“En México tenemos la posibilidad de triunfar, sobre todo por gente que está creando áreas de oportunidad para los artistas emergentes. Cada vez hay más personas apoyando o jóvenes que impulsan a otros para lograr vivir del arte”
Mace poco más de dos años, en febrero de 2016, la exposición “Miradas del Mundo”, en la galería Torre del Reloj, puso en el mapa de la pintura mexicana a una artista de tan sólo 22 años, con un proyecto sólido y una técnica que cautivó a los espectadores. Ese proyecto, que comenzó como un reto personal de dominar la técnica del retrato en acuarela, llevó a Bego Goyeneche a encontrar el concepto en el cual se basaría su colección: la mirada. En el camino fue haciendo contacto con fotógrafos de todo el mundo para proponerles pintar sus fotografías, el único requisito para ella era que los rostros estuvieran mirando al frente, ese fue el hilo conductor que la llevó a elegir cada fotografía para sus cuadros, aunque al parecer fueron las fotografías las que la eligieron para hacer trascender la imagen y darle vida nueva a través de su acuarela.
“Miradas del mundo”, en palabras de la autora, habla de la conexión que existe entre todos los seres humanos, que hoy se reinventa y fortalece gracias a la tecnología, y de cómo no hace falta más que una mirada para poder identificarnos con alguien que nunca habíamos visto. Esa mirada también incluye la del artista, quien posee la sensibilidad necesaria de ver esa conexión y la habilidad para representarla a través de una imagen.
Hoy, a sus 24 años, la pintora y diseñadora gráfica Begoña Goyeneche habla en entrevista para El Ciudadano sobre su concepción del arte, sus proyectos futuros y el camino que ha recorrido a través de estas “miradas” propias y ajenas.
¿Cómo comenzó tu acercamiento con la pintura?
Mi mamá ha pintado toda su vida, entonces desde muy chiquita estuve rodeada por el mundo de la pintura, además de que mis papás siempre me apoyaron y alentaron esta vena artística. Siempre he sido muy manual, entré a clases de pintura desde los 7 años y a partir de entonces nunca la he dejado.
¿De todos los estilos que podrías dominar, por qué elegiste el retrato?
No me había atrevido a trabajar retratos por miedo a que fueran muy difíciles, pero un día buscando qué pintar, mi profesora de pintura propuso el reto de empezar uno como un ejercicio. El retrato era de una niña refugiada en Tailandia. Después encontré otro retrato y desde ahí me empecé a sentir muy conectada con el tema y con el reto de seguir mejorando en representar a la gente. Me gustó cómo cada cuadro tenía personalidad propia y el sentir que podía estar un poco más cerca de la historia de cada persona.
¿Cómo comenzó el proyecto de “Miradas del mundo” que culminó en la exposición que se hizo hace dos años?
Al seguir con los retratos empecé a leer las historias y de ahí nació la idea de tomar las “Miradas del Mundo” como tema central, buscando expresar cómo todas las personas estamos conectadas a través de la mirada, sin importar nuestro origen o idioma.
¿Qué cambió para ti y tu carrera después de la exposición, cómo repercutió en tu trabajo?
Personalmente, me ayudó a ver que los retos se pueden vencer y a exigirme aún más en la acuarela. Me falta mucho por aprender, pero es un gran impulso ver que la gente empieza a conectar con tu arte. Desde que comencé a planear la exposición la gente empezó a ver “Miradas del Mundo” como un tema con el que podían identificarse, me mandaban fotos que les gustaban y me lo comentaban.
Tengo entendido que sigues explorando el tema de las miradas, que incluso lo ligaste con el trabajo de los rescatistas del sismo del año pasado, ¿cómo ha ido evolucionando este tema?
Sí, estuve un rato buscando otro tema, pero siempre regresaba a las miradas sin darme cuenta. Ha ido evolucionando un poco porque ahora quiero hablar un poco más de lo que puede rodear a cada persona, su contexto, y cómo eso nos va formando y haciendo quienes somos.
Desde la exposición pasada se vio un intento de tu parte por integrar el arte de la pintura con otras expresiones, como la fotografía, el video, las nuevas tecnologías. ¿De qué manera crees que evoluciona el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, a través del tiempo? ¿Desde dónde nos hablan tus cuadros para provocar una experiencia en gente de tu generación o de cualquier otra?
Al ser una expresión humana, el arte va evolucionando al mismo tiempo que las personas, tanto en lo individual como en lo colectivo. A lo largo de la historia se puede ver cómo la gente ha buscado expresar su forma de ver el mundo según lo que se vive en ese momento. Hoy en día, en la era digital, creo que es imposible dejar a un lado esto, aun cuando hablamos de arte. Ya sea en la forma en la que los artistas incluyen el arte digital en su obra, los que buscan crear una experiencia más extensa apoyándose en la tecnología o desde el simple hecho de los medios a través de los que comunicamos nuestras obras. Cada vez aprendo más de la obra de diversos artistas por medio de las redes sociales o publicaciones, y cada vez se ve más apoyo en la tecnología.
¿De qué manera puede abrirse camino un artista joven en la sociedad mexicana actual, donde cada vez se habla más de que “del arte no se vive”? Tú eres una artista mexicana, ¿crees que la única forma de triunfar en las artes en tu país es salir al extranjero?
No, creo que en México tenemos la posibilidad de triunfar sobre todo por gente que está creando áreas de oportunidad para los artistas emergentes. Cada vez hay más personas apoyando a jóvenes que impulsan a otros para lograr vivir del arte. Empieza a verse más claro que hay gente apostando por esto. Aunque, por otro lado, en un mundo tan globalizado y conectado, tampoco nos podemos quedar únicamente con lo que se hace aquí. Siempre es bueno aprender de otros y seguir buscando cómo conectar.
Se dice que estamos en la era de la imagen, pero a la vez estamos saturados de imágenes publicitarias, personales, comerciales y las de todas las redes sociales, ¿cómo hacer para que la fuerza de la imagen no se diluya entre tanto ruido visual?
Creo que el arte habla por sí solo. Sí, estamos invadidos de imágenes, pero muchas veces son tantas y tienen tan poco peso que lo único que consiguen es hacer ruido visual. En realidad cuando empezamos a conectar a un nivel más profundo es con las imágenes que realmente nos hablan y con las que, aún entre tantas otras, nos provocan una experiencia que conduce a una reflexión.
¿Cuáles son tus proyectos a futuro?
Quiero seguir aprendiendo, quiero avanzar en la acuarela y empezar a experimentar un poco más. Me gustaría armar otra exposición y seguir buscando lugares o muestras donde poder exponer mi obra para que la gente pueda conectar con ella.
¿Cómo se puede integrar al arte en la vida cotidiana de los mexicanos, de manera que no se vea como un objeto de lujo, una actividad para unos cuantos o un espacio exclusivo para intelectuales?
Me gusta pensar en el arte, especialmente en la pintura, como algo que todos tenemos al alcance. Todos tenemos la necesidad de comunicarnos y todos podemos empezar a plasmar esa necesidad en papel. No importa la forma, la técnica o qué tan familiarizado estés con las bases. Creo que con esto en mente se puede ir a más museos, exposiciones o galerías sin la postura de ir a ver algo que es ajeno a nosotros, sino tomarlo como una oportunidad de aprender más de la gente y de uno mismo.