería puedo distinguir dos tipos de clientes recurrentes; unos llegan simplemente por un corte de cabello, un delineado de barba y te piden que lo hagas lo más rápido posible porque no tienen tiempo; aún con ese servicio básico siguen viniendo a nuestro local. El otro tipo de cliente es el que mantiene el estilo de lo que hacemos en la barbería, son los que toman el servicio completo (nosotros le llamamos Royale), que ya contiene un facial, productos, cortes de cabello o de barba mucho más complejos que requieren más de una hora; a mí me parece que los hombres que lo toman, no lo hacen solamente por estética sino para relajarse y dedicarse un tiempo a ellos mismos, haciendo algo que disfrutan.