“Cuando se conoce el origen de un problema, ya sea producido por uno mismo o por alguien más, lo que sucede es que se genera comprensión y compasión, y en ese momento deja de afectar al cuerpo”
“El verdadero sanador no cura a las personas, las guía para que sean ellas mismas las responsables de su sanación al soltar las emociones que están guardando”
En la primera entrega de esta entrevista, el psicoterapeuta espiritual Alfredo García Suárez nos habló de “la otra cara de la hipnosis” como herramienta para acceder al subconsciente y mostrarnos el origen de diversos conflictos que se expresan a través de enfermedades en el cuerpo físico.
Después de conocer un poco acerca de los fundamentos científicos de esta herramienta y su potencial para la sanación, la pregunta obligada es ¿por qué no se ha extendido su uso en la sociedad actual? En cuestiones tan urgentes como las adicciones, la obesidad y otras enfermedades que se han convertido en temas de salud pública, una herramienta de sanación tan poderosa sería fundamental. Al respecto, Alfredo García Suárez nos habla en esta segunda parte de los intereses económicos, los mitos, el desconocimiento y la falta de ética que rodean a la hipnosis, impidiendo que muchas personas puedan sanar conflictos de origen en vez de “curar” los síntomas que surgen como consecuencia.
SANAR A LA GENTE NO ES REDITUABLE, CURARLA SÍ
A este “estado acrecentado de consciencia” que se alcanza en la hipnosis se puede entrar de muchas formas, por ejemplo a través de la meditación, ¿por qué no funciona de la misma manera?
Lo que sucede es que a través de la meditación llegas a un punto en el que ya no te puedes autodirigir. En cambio, en la hipnosis, a través de la mente inconsciente un terapeuta puede guiar la atención de la persona hacia el problema que vea que hay que afrontar.
En mis cursos y conferencias, una de las cosas en la que siempre insisto es en que nadie tiene derecho a tratar de sanar a otra persona. Tú puedes llegar a decirme que tienes colitis, por ejemplo, y yo como médico puedo darte un tratamiento con alguna medicina para sanar las molestias, pero en ese momento también te estoy quitando la oportunidad que te está dando el cuerpo de llamar la atención sobre la emoción que estás guardando. Como todo en nuestro cuerpo son frecuencias electromagnéticas, todas las emociones tienen una frecuencia determinada, al igual que todos los órganos; por lo tanto, una emoción acumulada va a generar un problema en el órgano del cuerpo que corresponda a la misma, lo que hay que hacer entonces es generar una frecuencia electromagnética diferente para que pueda sanar. Es por eso que el verdadero sanador no cura a las personas, las guía para que sean ellas mismas las responsables de su sanación al soltar las emociones que están guardando.
¿Qué pasa si una persona que acude a un hipnotista no quiere realmente ser hipnotizada, puede acceder a este estado acrecentado de conciencia incluso sin quererlo?
Es muy difícil, aunque hay algunas técnicas. Cualquiera puede ser hipnotizado a través de la técnica adecuada, con excepción de las personas que tengan algún daño neurológico, principalmente porque no pueden mantener un cierto nivel de concentración que se requiere para permanecer en ese estado de consciencia. Pero independientemente de que la persona pueda ser hipnotizada, lo recomendable es: primero, estar de acuerdo con entrar en ese estado, y segundo, tener una noción de qué es lo que busca resolver.
¿Cuántas sesiones de hipnosis se necesitan para sanar problemas graves?
Dependería del tipo de padecimiento, pero puedo decir que, en mi experiencia, una situación difícil de vida no toma más de cuatro o cinco sesiones a lo largo del año, aunque las terapias que imparto son largas, de aproximadamente tres horas.
Normalmente desde la primera sesión sales con muchos de los problemas resueltos, pero hay casos como los de las adicciones, por ejemplo, donde tiene que haber un refuerzo constante para que no haya una recaída. Pero en estos casos también es importante la forma de tratar el conflicto.
El problema es que sanar a la gente no es redituable, curarla sí, porque entonces el laboratorio puede seguir creando medicinas para cualquier síntoma, pero buscar el origen y resolverlo no es negocio, de la misma manera que para las religiones una persona sin culpa no es negocio.
LA FUNCIÓN NO ES RESOLVER EL CONFLICTO, SINO CONOCER SU ORIGEN PARA QUE YA NO AFECTE
Profundizando un poco en el tema de las adicciones, que afecta a tantas personas en el mundo e incluso alimenta al crimen organizado a través del narcotráfico, ¿de qué manera puede ayudar la hipnosis terapéutica?
Hay hipnotistas a los que llegan muchas personas tratando de quitar una adicción, por ejemplo al tabaco, y lo que hacen es darles instrucciones opuestas al placer que sienten al fumar, relacionando el cigarro con lo que más asco les pueda dar. El problema es que lo que están haciendo realmente es enfocarse en el síntoma y no en el origen. Es como haber tenido una intoxicación por comer mariscos y que vayas a que te receten una crema para la urticaria, la irritación en la piel va a desaparecer, pero el origen, que es el comer mariscos, no se conoce, y en cuanto esa persona repita la acción, el cuerpo va a volver a mostrar ese síntoma.
Con las adicciones sucede lo mismo, generalmente se forman en la infancia. En los primeros años la única forma que tienes de expresarte es llorando, puedes llorar porque tienes hambre, porque tienes cólico, porque necesitas brazos, etcétera, y te calman a través de la boca, te dan pecho, chupón, mamila y te tranquilizas. Después empiezas a ponerle nombre a las cosas, pero lloras y no sabes por qué, y en vez de ayudar al niño a darse cuenta del motivo, lo que hace la mayoría de la gente es darle algo para calmarlo, un chocolate, un té, un helado… Una vez más, en vez de expresar las emociones “te las tragas”, es algo que sucede hoy en día incluso con los aparatos electrónicos, que también son considerados oralidades porque contribuyen a distraer de la emoción.
De esta manera, cuando creces y te sientes triste, aburrido, ansioso, lo que haces es ir al refrigerador, prender un cigarro, tomar una copa o lo que sea, pero cuando tu mente está expresando a través de un hobbie o cualquier actividad que realmente te permita estar en unión con tu espiritualidad y tu personalidad, el cuerpo no te pide una distracción.
En realidad las adicciones son enfermedades que se generan por un problema de comunicación, y por lo tanto, si vas a una sesión de hipnosis y no te enfocas en quitarte el cigarro sino en buscar el origen de por qué fumas, puedes resolver esa parte de la comunicación y sacar todo lo que está ahí guardado para que ya no surja la necesidad de fumar.
¿Qué sucede cuando alguien llega al origen de su problema pero no tiene la voluntad de resolverlo? ¿Se puede sanar sin voluntad?
En la mayoría de los casos el conflicto se resuelve, pero esa no es la función de la terapia, la función es que ese conflicto no te afecte. Cuando se conoce el origen de un problema, ya sea producido por uno mismo o por alguien más, lo que sucede es que se genera comprensión y compasión, y en ese momento deja de afectar al cuerpo.
Un ejemplo muy común son los divorcios, la persona llega con ganas de matar a su expareja y cuando se da cuenta de que la eligió específicamente para resolver situaciones generadas en su infancia se quita todo el elemento personal y se va el resentimiento, pero eso no implica que vayan a regresar, simplemente ya no la enferma. No tiene que ver tanto la voluntad como la comprensión, porque si tú acudes a un sacerdote con el mismo problema, lo que te dice es que tienes que perdonar, y tú puedes tener la voluntad de hacerlo, pero ese sentimiento no llega a la profundidad necesaria porque no conoces el origen; al haber comprensión y después compasión, en realidad no hay nada que perdonar.
Con todas estas explicaciones, si hay un camino tan rápido, en comparación con los tratamientos médicos largos y costos, ¿por qué la gente no se acerca a la hipnosis para tratar enfermedades?
Podría dar muchos testimonios de pacientes que han experimentado cambios enormes a consecuencia de la hipnosis, el problema, por un lado, es que hay una gran falta de ética en muchos terapeutas, al igual que en muchos médicos que necesitan al paciente recurrente porque viven de él, y como consecuencia la experiencia de la gente en muchos casos es poco exitosa.
Por otro lado, también hay muchas falsas creencias, mucha ignorancia alrededor del tema, y esto provoca que se le coloque del lado de lo “no científico y, por lo tanto, no racional y no real”. Poca gente se toma el tiempo de conocer las bases científicas de la hipnosis, y si a esto le sumamos la falta de ética de muchos terapeutas, el resultado es que los esquemas de salud con los que nos hemos manejado, dedicados a tratar consecuencias en vez de causas, se perpetúen.