Ramírez Alujas, Álvaro (2011)
En la actualidad el recurso más escaso es la confianza, a tal grado que hoy en día puede considerarse un conflicto en particular entre el gobernado y el gobernante, por lo que se debe crear valor en las acciones de gobierno y encontrar los mecanismos mediante los cuales se pueda transmitir y generar el vínculo de certidumbre, convicción y certeza con la ciudadanía, que dote de cercanía, cubra esa necesidad de ser tomado en cuenta e impulse la participación del gobernado en la toma de decisiones.
Requerimos que la participación ciudadana se actualice y fortalezca con mecanismos innovadores, transformando el esquema tradicional de participación por uno que permita destacar el rol de los ciudadanos en el mundo moderno de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Hoy vivimos una nueva era y el gobierno debe hacer frente a los retos que trae consigo la cuarta revolución derivada de las exigencias del ciudadano digital.
Hablar de gobierno abierto digital es interpretarlo como un ecosistema de datos virtuales en el que interactúan de manera permanente tres aspectos fundamentales como ejes rectores: la transparencia y acceso a la información pública, la participación y la colaboración entre los gobernantes, las administraciones y la sociedad. Un mecanismo mediante el cual la ciudadanía, el gobernante y la administración pública fortalezcan su relación. En la actualidad, a través de los medios digitales, teléfonos celulares o de la tecnología más innovadora del momento, Blockchain (“Cadena de bloques”), se puede rediseñar para mejorar los procesos y procedimientos al insertar un conjunto de tecnologías en la administración pública que posibiliten la transformación digital, para que el gobierno pueda trabajar eficientemente a favor de las actividades comunitarias, acciones colectivas y resolver conflictos.
Se trata de lograr un espacio que permita conectar todo el sector público de manera digital y generar cambios importantes en diversos sectores, con especial énfasis en los procesos de autoregulación y en la elaboración de mejores políticas públicas basadas en la certificación, generando valor y, desde luego, mayor confianza en el desarrollo de actividades de los servidores públicos y otras áreas de la administración pública. Lo cual permitirá que evolucionemos hacia un espacio abierto a todos, que sea seguro, confiable, estable e incluyente.
Hoy, gracias a la tecnología digital, el acceso a los teléfonos celulares y la innovación Blockchain, el gobierno y las administraciones públicas podrían ser más transparentes y proyectar mayor fortaleza, ya que el ciudadano tendría mejor servicio para la disponibilidad de datos abiertos; los trámites podrían ser mejor clasificados, entregados con mayor rapidez; la certificación sería inviolable, sin posibilidad alguna de alteración de la información. Con un gobierno abierto digital estaríamos construyendo una cultura de ciber seguridad global, en pro de una sociedad que tenga mayor confianza, que sea más justa e informada, empoderando así el vínculo entre sociedad y gobierno.
Un gobierno abierto digital permite importantes e interesantes avances y cambios que mejoran las condiciones de vida en lo político, social, económico y en la rendición de cuentas. Permitiría, por ejemplo: una mayor seguridad en los procesos electorales a través del voto electrónico; la creación de una ventanilla digital de trámites para registros públicos de propiedad, actas de nacimiento, defunción, documentos de identidad, certificación de procesos administrativos o transparencia de recursos en licitaciones. Diversos rubros en los que el conocimiento de este nuevo sistema y tecnologías procuraría un sinfín de alternativas para generar incluso mejores políticas públicas y vincularlas con un mayor y mejor acceso democrático en la sociedad.
Reino Unido, Australia, Corea del Sur, Uruguay y Chile son países que han logrado incorporar adecuadamente la tecnología, ya que se han visto obligados a tejer nuevos códigos culturales que permitan atender los requerimientos del ciudadano digital, las dinámicas inherentes al mundo de la innovación y tecnología. A partir de lo anterior, y a mi juicio, estamos frente la oportunidad de que México pueda sumarse a este cambio, tenemos ya la apertura de adoptar masivamente el rol del ciudadano digital.