El lugar provoca en los visitantes una experiencia apesadumbrada porque es inevitable imaginar el drama y el dolor de millones de familias judías VÍCTIMAS Del Holocausto
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ad Vashem, también conocido como Autoridad para el Recuerdo de los Mártires y los Héroes del Holocausto, tiene el propósito de recolectar todo el material significativo relacionado con el Holocausto, episodio fundamental en la historia del pueblo judío, en el que millones de personas fueron víctimas del antisemitismo y la violencia sistemática del régimen nazi y sus aliados europeos entre 1933 y 1945.
El lugar fue fundado en 1953 por el parlamento israelí con el propósito de conmemorar a los mártires del exterminio y preservar el legado de todas las comunidades judías violentadas antes y durante la Segunda Guerra Mundial. El museo se extiende en aproximadamente 100 hectáreas en el Monte Herzl, en la histórica ciudad de Jerusalén.
Yad Vashem representa un esfuerzo ejemplar por reunir los testimonios de millones de víctimas y sobrevivientes del Holocausto. Esto implica para el Estado de Israel un gigantesco esfuerzo de investigación y recolección de evidencia del genocidio. Desde su construcción y hasta nuestros días mantiene su misión perpetua de recolectar nombres y datos que permitan inscribir a más personas en las “Hojas de Testimonio”, simbólicas lápidas creadas por los sobrevivientes en memoria de sus familiares y amigos.
Para quienes hemos tenido la oportunidad de visitar este museo, la entrada es gratuita y no se acepta el ingreso a niños menores de 10 años. El lugar cuenta con nueve galerías subterráneas que narran la historia del Holocausto desde el punto de vista del pueblo judío. Sorprende la gran cantidad de fotos, anuarios, álbumes y documentos como pasaportes, diarios, cartas, así como objetos de las víctimas y sobrevivientes. El sitio provoca en los visitantes una experiencia apesadumbrada porque es inevitable imaginar el drama y el dolor de millones de familias judías que sufrieron este trágico episodio.
El recorrido del museo avanza de forma cronológica conforme el régimen nazi fue sistemáticamente imponiendo leyes y medidas de exterminio contra la población judía que habitaba Alemania y los países conquistados. Yad Vashem muestra crudas evidencias del genocidio en casi todos los países europeos; como es sabido, la población más afectada fue la que se encontraba en el este, particularmente en Polonia y los países bálticos. Una gráfica en las primeras salas muestra la población judía que existía en Europa en 1933, antes de la llegada de los nazis al poder, y contrasta con la población que sobrevivió al exterminio.
En uno de los pasillos se encuentran muchos libros amontonados que representan la gran hoguera de 1933, en la que fueron destruidas las obras de autores judíos destacados. Más adelante se puede apreciar la forma en que el régimen nazi comenzó la construcción de guetos y campos de exterminio, así como las difíciles condiciones que experimentaba la población cautiva.
Una de las salas tiene en el piso una representación de las vías férreas y los vagones en los que deportaron a millones de judíos. En otra sala aparece la reconstrucción exacta de las puertas y alambradas de los campos, así como los instrumentos que utilizaban los prisioneros para el trabajo forzado. En una de las últimas galerías se encuentra la “Lista de Schindler”, con los nombres de más de mil judíos que fueron salvados por el empresario alemán. Asimismo, se muestran fotos y videos de otras personas que, al igual que Oskar Schindler, ayudaron a miles de personas a sobrevivir. En la parte final del recorrido de los museos se encuentra la “Sala de los Nombres”, compuesta por una gigantesca cúpula que contiene nombres y datos de las víctimas.
El complejo también aloja el Museo de Arte del Holocausto, en el que se exhibe la mayor colección de obras realizadas en guetos, campos de concentración y otros lugares que son testimonio de la tragedia. En este sitio se alberga una gran cantidad de documentos y piezas de artistas judíos. Asimismo, se encuentra el “Pabellón de Exhibiciones”, que aloja exposiciones temáticas y artísticas relacionadas con el tema.
Dentro del museo existe un centro audiovisual con documentales y películas, así como testimonios de sobrevivientes que revelan a las nuevas generaciones esta parte de la historia. Además, el museo tiene un centro de aprendizaje con una enorme base de datos de historiadores, estudiosos y filósofos sobre el Holocausto. De hecho, si los visitantes quieren conocer más del tema, además de las visitas guiadas individuales y grupales es posible platicar con los mismos sobrevivientes del holocausto, si así se desea. El lugar aloja la Escuela Internacional para Estudios del Holocausto, cuyo objetivo es promover la enseñanza y transmisión del legado del genocidio a las nuevas generaciones a través de investigación, seminarios y actividades educativas.
Desde luego que el Museo tiene una Sinagoga, donde los visitantes judíos de todo el mundo pueden recitar el Kaddish en memoria de sus seres queridos o realizar servicios religiosos dedicados a las comunidades desaparecidas.
En la parte exterior existen edificios y espacios adjuntos que también componen el museo de Yad Vashem. A la salida del recorrido se encuentra la “Avenida de los Justos entre las Naciones”, en la que se han plantado árboles en memoria de aquellas personas valientes no judías que arriesgaron su vida para salvar a muchas personas del Holocausto. También se encuentra la “Cripta del Recuerdo”, simbólico edificio en el que están grabados los nombres de 22 sitios que funcionaron como campos de trabajo forzado y exterminio. En este lugar se puede observar la “llama eterna” que alumbra permanentemente una lápida en la cual yacen cenizas traídas de campos de concentración.
En la parte exterior se pueden observar el “Pilar del Heroísmo” y el “Monumento a los Combatientes Judíos y partisanos” que representan la resistencia de aquellos que se rebelaron contra la opresión nazi, así como el millón y medio de judíos combatientes en la Segunda Guerra Mundial. El lugar cuenta con dos plazas grandes: la Plaza del Gueto de Varsovia o Muro del Recuerdo, construida con ladrillos rojos, que representa el muro del antiguo Gueto; y las esculturas llamadas “El levantamiento del Gueto” y la “Última marcha”, que recuerda la deportación masiva del pueblo.
En Yad Vashem existen otros espacios importantes como el “Memorial de los Niños”, que es un monumento conmemorativo construido en una gruta y erigido en honor al millón y medio de niños que murieron durante el Holocausto; el “Valle de las Comunidades”, donde se encuentran inscritos en 107 muros los nombres de más de cinco mil comunidades judías destruidas o afectadas durante este periodo. Finalmente el “Memorial de los Deportados”, que en realidad es un vagón de carga alemán original donado por las autoridades polacas, en el que fueron transportadas millones de familias a los campos nazis.
Sin lugar a dudas, Yad Vashem es un monumento a la resistencia del pueblo judío, para que nadie olvide nunca los crímenes perpetrados contra el pueblo judío. Este espacio nos da esperanza, pero igualmente nos recuerda otros genocidios que tampoco deben olvidarse y deben ser aclarados, juzgados y recordados, como sucedió en Yugoslavia, Rwanda y tantos lugares donde prevalece la intolerancia y se violenta a minorías étnicas y religiosas.
A la salida del Yad Vashem está inscrita una cita del profeta bíblico Joel que sintetiza la misión del lugar: “¿Ha sucedido algo así en tus días o en los días de tus padres? Díselo a tus hijos y deja que tus hijos se lo digan a sus hijos y a sus hijos de la próxima generación…”