“Sabemos que hacer arte y hacer cultura también es un negocio”:Swald Huerta
“Todo aquel que participe, cree, apoye o difunda cultura es susceptible de volverse Culturalmente Responsable”: Swald Huerta
Culturalmente Responsable es el movimiento sociocultural más importante en México, dedicado a vincular a la iniciativa privada, al gobierno, a los artistas y a las asociaciones civiles en pro de la cultura y de su difusión. Buscamos modificar formas de pensar, hábitos que lleven a reducir índices de criminalidad para lograr hacer de México un país (no sólo una ciudad) más consciente, más pleno, más honesto, más participativo… más culto.
El movimiento surge al observar cómo, durante todo este proceso de viacrucis cultural que podemos llegar a vivir los artistas y los creadores de diferentes artes o manifestaciones culturales, te vas topando con mucha ignorancia acerca de este tema, lo que conduce a esta actitud apática tanto del gobierno como de la iniciativa privada. Es por eso que también apoyamos mucho la industria creativa, porque sabemos que hacer arte y hacer cultura también es un negocio.
Culturalmente Responsable tiene diferentes áreas de acción: tenemos una que se encarga de la vinculación empresarial; otra dedicada a la vinculación con el gobierno; otra que lleva la vinculación con artistas; otra que se hace cargo de la difusión en medios de comunicación; y también tenemos otra área que consideramos muy importante, que es la economía naranja o la industria creativa, porque uno de nuestros compromisos más fuertes es el fortalecimiento de la economía del país a partir de la industria creativa.
Economía naranja e industria creativa
La economía naranja es un movimiento que surge en Colombia hace 15 o 20 años aproximadamente, cuando el rescate de los espacios públicos por medio de la cultura comenzó a ser una necesidad de primer orden ante el problema de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Debido al cierre de teatros, recintos, galerías, etcétera, los artistas comenzaron a adueñarse de las calles, lo cual creó un movimiento cultural que hizo que la gente saliera a las calles con otro ánimo y, a su vez, provocó la reducción de la violencia.
El movimiento traspasó fronteras y se comenzó a replicar, por ejemplo, en Brasil; las instituciones se dieron cuenta de esto y empezaron a crear hubs creativos, comunidades culturales que crean espacios alternativos habitados por artistas de todas las disciplinas y se concentran en colonias. Así se desarrollaron proyectos culturales de vía sustentable: el movimiento naranja creó finalmente una economía naranja que se basa en una economía de gasto e inversión de dinero en proyectos culturales sustentables y creativos que son susceptibles de dejar una derrama económica importante.
Hay gente en México que ya forma parte de la economía naranja y no lo sabe, esa gente debe ser reconocida. Nosotros desarrollamos este esquema con la incubadora Órbita Nueve, que funciona a partir de la incubación de proyectos creativos y culturales para poder desarrollarlos. Una vez que está incubado el proyecto susceptible de inversión, entra Culturalmente Responsable para empujarlo y presentarlo a los empresarios que puedan hacer de ese propósito una realidad. Todo este movimiento que estamos desarrollando junto con Órbita Nueve, se llama Distrito Creativo México, que busca ser el hub cultural más importante, por lo pronto en la Ciudad de México. Estamos enfocados en que surja desde el primer cuadro del Centro Histórico hacia el resto de la ciudad y buscamos que la Secretaría de Cultura y el gobierno de la Ciudad de México desarrollen este entendimiento con nosotros para lograr, por ahora, que todas las calles de este primer cuadro tengan una intervención cultural.
Así como ya están intervenidos espacios como la calle Madero y se hacen corredores turísticos, también buscamos que se hagan corredores culturales para que los artistas tengan un espacio donde la gente pueda transitar el fin de semana, por ejemplo, y encontrarse con esta oferta cultural de una manera mucho más rica y organizada. En resumen, buscamos hacer un movimiento para que la Ciudad de México se vuelva un distrito de creatividad, promoción y difusión de la cultura hacia el exterior.
Campaña Inteligente Cultural
Los artistas no hacen su trabajo “por amor al arte”, esa frase es una estupidez y necesitamos que en todos los sectores dejen de pensar de esa forma. Las personas que nos dedicamos a esto es porque tenemos cosas que decir, pero comemos lo mismo que los empresarios, nada más que mal. Por eso requerimos hacer estos vínculos con la iniciativa pública y privada, para poder impulsar correctamente la oferta cultural.
De ahí que uno de los reconocimientos que estamos dando es para la Campaña Inteligente Cultural. No vamos a reconocer un comercial donde salgan niñas bailando en traje de baño, esa no es la única forma de vender; ahí es donde entra Distrito Creativo México para desarrollar campañas que creen imágenes positivas y logren impulsar un cambio en la mentalidad de nuestra sociedad; hay mucha creatividad en México, sólo necesita estar bien encauzada hacia la cultura que también vende. Se ha visto en campañas como la de la cervecería Victoria, la de cerveza Indio, la de Mundet, la de librerías Gandhi, estas son campañas inteligentes que impulsan a los mexicanos.
Distinciones, reconocimientos y certificaciones para ser Culturalmente Responsable
Culturalmente Responsable distingue, reconoce y certifica. Por un lado, distingue a empresas, instituciones, personas físicas o morales que participen en la elaboración o difusión de algún proyecto cultural. Si es apoyado a partir de la oferta cultural que nosotros tenemos, perfecto, pero si lo han hecho por sus medios o los de alguna otra institución también podemos lograr esa vinculación para hacer que la cultura se difunda, logrando esa distinción. Todo aquel que participe, cree, apoye o difunda cultura es susceptible de volverse culturalmente responsable.
Por otro lado, tenemos los reconocimientos, que son de carácter nacional y, en un primer punto, para los empresarios (no las empresas) que realicen este aporte cultural. Los lineamientos a partir de los cuales se puede otorgar este reconocimiento pueden ser en siete áreas diferentes: difusión de cultura, promoción de cultura, defensa de las tradiciones, defensa de la mexicanidad, apoyo a grupos vulnerables, apoyo y cuidado del medio ambiente y la campaña inteligente cultural. Los reconocimientos son nacionales, se someten a una votación para que una vez al año pueda reconocerse al empresario como culturalmente responsable.
Otros reconocimientos que vamos a tener, también de carácter nacional, son a los institutos, a los municipios o a los gobiernos que apoyen directamente con programas culturales en los cuales intervenga Culturalmente Responsable, promoviendo la cultura tanto local como nacional. Esos reconocimientos son a mayor escala.
El tercero ya es la certificación, que solamente la pueden lograr las empresas, personas morales que cubran diferentes requisitos. Estamos trabajando en esos lineamientos, que van a ser por ejemplo: que estén vinculados directamente con alguna asociación cultural, que tengan cursos al interior de la empresa, que organicen semanas culturales, que vean por la familia, los colaboradores o empleados a partir de dichos eventos culturales; que consuman obras de arte, teatro o conciertos para los empleados; que impulsen la economía local, que den trabajo a mexicanos, entre otros. Además van a poder ser culturalmente responsables en distintos grados, habrá empresas que cubran al cien por ciento y será de alguna manera una certificación oro, pero también habrá platino o bronce, porque sabemos que hay empresas más pequeñas que no pueden cubrir ciertos lineamientos.
Estos requisitos van muy enfocados a la infancia porque creemos que si modificamos la forma de pensar de los niños, en diez o quince años vamos a tener ciudadanos mucho más sensibles, más inteligentes, más libres… mejor preparados. Para que los niños puedan usar, por ejemplo, un celular que les permita crear arte, y no sólo jugar videojuegos, necesitamos que las empresas que hacen alta tecnología se vinculen con nosotros y a la par desarrollemos un programa cultural para que los niños puedan aplicarlo. Ahí es donde entra la economía naranja y la industria creativa, para que también los empresarios puedan lograr un beneficio económico al desarrollar una idea creativa.
Nosotros trabajamos la certificación directamente con acuerdos internacionales. Una vez desarrollando todos los sistemas de evaluación que necesitamos vamos a tener el enlace directo con British Consul; con la Organización de las Naciones Unidas (ONU); la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); la Organización de los Estados Americanos (OEA); la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), etcétera. Todos estos organismos internacionales tienen acuerdos como el derecho a la cultura, la Agenda 20-30 o el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Lo que buscamos es lograr que todos estos organismos puedan conocer el trabajo que estamos desarrollando y nos brinden su alianza para poder reforzarlo y que estas certificaciones tengan mayor validez.
Donaciones y deducciones con Culturalmente Responsable
Culturalmente Responsable es una Asociación Civil y donataria autorizada, lo que implica que las empresas pueden donar y eso conlleva una deducción fiscal. Por un lado, con nosotros la donación es una de las partes que tienen que cubrir para la certificación, pero no necesariamente van a certificarse por haber donado. Podemos darles el distintivo de agradecimiento por haber donado y ayudarles a hacer su evento, pero si donan automáticamente les hacemos un recibo para que puedan deducir impuestos; podemos deducir la cantidad que quieran, aunque las empresas deben tener en claro que pueden donar hasta el siete por ciento del Impuesto Sobre la Renta (ISR) del ejercicio fiscal anterior.
En Culturalmente Responsable reconocemos que si alguien ha donado frecuentemente a una causa es susceptible de merecer un reconocimiento por difundir, vincular y hacer una cultura de responsabilidad. Pero también estamos buscando tener una injerencia política para que ese porcentaje de deducción aumente hasta un diez o doce por ciento. Hay que apoyar al empresario porque finalmente es el que da trabajo. Esta asociación también está hecha para generar riqueza al empresario, porque a partir de la empresa creativa vamos a generarle utilidades. De esta manera, a la iniciativa privada le conviene trabajar con Culturalmente Responsable para poder obtener mayores beneficios: tanto en la deducción de impuestos como en la mejora y el apoyo a su plan de marketing, además de un reconocimiento o distintivo que le va a servir de soporte al momento en que decida buscar la certificación.