Empoderamiento migrante. Mecanismo de participación en la toma de decisiones del país

Lurante décadas el actual sistema político mexicano, fincado sobre una compleja estructura donde se tejen los más diversos intereses y complicidades, con una política rentable para pocos y una crisis económica permanente para la mayoría, ha generado un magro desarrollo excluyendo a los ciudadanos y beneficiando a un grupo de privilegiados.

Al hartazgo que hoy en día tiene la sociedad por los niveles tan elevados de corrupción y el grado de impunidad que esos intereses generan, se suma un sentimiento de frustración por el grado de exclusión en la participación política y la falta de inclusión en el desarrollo económico.

Esta situación demanda avanzar en la construcción de un sistema político incluyente y con oportunidades para todos, que abra de lleno la vida política a la participación de los ciudadanos.

Esa es la ruta que la sociedad demanda: la construcción de un Proyecto de País que nos lleve a la creación de espacios para nuevos actores y aliente la participación con formas de organización política a nivel regional y local.

Tenemos que establecer las condiciones para que los ciudadanos puedan vigilar y hacer responsables a los gobernantes de sus acciones; premiar a los buenos gobiernos y castigar a los malos. Debemos promover una responsabilidad política que cierre las puertas a los corruptos y las abra a quienes hacen de la política una actividad solidaria.

En Movimiento Ciudadano estamos convencidos de que el grupo gobernante no representa a la mayoría, por el contrario, la mayoría de ciudadanos están cansados de ser rehenes de un pequeño grupo que aspira a conservar el poder y los privilegios.

Por ello, hemos avanzado en la construcción de una alternativa que permita realizar un cambio profundo al país, a través de devolverle a los ciudadanos la capacidad y voluntad de decisión. Regresar el poder a los ciudadanos, a quienes legítimamente pertenece, requiere una serie de acciones:

• Postular a ciudadanos a los cargos de elección popular para que impulsen los cambios;
• Respaldar, como lo hemos hecho en Movimiento Ciudadano, a las candidaturas independientes, a pesar de los obstáculos que los partidos tradicionales les han impuesto para hacerlas inviables;
• Dar cabida en Movimiento Ciudadano a quienes aspiran a ser candidatos, como una alternativa de empoderamiento;
• Devolver a los ciudadanos el derecho de destituir, en caso de ineficiencia o corrupción, o ratificar, en caso de buenos resultados, a los gobernantes en su cargo a través de la revocación de mandato;
• Identificar e impulsar liderazgos sociales en colonias, pueblos, municipios y estados;
• Lograr que los ciudadanos influyan en las decisiones de gobierno mediante el presupuesto participativo, la iniciativa popular, el plebiscito, el referéndum, la acción de inconstitucionalidad ciudadana, la audiencia pública, el cabildo en sesión abierta y el derecho de réplica ciudadana.

Por estas razones, Movimiento Ciudadano ha abierto sus puertas a las organizaciones de la sociedad civil, de ciudadanos y ciudadanas independientes y grupos sociales comprometidos con los altos intereses de la nación, para que puedan participar en la vida política y electoral del país. Para que tengan la oportunidad de acceder fundamentalmente a ser legisladores y formar parte de los gobiernos, para que desde ahí el verdadero poder de la ciudadanía ejerza el derecho legítimo que todos los mexicanos tenemos de defender nuestros valores individuales y colectivos.

En este contexto, la comunidad de mexicanos que viven en el extranjero igualmente ha sido excluida de las decisiones, pese al gran aporte que realiza con su valor y casos de éxito, su liderazgo y gran calidad humana, más allá del monto de las remesas que envían al país.

En Movimiento Ciudadano vemos un abandono por parte de las autoridades mexicanas y la ausencia de un interés genuino para apoyar y defender los derechos de tantos connacionales que residen en Estados Unidos.

Resulta lamentable que no cuenten con la protección y representación necesaria para que realmente su voz sea escuchada y reprochamos que las autoridades, tanto de México como de Estados Unidos, no velen por sus intereses.

En el caso de la comunidad mexicana migrante, la apertura a la sociedad por parte de nuestro Movimiento ha transitado por una etapa de colaboración y comunicación constante que inició con giras de trabajo por diversas ciudades de la Unión Americana, donde se concentra la mayor población de mexicanos, a fin de conocer las propuestas de atención a su problemática.

El trabajo con la comunidad migrante mexicana radicada en Estados Unidos continuó con un par de encuentros más, ahora en la Ciudad de México, el primero con motivo de la constitución del Movimiento Migrante al interior de Movimiento Ciudadano, y el segundo en razón de la llegada al Congreso de la Unión de Salvador García González, diputado migrante de Movimiento Ciudadano.

En todo este proceso, nuestros diputados ciudadanos han impulsado acciones en defensa de sus derechos humanos; han presentado iniciativas que buscan beneficiarlos a nivel federal y local; en varios de nuestros gobiernos se han establecido ventanillas de atención a migrantes en retorno y con ellos hemos trabajado el tema del voto a distancia.

Por ello, nos enorgullece contar dentro del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano con un diputado migrante que tiene experiencia, liderazgo y temple para alzar la voz en favor de la comunidad migrante. En él, los migrantes tienen un representante en el Congreso con el talento y la calidad moral para defender sus derechos.

Ahora, el trabajo de empoderamiento del migrante se fortalece mediante la demanda de Movimiento Ciudadano de incrementar la representación de los mexicanos migrantes que viven en el exterior a través de una mayor presencia en la Cámara de Diputados y Senadores, además de las posiciones que puedan tener a nivel estatal.

Los mexicanos que se han visto obligados a salir del país en busca de mejores oportunidades:

• Poseen la voluntad y el coraje necesarios para lograr cambios importantes;
• Ejercen una fuerte influencia en distintos rubros de la vida nacional y a través de sus familiares dentro de nuestras fronteras;
• Han sido capaces de superar la adversidad, alcanzando un importante nivel de organización en la defensa de sus derechos;
• Hoy requieren de la atención seria e institucional de las autoridades de ambos lados de la frontera y demandan respeto a sus derechos humanos.

Con una mayor representación de la propia comunidad migrante en el Congreso de la Unión se podrán alcanzar importantes retos, entre ellos:

• Incidir en la construcción de un régimen migratorio ordenado, seguro, digno y respetuoso;
• Influir en la definición de una política exterior mexicana que permita el fortalecimiento de sus vínculos con nuestra cultura y su reintegración económica a sus lugares de origen;
• Recuperar el rumbo del país junto con los ciudadanos libres, no sólo los que viven en México, sino particularmente los viven fuera de nuestras fronteras y desean un México más justo, seguro y con oportunidades para todos.

Con ello estaremos mitigando, en parte, la deuda histórica que el Estado mexicano tiene con sus migrantes.