Sandra Guzmán
Del 18 de febrero al 11 de marzo tuve la oportunidad de vivir una de las experiencias más gratas de mi vida: visité la Antártida. Esto como parte del Homeward Bound, un proyecto nacido en Australia que busca fortalecer el liderazgo de mujeres en la ciencia y que en 10 años desea crear una red de 1,000 científicas de todo el mundo.
En estas líneas quiero compartir lo que significó esta experiencia desde tres puntos de vista: mujeres, Antártida y cambio climático.
MUJERES
Durante años se ha hablado de la necesidad de empoderar a la mujer y de darle más espacios en sectores estratégicos como el científico. Algunos datos para ejemplificar la inequidad de la que hemos sido presa son: 1) Según WHO, Reportaje Violence of Women, el 38 por ciento de las muertes de mujeres en el mundo son a causa de la violencia de género; 2) Según Oxfam, existen países en los que las mujeres cobran hasta 75 por ciento menos que los hombres; y 3) La web Internationalbusinessreport afirma que, de manera global, únicamente el 21 por ciento de los puestos directivos son ocupados por mujeres. Esto sólo por mencionar algunos datos relevantes.
Pese a esta realidad difícil de digerir, en la expedición conocí a cerca de 80 mujeres de más de 20 países que están trabajando en diversas disciplinas, incluso una de ellas ganadora de un Premio Nobel. La realidad es que aunque la historia no nos ha hecho del todo justicia aún, el trabajo de cientos de mujeres nos ha permitido tomar estos espacios y oportunidades que hoy nos hacen agentes de cambio.
Muchas personas preguntan por qué crear iniciativas sólo para mujeres, y es que empoderarnos es una manera de reconocer y promover nuestras capacidades, porque la forma en la que vemos las cosas es diferente y, por ende, nuestra visión puede crear cambios que marquen la diferencia en los patrones de vida actuales, creados en su mayoría por hombres y que están impactando de manera irreversible en la economía, la sociedad y el mundo entero.
ANTÁRTIDA
No hay palabras que puedan describir lo que la Antártida es y significa, es simplemente un territorio energético con una belleza indescriptible que, pese a su fortaleza, es sumamente vulnerable.
Con una flora y fauna únicas, la Antártida está cubierta al 90 por ciento de hielo y cuenta con el 80 por ciento de las reservas de agua dulce del planeta.
Aunque sin habitantes permanentes, la Antártida cuenta con cientos de investigadores que están por temporadas, ya que es un territorio aún en exploración, del que poco conocemos pero mucho dependemos. ¿Por qué?
Porque su progresivo derretimiento de glaciares generará un incremento en el nivel del mar que afectará a las zonas costeras del mundo entero. Porque con la afectación de la cadena alimenticia debido a la pesca masiva y al calentamiento global estamos acabando con especies como los pingüinos Adelie, que son endémicos de la zona antártica pero cuyo impacto en la cadena podría tener consecuencias aún desconocidas.
CAMBIO CLIMÁTICO
El cambio climático es conocido por muchos como la mayor amenaza a la que nos enfrentamos en tiempos modernos. Un problema que avanza con rapidez debido al incremento en el consumo y explotación de combustibles fósiles y que, pese a ser identificada como la causa, sigue estando en las prioridades de la planeación de muchos países como los latinoamericanos.
Es un problema que ya está costando grandes cantidades de dinero en el mundo. Un problema que no podrá resolverse desde un solo sector y un solo frente, sino a través de la acción colectiva responsable, es decir, en la que cada una de las partes haga lo propio.
Es un problema para el que ya hay soluciones, lo único que falta es voluntad y los medios adecuados para ponerlas en marcha.
¿CÓMO SE RELACIONAN ESTOS TRES ASPECTOS?
Homeward Bound ha logrado conjuntar estos tres aspectos creando una historia sobre el importante rol que tenemos las mujeres para hacer frente a problemas globales como el cambio climático. Así ha logrado llevar cada año a 100 mujeres a la Antártida, con el fin de conocer más sobre los impactos del cambio climático en este territorio y alzar la voz para motivar a la acción global.
Los resultados de esta expedición han sido alentadores desde el punto de vista humano, porque este grupo de mujeres expertas en decenas de disciplinas tienen ideas claras sobre lo que debe cambiar en el mundo para asegurar un futuro sustentable.
Sin embargo, fue una expedición que desde el punto de vista del cambio climático tuvo resultados sumamente alarmantes. La Antártida está sufriendo los estragos del cambio climático, el derretimiento de glaciares, la muerte de especies, los cambios en el patrón de lluvias del continente más seco y la progresiva afectación de especies en el suelo marino; éstas son sólo algunas de las observaciones recogidas en los 20 días de expedición.
Dicho conocimiento fue obtenido a través de las diversas bases científicas (Carlini, Argentina; Palmer, Estados Unidos; Rothera, Reino Unido), además de otras bases en donde hay habitantes que han observado estos cambios de manera cotidiana (Cámara, Argentina; Port Lockroy, Reino Unido y La Muralla, China). A lo anterior hay que sumar también el conocimiento adquirido por las líderes científicas de la expedición y por la documentación realizada de manera previa al viaje.
Mi trabajo como científica social fue documentar los impactos y confirmar lo que muchos científicos han dicho alrededor del mundo: el cambio climático está afectando a la Antártida y esos impactos tendrán efectos globales. La diferencia es que con esta expedición deseamos enfatizar que las mujeres estamos comprometidas con esta lucha y con poner en marcha las soluciones que hacen falta.
Nosotras somos el presente y las que estamos cambiando la historia, y aunque aún tenemos serios retos y obstáculos, la estrategia será trabajar de manera conjunta y fortalecernos unas a otras para alcanzar las metas que nos hemos propuesto, porque juntas somos más fuertes. Como señala el lema de Homeward Bound: “La madre tierra necesita a sus hijas”.
