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RICARDO ANAYA CORTÉS, CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA DE LA COALICIÓN “POR MÉXICO AL FRENTE”

DOCE MANDATARIOS ESTATALES, EL JEFE DE GOBIERNO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CANDIDATOS A GOBERNADORES, LIDERAZGOS DE LA SOCIEDAD CIVIL Y DIRIGENTES DE LOS PARTIDOS QUE FORMAN LA COALICIÓN “POR MÉXICO AL FRENTE”, FUERON TESTIGOS DE HONOR EN EL AUDITORIO NACIONAL


El domingo 18 de febrero último, el Dr. Ricardo Anaya Cortés rindió su protesta formal como candidato a la Presidencia de la República de la coalición “Por México al Frente”, que integran los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano.

Al acto, efectuado en un Auditorio Nacional repleto, asistieron gobernadores, dirigentes de los partidos de la coalición, liderazgos de la sociedad civil, militantes y simpatizantes.

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“Yo estoy listo para ser Presidente, estoy listo para que juntos logremos el cambio que hoy México necesita”, afirmó Ricardo Anaya previo a su toma de protesta como candidato a la Presidencia de la República de la coalición Por México al Frente.

El Dr. Anaya fue el único orador. En su mensaje, definió los retos que tiene ante sí el país para lograr un desarrollo integral y de bienestar para todos los mexicanos. Dejó en claro que en el contexto global y local, los principales desafíos presentes y futuros para lograr esos objetivos, son los tres tumores sociales que agobian a México: la corrupción, la violencia y la desigualdad.

Aseveró que lo que México necesita es la aplicación inequívoca de la ley, y que la lucha contra la impunidad no debe significar actos de venganza, sino de justicia: el que la haga, que la pague.

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No se puede ni se debe, dijo el Dr. Anaya, planear el futuro con las variables del presente, mucho menos con las del pasado. No se debe planear el futuro, reiteró, asumiendo que el mundo seguirá siendo exactamente igual al que hoy conocemos. Es erróneo pensar que los cambios serán siempre lineales y no exponenciales, porque la tecnología no está avanzando de manera lineal, es decir, de manera lenta, sino que está abriéndose paso de manera exponencial, en forma acelerada.
Pero más allá del combate a la corrupción, la desigualdad y la violencia, también hay que trabajar para recuperar con dignidad el lugar de México en el mundo. Los mexicanos, añadió, tienen ante sí la responsabilidad histórica de construir juntos una patria ordenada y generosa, una vida mejor y más digna.

Una parte del mensaje lo dedicó a las mujeres mexicanas. Aseguró que de ellas aprendió que no se rinden nunca; el valor del esfuerzo, del trabajo diario, de la dedicación a una causa y, sobre todo, a perseguir sueños.

En este pasaje, Ricardo Anaya citó palabras del poeta mexicano Luis G. (Gonzaga) Urbina (Ciudad de México, 1868; Madrid, 1934), que plantaron en él las ansias de creer, la dulzura de sentir la belleza de la vida y soñar; los valores de la libertad, de la honradez, de la lealtad; que le descubrieron que la clave del éxito es edificar el carácter sobre los cimientos del estudio y del trabajo, siempre acompañado de trabajo y más trabajo; que le afirmaron que las grandes obras se construyen de muchas partes, de muchos esfuerzos, y que al final, sólo al final, viendo la obra completa, se puede apreciar la armonía y la importancia de la participación de todos.
Afirmó igualmente que el servicio a los demás le da otra dimensión a la propia vida, para agregar textualmente: “Entendí que yo sólo sería un buen mexicano en la medida en la que fuera un buen nieto, un buen hijo, en la medida en la que fuera un buen esposo y un buen papá. Y por eso, por eso todos los días me esfuerzo para honrar a mi esposa Carolina y para merecer la admiración de mis tres hijos, Carmen, Mateo y Santiago”.

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Enseguida aseveró que aprendió también que la educación y los estudios, no deben servir propósitos egoístas.

Asimismo, Ricardo Anaya recordó en su mensaje que 2017 cerró como el año más violento en los últimos 20 años y que la estrategia para enfrentar la situación debe ser modificada, porque la seguridad no se alcanza sólo con policías, aunque es sabido que sin policías profesionales, bien capacitadas, bien equipadas, bien pagadas, jamás se podrá aspirar a vivir en paz.

La inseguridad, señaló, no termina sólo con la fuerza, sino sobre todo con la inteligencia; toda estrategia de combate a la inseguridad debe respetar a plenitud los derechos humanos; debe reconstruirse el tejido social, corroído hoy por la delincuencia organizada, y dar oportunidades de prosperidad y desarrollo a los jóvenes. Es urgente la necesidad de recuperar la seguridad para que todas las familias mexicanas vuelvan a vivir en paz.

También se refirió al crecimiento económico, la desigualdad social y la pobreza. Al respecto señaló que es éticamente inadmisible que haya unos cuantos que lo tienen todo, al tiempo que una inmensa mayoría sufre para darle de comer a sus hijos; esto no puede aceptarlo ningún mexicano de bien. Puntualizó que la cotidiana y brutal convivencia entre la opulencia y la miseria en el México del siglo XXI es inaceptable éticamente, pero además injustificable técnicamente.

viéndose como una estadística más, sin advertir a las personas que las sufren. Los bajos salarios, el salario mínimo en primer lugar, han provocado que el trabajo honesto, incluso en el mercado formal, no sea ya la fórmula para poder vivir fuera de la pobreza.

Luego de recordar que es un hecho público que hoy la mitad de la gente que tiene trabajo en México gana menos de 160 pesos al día, se preguntó: ¿qué familia puede vivir dignamente con menos de 160 pesos al día? Para apuntar enseguida que la mejor política social es la política económica, el empleo bien pagado. Si se revisan los últimos 20 años de nuestro país, encontraremos que no sólo no ha disminuido la pobreza: actualmente hay más personas pobres en México que hace dos décadas, 53 millones.

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Más adelante se refirió a la necesidad de que México recupere con dignidad el lugar que le corresponde en el mundo. En el caso particular de la relación bilateral con los Estados Unidos, debe ser una relación de respeto para que las mexicanas y los mexicanos puedan vivir con absoluta dignidad.

En referencia a la vertiginosidad con que avanza la tecnología en el mundo (fenómeno del cual mencionó varios ejemplos), Ricardo Anaya habló de la necesidad de aprovechar y utilizar las nuevas tecnologías para mejorar la vida de los mexicanos e inclusive combatir la corrupción, la inseguridad y la pobreza.

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Es indispensable asimismo, dijo el Dr. Anaya, pasar de la economía de la manufactura a la economía del conocimiento. La economía de la manufactura, explicó, es aquella en la que el elemento fundamental es la mano de obra de la gente, que tarde o temprano van a sustituir las máquinas. Una economía del conocimiento es aquella en donde el elemento fundamental son las ideas de las personas.

Finalmente, el Dr. Ricardo Anaya expuso que su diagnóstico sobre México, como el de la gran mayoría de los mexicanos, es tan duro como realista, pero es una realidad que no desanima, sino que impulsa.

Y concluyó:

  • México, México es la fiereza indomable de Cuauhtémoc.
  • México es la obra de Vasco de Quiroga.
  • México es el grito de Hidalgo.
  • México es la bravura de Morelos.
  • México es la perseverancia de Juárez y la fe democrática de Madero.
  • México vive y espera, porque sólo el que espera vive.
  • México vive y recuerda, porque como dice Unamuno, “con maderas de recuerdos armamos las esperanzas”.
  • México vive y sueña, porque la esperanza, la esperanza es el sueño de los que estamos despiertos.
  • México vive y se levanta para reinventarse, para superarse, para demostrar que su esperanza es invencible, y cuando la esperanza se vuelve invencible, la victoria final está asegurada.

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A la toma de protesta de Ricardo Anaya asistieron los presidentes con licencia y en funciones del PAN, Damián Zepeda y Marcelo Torres; el presidente del PRD, Manuel Granados; el Coordinador Nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado; así como el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Además de los gobernadores de varios estados como el de Michoacán, Silvano Aureoles; de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis; Chihuahua, Javier Corral; Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca; Veracruz, Miguel Angel Yunes; Tabasco, Arturo Núñez; Baja California, Kiko Vega; Querétaro, Pancho Domínguez Servién; Puebla, Tony Gali; Quintana Roo, Carlos Joaquín González; Morelos, Graco Ramírez; y Durango, José Rosas Aispuro.

Asimismo, los candidatos a los gobiernos de la Ciudad de México, Alejandra Barrales; Veracruz, Miguel Ángel Yunes Márquez; Tabasco, Gerardo Gaudiano Rovirosa; Morelos, Rodrigo Gayosso; Puebla, Marta Érika Alonso; Yucatán, Mauricio Vidal Dosal; Morelos, Víctor Caballero; y Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez.

Entre el resto de los asistentes se contó con reconocidos liderazgos del PAN, PRD, Movimiento Ciudadano y Sociedad Civil Organizada, como Diego Fernández de Cevallos, Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel Miranda, Emilio Álvarez Icaza, Marko Cortés, Fernando Herrera, Ernesto Ruffo Appel, Juan Carlos Romero Hicks, Héctor Serrano, Héctor Bautista, Jesús Martínez, Guadalupe Acosta, Luis Sánchez Jiménez, Juan Zepeda, Carlos Navarrete Ruiz, Ángel Ávila Romero, Salomón Chertorivsky, Agustín Basave, Pilar Lozano Mac Donald, Alejandro Chanona, José Manuel Del Río Virgen, Martha Tagle y Macedonio Tamez Guajardo, entre otros.

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