“Nos hemos mantenido como un proyecto independiente, autónomo y autogestivo porque creo que esas son las características esenciales del arte”
Más allá de sesudos debates y definiciones inequívocas, el arte y la cultura son, en esencia, productos del quehacer humano colectivo, provienen y regresan a la comunidad, enriqueciéndola y transformándola a cada paso. Ese legado que la historia va dividiendo en etapas y corrientes, ha perdurado siempre por el mismo fenómeno: el contacto de la obra (en cualquiera de sus manifestaciones) con el espectador. Parece obvio afirmar que el arte surge de un colectivo, del contacto del artista con lo que lo rodea, y vuelve a él porque, finalmente, le pertenece; pero en muchos casos este ciclo natural no sucede. En muchos casos, el arte permanece colgado en vitrinas, atrapado en pequeños recintos, envejeciendo y perdiendo sentido ante los ojos de unos pocos “afortunados” que observan a través de un cristal o alguna butaca.
Apostar por el “arte vivo”, el que ocurre y se reinventa a cada momento en las calles, no es una tarea sencilla, pero para el artista gráfico y visual, Javier Arelyss, es en realidad una forma de despertar a la sociedad, llenando estos “espacios vacíos” que en muchos casos han sido secuestrados por la violencia, la carencia y el desencanto. Los proyectos de la Colectiva Gráfica Hidalguense son como los cristales vistos desde un caleidoscopio: cine, grabado, poesía, fotografía y todas las actividades culturales que se desprenden de su contacto con la gente, giran alrededor de la Colectiva formando prismas de todos colores, nutriéndose y nutriendo a otros a través de la experiencia.
Javier Arely (sin las dos eses que agregó a su apellido como nombre artístico) es originario de la Ciudad de México, pero radica en Pachuca desde hace una década. Con apenas 29 años, ya tiene una licenciatura en Artes Visuales y cursa una maestría en la Academia de San Carlos, en la UNAM, ha logrado llevar a la Colectiva que formó con tres compañeros, a un gran número de festivales artísticos y culturales, pero sobre todo, a rincones de la huasteca a los que pocos artistas han llegado.
En esta Colectiva, Javier lleva el cine y la parte gráfica, Maribel Guerrero se ocupa del registro fotográfico y la representación, Hans Giébe dirige la sección editorial y de poesía, y Alma Rodríguez se encarga de la administración. En entrevista con El Ciudadano, Javier nos habla de su historia y de los proyectos más importantes de la Colectiva.
Los inicios: una apuesta por la libertad
La Colectiva Gráfica Hidalguense es un proyecto independiente que inició en julio de 2015. Surgió por una necesidad de llenar espacios vacíos en el estado de Hidalgo, como siempre lo he dicho, y tiene su base en la ciudad de Pachuca, que es donde tenemos el taller. Desde ahí salimos a diferentes municipios del estado y al interior de la República, en donde cada vez son más frecuentes las invitaciones para ir a festivales y encuentros artísticos, sobre todo en la Ciudad de México, que es de donde obtenemos la mayoría de nuestros ingresos como proyecto independiente.
A mediados de 2015, unos meses antes de egresar de la carrera de Artes Visuales en el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), yo tenía la intención de iniciar un proyecto vinculado con la Gráfica Móvil, que consistía literalmente en sacar el taller de grabado al espacio público. Me había inspirado en un taller que me impactó mucho: el “Taller el Ajolote”, en la CDMX, y en otro artista que después sería mi maestro, Demián Flores, a quien considero el mejor artista gráfico de este país.
De esa inquietud y esa influencia nació el proyecto de la Colectiva Gráfica Hidalguense, que formé junto con un compañero del Instituto de Artes y al que después se sumaron dos integrantes más.
Desde la fundación de la Colectiva y en cada uno de los proyectos que han surgido de ella, siempre estuve seguro de que quería un proyecto independiente, ya que eso nos liberaría por completo de cualquier compromiso unilateral para poder desarrollar nuestro quehacer artístico con total libertad, por eso nos hemos mantenido como un proyecto independiente, autónomo y autogestivo, porque creo que esas son las características esenciales del arte.
Cine en vivo con “CINEAMANO”
En 2014, un año antes de que iniciara la Colectiva, yo había empezando a viajar como artista itinerante a muchos festivales culturales y circuitos artísticos, con un montaje de cine en vivo, como yo le llamo. Es un proyecto multidisciplinario en el que se conjugan las artes visuales, la poesía y el arte sonoro. Ese primer proyecto de cine surgió desde la necesidad de usar las artes visuales en vivo a través de una proyección ejecutada en tiempo real, con el objetivo de hablar y reflexionar en torno a la terrible violencia que se vive en nuestro país, y que ese año era muy evidente.
CINEAMANO me ha llevado por muchos escenarios importantes, entre ellos la Antigua Academia de San Carlos, en la UNAM, el MUAC, el Festival Filux y la Alianza Francesa de México.
Gráfica en vivo con “Tórculo Nómada Hidalguense”
“Tórculo Nómada Hidalguense” fue nuestro primer proyecto de gráfica móvil, que es la impresión de grabados en el espacio público, lo que yo llamo “gráfica en vivo”. Los alcances que ha tenido nos han sorprendido, nunca nos lo imaginamos pero la primera invitación que recibimos para llevarlo al espacio público fue por parte del periódico La Jornada y Cencos, nada más y nada menos que en la explanada de Bellas Artes.
Las experiencias que surgieron de este proyecto nos fueron llevando de la mano, por la misma reacción de la gente, a la impartición de talleres de grabado y todo lo que se refiere a las artes visuales. Esa parte educativa la desarrollamos en nuestro taller de gráfica, llamado “Tuna Gráfica Hidalguense”, que es el espacio físico donde desarrollamos nuestros proyectos. Creo que sin quererlo, con la gráfica nos hemos convertido en los mayores impresores de grabados en Hidalgo porque los tirajes de impresiones que hacemos son bastante considerables.
Arte en papel con Ediciones ICI
Ediciones ICI fue el primer proyecto que inicié en 2010 con una pequeña editorial independiente, pero durante unos años fue sólo una marca. Sin embargo, a partir del trabajo en las demás artes ha ido creciendo hasta que a fines del año pasado nos invitaron a hacer una alianza editorial para la producción de plaquettes de poesía de diferentes poetas hidalguenses y materiales gráficos con la editorial VOZABISAL, del poeta Hans Giébe.
Nuestra colaboración en la producción de plaquettes de poesía busca conjuntar esta expresión artística con la parte gráfica y de diseño. Es un proyecto en el que creemos y que va de la mano con el trabajo artístico de la Colectiva, en el sentido de mezclar las artes visuales con la literatura y seguir cruzando fronteras.
La experiencia en Colectivo
Con los proyectos de cine y gráfica hemos podido poner en acción las artes visuales en el espacio público: universidades, festivales, encuentros artísticos, tianguis, casas de la cultura, cafés culturales, entre otros muchos escenarios y auditorios.
Nuestro quehacer artístico nos ha llevado a muchos lugares del corazón de la huasteca hidalguense y a grandes festivales como el del Equinoccio, hemos intentado cubrir prácticamente todos los municipios del estado (a la fecha somos la única colectiva que lo ha hecho), pero también nos interesa crecer hacia afuera, por lo que hemos buscado colaboraciones en el extranjero, así pudimos participar en una exposición gráfica en el Maison Du Mexique, en París.
Nos parece que el trabajo de la Colectiva puede tener un impacto positivo real en la vida de las personas, y es por eso que no hemos parado desde que lo iniciamos.
Buscamos centrar nuestra atención en generar nuevos contenidos y proyectos que tienen que ver con las artes visuales. Una de las experiencias más gratificantes que hemos tenido fue en diciembre del año pasado, cuando asistimos a un festival en la huasteca hidalguense llamado “Festival Tlahuil”, por invitación de una organización llamada “Nuhusehe Educación y Desarrollo”. Nuestra participación consistió en hacer dos presentaciones de cine en vivo e impartir dos talleres de gráfica en esa región de Hidalgo a la que la cultura y el arte casi nunca llegan, y la respuesta que obtuvimos fue increíble. Ver a jóvenes, niños y público en general acercarse a las diferentes disciplinas artísticas nos reafirmó que actividades como estas son lo que nuestro país realmente necesita. Como resultado de ese festival surgió un catálogo gráfico de los diseños que crearon los niños y jóvenes, con lo cual intentamos crear un precedente que tiene que ver con la memoria y la historia.