“No debemos subestimar el resultado del IPCC, es realista, no alarmista porque de no controlarse radicalmente la emisión de gases de efecto invernadero, la humanidad vivirá el desastre del planeta en tan sólo 12 años”, afirmó la investigadora de la UNAM, Graciela Ragas.
En la última década, a nivel mundial hemos presenciado el aumento de fenómenos atípicos como olas de calor, inundaciones, tormentas, incendios forestales, sequías, incremento del nivel del mar o descenso del hielo en el Ártico y blanqueamiento de corales a causa del calentamiento global, a pesar de que la temperatura aún no rebasa 1 °C.
No obstante, la situación empeorará antes de lo imaginado, porque se prevé que la temperatura aumente a 1.5, o peor aún, a 2 °C entre 2030 y 2050, debido al ritmo acelerado en la generación de emisiones de gases de efecto invernadero, advirtió el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático, que convocó a 91 científicos y asesores para realizar el Informe Especial sobre el Calentamiento Global de 1.5 grados.
El informe que se aprobó ante el pleno del IPPC el pasado 8 de octubre en la República de Corea, exhorta a los gobiernos a realizar una transformación sin precedentes para limitar el aumento de la temperatura a 1.5 °C. No sólo porque frente a las estimaciones actuales está en riesgo de incumplirse el objetivo más ambicioso que se tomó en 2015 durante el Acuerdo de París, que era no sobrepasar 1.5 °C en 2100, sino porque resultaría devastador para la humanidad.
La científica de la UNAM, Graciela Raga (quien participó en la elaboración del cuarto informe del IPCC galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2007, junto con el ex vicepresidente de Estados Unidos, Albert Arnold Gore), afirmó que “basándonos en los datos actuales, la estimación del Acuerdo de París ya carece de realismo porque en este momento sobrepasamos los 0.80 °C, es decir, estamos a menos de un grado para alcanzar los 1.5 °C. Y ciertamente, alcanzar los 2 °C resultaría catastrófico para diversos ecosistemas y millones de habitantes”.
Por esta razón, la investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, destacó que “no debemos subestimar el resultado del IPCC, es realista, no alarmista, porque de no controlarse radicalmente la emisión de gases de efecto invernadero, la humanidad vivirá el desastre del planeta en tan sólo 12 años”.
Asimismo, explicó que los científicos provenientes de 40 países realizaron el informe del IPCC en respuesta a una invitación hecha por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) cuando aprobó el Acuerdo de París en 2015. En aquella ocasión, los países insulares solicitaron al IPCC un informe sobre los impactos que provocará el incremento del nivel del mar para el año 2100, a causa del aumento de la temperatura entre 1.5 y 2 °C, debido a que dichas naciones serán las primeras en sufrir los estragos.
El título completo del reporte es Calentamiento global de 1.5 °C, Informe especial del IPCC sobre los impactos del calentamiento global de 1.5 °C con respecto a los niveles preindustriales y las trayectorias correspondientes que deberían seguir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, en el contexto del reforzamiento de la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, el desarrollo sostenible y los esfuerzos por erradicar la pobreza.
La especialista de la UNAM resaltó que este informe será una contribución científica fundamental en la Conferencia sobre el Cambio Climático que se celebrará el próximo mes de diciembre en Katowice (Polonia), donde los gobiernos examinarán el Acuerdo de París para acordar cómo afrontarán los efectos del cambio climático.
De hecho, las políticas que los países pusieron sobre la mesa en diciembre del 2015 (que obligan a todos los firmantes a presentar planes de reducción de emisiones), en estos momentos implicarían que el calentamiento llegue a los 3°C a final de siglo.
En este sentido, Graciela Raga resaltó que “se requiere que los gobiernos hagan un mayor esfuerzo para reducir las fuentes que generan emisiones. Es cierto que el Acuerdo de París resultó monumental porque era un tema rezagado y lograron acordar que reducirían emisiones. No obstante, el problema será que, en diciembre de este año, los gobiernos logren establecer acuerdos sobre cómo reducirán emisiones”.
La académica lamentó que desde hace décadas los científicos han advertido sobre las consecuencias del cambio climático, sin embargo, los políticos prefieren actuar sólo a corto plazo. Incluso, el primer reporte que publicó la comunidad científica entorno a la situación del clima y sus impactos fue en 1990, “pero resulta evidente que no se tomó ninguna medida para frenar las consecuencias, si no, no estaríamos viviendo esta situación”.
CONSECUENCIAS CATASTRÓFICAS
SE PREVÉ QUE LA TEMPERATURA AUMENTE A 1.5, O PEOR AÚN, A 2 °C ENTRE 2030 Y 2050, DEBIDO AL RITMO ACELERADO EN LA GENERACIÓN DE EMISIONES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO, ADVIRTIÓ EL PANEL INTERGUBERNAMENTAL PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO (IPCC, POR SUS SIGLAS EN INGLÉS), ÓRGANO DE LAS NACIONES UNIDAS ENCARGADO DE EVALUAR LOS CONOCIMIENTOS CIENTÍFICOS RELATIVOS AL CAMBIO CLIMÁTICO, QUE CONVOCÓ A 91 CIENTÍFICOS Y ASESORES PARA REALIZAR EL INFORME ESPECIAL SOBRE EL CALENTAMIENTO GLOBAL DE 1.5 GRADOS
El estudio que se basa en más de seis mil referencias científicas, señala, por ejemplo, que en 2100 la elevación del nivel global del mar sería 10 cm inferior con un calentamiento global de 1.5 °C en comparación con uno de 2 °C, y se estima que alrededor de diez millones de personas estarían expuestas a los impactos que provocaría este fenómeno. “Habrá mayor potencial de riesgo en las costas donde se están construyendo mega ciudades porque implica un incremento migratorio, pero a la vez se prevé un mayor número de inundaciones”, explicó la académica.
La probabilidad de que el océano Ártico quedara libre de hielo en verano sería de una vez por siglo con un calentamiento global de 1.5 °C, frente a un mínimo de una vez por decenio con uno de 2 °C. Además los arrecifes de coral disminuirían entre un 70 y un 90 por ciento con un calentamiento global de 1.5 °C, mientras que prácticamente desaparecerían con uno de 2 °C.
Alcanzar 2°C implicaría mayor pérdida de especies y extinciones, el incremento de incendios forestales, así como la propagación de animales y vegetales invasores. También habría un mayor número de eventos extremos, como olas de calor que durarían cuatro o cinco días las 24 horas, lo que provocaría decesos en la población vulnerable, como adultos mayores, niños menores de dos años o enfermos.
Especialistas en el área de Ciencias Sociales señalan que la población con mayor probabilidad de sufrir dichos impactos habita en regiones tropicales y algunos son países sumamente pobres, como africanos, asiáticos o centroamericanos. “La gente no está preparada para soportar un calor tan intenso ni tendrá los recursos económicos que permitan acondicionar sus hogares. En general, la población de escasos recursos siempre será más endeble”, resaltó Graciela Raga.
El IPCC proyecta más daños para el ser humano si alcanza los 2°C. Estima que habrá más impactos en “la salud, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria, el abastecimiento de agua, la seguridad y el crecimiento económico”. El informe apunta que limitar el calentamiento a 1.5 frente a los 2°C supone reducir el número de personas expuestas a los riesgos climáticos y la pobreza en “varios cientos de millones” para 2050.
También restringiría la incidencia de enfermedades como el dengue y la malaria, así como los cambios en la distribución geográfica de la población. Se afirma que si se permite que la temperatura global supere o “sobrepase” los 1.5 °C sería necesario depender en mayor medida de técnicas que absorbieran CO2 de la atmósfera para volver a un calentamiento global inferior a 1.5 °C en 2100. Sin embargo, la efectividad de esas técnicas no está probada a gran escala y algunas de ellas podrán implicar riesgos importantes para el desarrollo sostenible.
MEDIDAS DRÁSTICAS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
La energía –el sector eléctrico y de transporte– es clave en la lucha contra el calentamiento global. El informe del IPCC establece que para cumplir la meta de alcanzar 1.5 °C hasta el 2100 se requiere que en 2050 entre el 70 y el 85 por ciento de la electricidad sea de origen renovable, es decir, libre de emisiones de gases de efecto invernadero.
El estudio refiere que se puede usar gas natural sólo si se aplican medidas de captura y almacenaje del CO2, incluso el informe señala que en 2050 el ocho por ciento de la electricidad podría generarse con gas; aunque el carbón no es considerado en ningún caso, y la energía nuclear se menciona, pero sin establecer alguna medida.
En el sector energético, el informe estima que para cumplir con el 1.5 se requiere una inversión de 900 mil millones de dólares anuales entre 2015 y 2050. Y cifra en un 12 por ciento más lo que se necesita para alcanzar el objetivo del 1.5, respecto a los 2°C.
En el caso del transporte, el informe apunta a un cambio radical: la cuota de energías bajas en emisiones debe pasar del cinco por ciento previsto en 2020 a entre el 35 y el 65 por ciento en 2050. En la industria, las emisiones de CO2 deberán ser entre un 75 y un 90 por ciento menores en 2050 respecto a los niveles de 2010. O bien, entre un 50 y un 80 por ciento si el objetivo es llegar a 2°C.
El informe apunta que se necesita una transición “sin precedentes”, con cambios “rápidos” y de “gran alcance” en la electricidad, la agricultura, las ciudades, el transporte y la industria.
ACCIONES CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Estados Unidos anunció su retiro del Acuerdo de París, no obstante, hay estados estadounidenses progresistas que entienden perfectamente el costo económico que conlleva el cambio climático por el aumento de la temperatura, el cambio en la distribución de eventos extremos y la mayor probabilidad de que se inunden las zonas costeras, como es el caso de Florida, explicó Graciela Raga.
Por lo tanto, dijo, saben perfectamente que no pueden quedarse con los brazos cruzados, incluso han empezado actuar; por ejemplo, California y Nueva York, que destacan por su poderío económico, actualmente han adoptado un liderazgo sumamente importante en Estados Unidos al poner en práctica medidas de mitigación de emisiones.
“Aunque Donald Trump haya dicho que se saldrá del Acuerdo, las acciones de líderes en algunos estados y ciudades estadounidenses no resultan tan deprimentes porque han efectuado reducciones. Incluso Texas, el estado que se distingue por su industria petrolera, decidió invertir en energía eólica, porque además desde el punto de vista económico las energías renovables son cada vez más accesibles”, resaltó.
“La comunidad científica mundial se enfrenta al líder del país más poderoso del planeta, Donald Trump, quien es ignorante en muchos temas, aunque destaca en este tema científico porque no es un asunto que deba o no creerse. Desde hace décadas, la comunidad científica ha hecho un esfuerzo para comunicar todos los aspectos científicos sobre el cambio climático”, afirmó la académica.
Otra iniciativa que tiene como objetivo combatir el cambio climático es el Grupo de Liderazgo Climático, mejor conocido como C40, que un inicio estuvo conformado por 40 ciudades, aunque en la actualidad suma 90 urbes, que se han comprometido a disminuir las emisiones. Recientemente en San Francisco este grupo anunció que 27 ciudades habían disminuido al menos un 10 por ciento de emisiones en los últimos cinco años. “Lamentablemente, la Ciudad de México aún no logra este objetivo, pero debemos presionar a nuestro gobierno porque este problema también conlleva muchas afectaciones a la salud”, resaltó Raga.
La investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM explicó que actualmente las ciudades concentran alrededor del 50 por ciento de la población mundial, pero en el 2050 será el 80 por ciento. El informe también enlista acciones que la sociedad puede realizar desde su trinchera para ayudar en dicha transición, como no consumir tanta carne, reducir el número de vuelos, usar más la bicicleta, entre otros. “Los gobiernos no harán nada si la sociedad no se los demanda. Se debe considerar que el cambio climático también afecta la distribución de comida o agua, es decir, genera mayor inequidad”, destacó.
Por esta razón, debemos exigir una radical transición hacia un sistema más sustentable para reducir las emisiones. “Se tiene el potencial para lograr estos objetivos, aunque son sumamente ambiciosos. Por ello, en diciembre debemos estar atentos a las resoluciones que adopten las 195 naciones para mitigar el cambio climático”, concluyó Graciela Raga.