Con el objetivo de proteger y reconocer al mezcal, así como el trabajo de los maestros mezcaleros que producen desde menos de mil hasta 10 mil litros al año, el Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano (GPMC) en el Senado de la República presentó la iniciativa de Ley Federal de los Mezcales Tradicionales.
Este proyecto propone que en las próximas denominaciones de origen que se asignen también se especifiquen las indicaciones geográficas, es decir, ahora se dará a conocer de qué región y quién elabora la bebida, porque el lugar y el proceso de preparación son determinantes y únicos en el mundo, lo que otorga un sello particular a la bebida.
“En el país existen magueyes que sólo se cultivan en cierta zona y no existen en otra parte del mundo, por esta razón es importante especificar el tipo de agave, el nombre del municipio o región donde se genera la bebida y el nombre del maestro mezcalero”, asegura Emiliano Hernández Macedonio, asesor jurídico del GPMC en el Senado de la República.
Lo más importante de esta propuesta es proteger el patrimonio social y cultural del país, pero sobre todo reconocer y remunerar el trabajo de los maestros mezcaleros, que en la mayoría de los casos son campesinos o indígenas de las zonas más necesitadas del país. “Son ellos quienes trabajan las 32 variedades de magueyes, quienes de generación en generación han heredado la sabiduría para elaborar el mezcal, porque es parte de sus tradiciones”, destacó.
En el marco de la Exposición Nacional de Mezcales Tradiciones que se llevó a cabo en el Senado de la República, Emiliano Hernández explicó que esta iniciativa deja intacto el ámbito industrial, es decir, aquellos que producen más de 10 mil litros de mezcal en cinco o seis semanas y en contenedores de acero inoxidable. Asimismo, las denominaciones de origen que ya existen como mezcal, bacanora, raicilla, entre otros, quedarían intactas.
A través de esta propuesta de iniciativa, Movimiento Ciudadano plantea la creación de Comisiones Regionales en todo el país, que estarían integradas por miembros del gobierno federal, estatal, municipal y los maestros mezcaleros de la región para que, en conjunto, determinen qué bebidas ameritan la denominación de origen o una indicación geográfica, ya sea por el arraigo del maestro mezcalero, por su historia o por el proceso ampliamente conocido en la región que otorga calidad a su mezcal.
En la actualidad uno de los requisitos para formar parte del Consejo Regulador del Mezcal es pagar 40 mil pesos para obtener la licencia de toda la cadena productiva, es decir, sembrar maguey, producir mezcal, envasar y comercializar. Sin embargo, los pequeños productores no pueden solventar ese gasto, entonces lo venden a intermediarios que lo revenden a mayor costo. Otro impedimento es que deben costearse el viaje para presentar la solicitud de registro ante el Consejo, el cual puede ubicarse en cualquier estado de la República. Hernández Macedonio señaló que “el campesino o indígena que apenas puede producir un poco de bebida para su venta se va por la clandestinidad, aunque el litro se les pague a 100 pesos”.
Esto propicia que no se valore el trabajo del maestro mezcalero y lo que conlleva talar árboles, recolectar el agave y el agua. Por otra parte, mencionó, se requiere que los recursos naturales se recuperen mediante una norma de protección que articule todas las políticas públicas, que al final favorezcan al pequeño productor.
En este sentido, la iniciativa propone la creación de un banco de germoplasma para proteger genéticamente los magueyes y seguir cultivando los que se encuentran en peligro de extinción, así como un instituto de investigación que permita aprovechar los agroresiduos que se generan después de trabajar el maguey, porque podrían ser aprovechados para crear más de 50 productos y brindarles mayores ingresos a los pequeños productores.
“En Europa, por ejemplo, existen más de mil denominaciones de origen e indicaciones geográficas de todo tipo, en México están registrados tan sólo 16, es una lástima que no se proteja la diversidad cultural de los productos que existen en el país. Por eso, Movimiento Ciudadano tiene más de seis meses realizando reuniones de trabajo con diversos especialistas de agave, mezcales, denominación de origen, así como comercialización del producto”, dijo.
Cabe señalar que el maguey es un producto que fortalece el ecosistema porque permite la generación de más vegetación, ayuda a sostener el suelo, evita deslaves y tiene la capacidad para sobrevivir en zonas áridas adversas. En caso de no ser aprobada esta iniciativa persistiría el problema de la sobreexplotación del agave silvestre, se incrementaría la tala inmoderada y, por tanto, la deforestación, aunada al problema del Cambio Climático.
“Se pretende que la situación económica se invierta, porque actualmente quienes ganan y tienen la riqueza son los intermediarios y los industriales, ahora se busca que la riqueza sea para quien lo produce, porque sus ganancias son mínimas, a veces venden en 50 o 100 pesos el litro; mientras los grandes productores lo venden en 700 o hasta mil 500 dólares o euros sólo porque generan una botella diferente, pero el contenido es el mismo”, resaltó Emiliano Hernández Macedonio.
UN LITRO DE MEZCAL IMPLICA MÍNIMO 18 DÍAS DE ELABORACIÓN
El maestro mezcalero Teodomiro Santiago, oriundo del pueblo San Vicente Coatlán, Oaxaca, explica que este proyecto resulta benéfico para los pequeños productores de mezcal, debido a que en la actualidad el Consejo Nacional de Mezcal les impone diversas trabas que les impiden la certificación, por ejemplo, al no pagar 40 mil pesos y otras cuestiones relacionadas con el proceso de elaboración.
“Lo único que provocan es que abaratemos el costo del mezcal y que otros países lo compren para posteriormente venderlo a mayor costo. Nosotros no queremos tener intermediarios, queremos que cada productor tenga una marca para venderlo con facilidad. Pero como no estamos certificados, ni siquiera le podemos llamar mezcal a nuestra bebida, sino komil. Estamos en desacuerdo porque ni siquiera sabemos de dónde salió ese nombre, y nosotros los campesinos somos quienes elaboramos este producto de manera artesanal y ancestral”.
“También nos interesa que se apruebe esta iniciativa para que nos ayuden en el proceso de elaboración que conlleva la siembra, la cosecha y mejorar nuestra producción de mezcal. Necesitamos que nos apoyen con la siembra porque el maguey se está terminando; apenas un grupo de mujeres está trabajando en la recolección de semillas, y unos muchachos están sembrando árboles, que los ocupamos para hornear el maguey y para la destilación, pero esto mismo ha provocado la escasez de agua, y son elementos esenciales para la producción del mezcal”.
El maestro mezcalero señala que “además, nos conviene que se especifiquen las indicaciones geográficas porque en cada pueblo o región varía el sabor del producto, incluso en el mismo lugar, porque unos usan agua de pozo y otros de manantial; también por el suelo donde se siembra el maguey y porque cada productor le pone su toque particular”.
Teodomiro Santiago explica que para generar una botella de un litro de mezcal con agave tobalá se requieren entre 12 o 15 kilos de maguey, mientras que para el maguey espadín se necesitan 10 kilos. Asimismo, señala que su elaboración toma mínimo 18 días.
“Nos tardamos entre dos o tres días cortando el maguey, pero si es silvestre entre cinco o seis días porque debemos traerlo del campo; después de talar árboles esa madera la usamos para hornear la piña del maguey, la cual debe permanecer cinco días tapada para que se cosa bien; luego lo trasladamos a las tinas para la fermentación donde lo dejamos ochos días. Para destilarlo en una tina tardamos entre tres y cuatro días. La producción es larga y costosa, al mes producimos cerca de 200 litros, para lo cual utilizamos alrededor de cuatro o cinco toneladas de maguey. La calidad de nuestro mezcal es alta porque es de 50°”, explica el maestro mezcalero.
EL MEZCAL BRINDA IDENTIDAD A MÉXICO
El organizador de la Exposición Nacional de Mezcales Tradicionales, a la cual asistieron más de 60 productores de diversos estados del país, Abel Alcántara, explica que es necesario diferenciar entre el mezcal tradicional y el industrial. En primer lugar, porque el industrial lo genera un grupo restringido de empresarios que producen el 95 por ciento de esta bebida en el país, para lo cual utilizan maguey cultivado, su elaboración es de manera continua porque la piña se avienta a la banda sin fin y el mezcal sólo alcanza 38°.
En comparación, el artesanal se elabora con magueyes silvestres, endémicos de cada una de las regiones del país. También involucra al medio ambiente, cultura, tradición e historia. “Todos son productores que han heredado de generación en generación la sabiduría para elaborar el mezcal”, explica uno de los impulsores de la iniciativa de Ley Federal de los Mezcales Tradicionales.
De no aprobarse este proyecto se pone en riesgo una gran cantidad de magueyes que de por sí están en peligro de extinción, no se tomarían medidas necesarias para preservar el agua, tampoco se juzgaría adecuadamente el trabajo que representa a los decanos del mezcal, que ancestralmente producen esta bebida y, por ende, se retrasaría el desarrollo de los mezcales tradicionales, concluyó Abel Alcántara.