“En mi mundo vida y muerte son el juego, el espectador es quien tira de las siluetas. Un Dios personal”
“La vida que nos es presentada sólo es posible debido a las carencias y fallas de nuestra memoria. Mi vida imaginaria es la creación de una memoria vívida en la que sostengo la integridad del sufrimiento por
el que he pasado”
Arturo Sánchez Meyer
El arte visual de Gala Čaki ha adquirido un gran reconocimiento, no sólo dentro de la pintura serbia actual sino en muchas partes del mundo. Su técnica, pero sobre todo su estética, su forma de entender la pintura como instrumento para cuestionar la realidad que nos es presentada y reencontrar otra, mucho más compleja en donde tiempo y espacio se desdibujan, han contribuido a cuestionar los grandes temas de la cultura, las emociones humanas, la vida y la muerte.
A pesar de la distancia, los horarios y las barreras idiomáticas, esta joven artista concedió una entrevista exclusiva para El Ciudadano, en un intento por cuestionar las verdades absolutas e invitar a los lectores a entrar en un mundo en el que, como sucede en sus instalaciones, la emoción es la clave para enriquecer la existencia.
No muchos mexicanos están relacionados con la cultura serbia, ¿cómo describirías la influencia de tu cultura en tus creaciones?
Muy profunda, el hogar es donde nos duele. Serbia me ha dado la oportunidad de ver sufrimiento, amor, relaciones reales entre la gente. Todo eso ha creado mi mundo artístico.
Tienes una licenciatura, dos maestrías y un doctorado. Desde tu experiencia, ¿qué tan importante crees que resulta el conocimiento académico para ser un artista?
No es importante para nada. La poética de tu propio ser es crucial para el arte. Todos esos títulos sirven para la venta. Las complejidades que viven las mujeres son increíbles en un mundo de hombres.
Has sido acreedora a muchas becas y residencias de arte en países muy diversos. ¿De qué manera han influido estas experiencias en tus creaciones?
Me he enriquecido con diferentes tipos de experiencias, pero no a través de becas sino de las personas con las que me he podido relacionar. Es interesante cómo puedes permanecer viva en todos esos países a través de tu obra.
¿Cuál sería el “papel de arte” para ti hoy en día?
Mis pinturas son mis autoretratos, sin ellos no existo. Sólo a través de una obra de arte pictórica puedo ser conducida a mi individualidad. Creo que una obra de arte pictórica tiene su origen en el espíritu, que se encuentra en un nivel más alto que cualquier otra obra de la naturaleza y, por lo tanto, la creación de este tipo de obra es equivalente a mi creencia de que soy capaz de construir el sistema de mi propio ser, un sistema que es opuesto al que se nos presenta. A través de los sentidos, una obra de arte visual existe por algo “no-sensorial”, por el espíritu que siente su propia necesidad como una carencia de su existencia.
En tu texto “I MYSELF AND ART” escribiste que a través del trabajo de arte pictórico has sido “capaz de crear tu propio sistema de existencia, un sistema opuesto al que es presentado ante nosotros”. ¿En qué sentido tu propio sistema es opuesto a aquel en el que vivimos?
Es mío, sólo mío. Estoy reviviendo gente que ya no está en este plano, jugando con otras personas en un sentido que no es posible en el mundo real. En mi mundo vida y muerte son el juego, el espectador es quien tira de las siluetas. Un dios personal.
En el mismo texto escribiste que “la tragedia es lo que enseña a un individuo a pensar su propia libertad y a actuar sobre esa base”, un tema al que le has dedicado tu obra y tu vida. También mencionas que “la dialéctica de la estética propicia paz entre destino y belleza, y es por eso que la belleza contiene un aura trágica”. ¿Piensas que las emociones positivas nos llevan a una “zona de confort” y que el arte tiene el poder de sacarnos de ahí, mostrándonos un camino diferente, más apegado a la verdad?
Para crear no es importante si la emoción es positiva o no, sólo se necesita tenerla, porque a través de ella es como se crea. El poder del amor también puede construir una pintura fuerte. Mi trabajo puede ser incluido bajo un tipo de expresión esquemática de mi vida interior, en toda su dramática turbulencia. En este sentido, mis pinturas se convierten en un espacio sagrado, un santuario en el que mi ego puede reclamar sus profundidades y la creatividad que se ha perdido en este mundo.
Mencionas un sistema de comprensión que aprendiste del filósofo rumano Emil Cioran. ¿Podrías explicar las bases de este sistema y cómo ha influenciado tu obra?
Me conmueve Emil Cioran, un filósofo rumano que tiene un sistema de comprensión que me obsesiona. Es su mérito que yo reciba respuestas a las preguntas que planteo. La relación entre Cioran y yo va más allá de la simple emoción. Gente como él puede penetrar el mecanismo de mi visión del mundo para fortalecerme en la renuencia y la “no aceptación” de la realidad tal como es presentada ante mí. En ausencia de este pensador jamás hubiera podido volverme consciente de mis miserias y la obligación de entregarme a ellas.
El propósito de mi trabajo es poner en duda la lógica de la realidad, y eso apunta a una consciencia de una realidad diferente. Con mi síntesis artística me esfuerzo para traer a la vida una realidad nueva, nunca antes vista, una más noble, sensible, emocionante y mucho más estética. Un mundo como este puede ser creado a través de una instalación ambiental que consiste en entidades visuales y sonoras muy demandantes. Los espectadores son atraídos a esa culminación, se vuelven parte de ella para irse emocionalmente enriquecidos. Entrar en mi mundo es mi juego hecho de lienzos de óleo que representan personas que ya no están en este mundo, a través de la luz con la que descubro las relaciones ocultas entre nosotros. Además del sonido, que es el reflejo de mi estado de ánimo.
En algunos de los videos de tu sitio web, por ejemplo en “Relations. Ambient Installation”, se muestra cómo otros elementos, como son las luces y el sonido, convergen en tu obra pictórica creando una experiencia más profunda y todo tipo de sensaciones físicas y emocionales. ¿Es esta la experiencia que describes como tu propio sistema? Y ¿cómo has encontrado la forma de fundir esos elementos con la obra?
Saco mi fuerza de lo no olvidado y de la capacidad de imaginar múltiples coexistencias de destinos. La presencia del anhelo por entender los decesos que permanecen indefinidamente entre nosotros, todas esas vidas que son muertes encubiertas, eso es lo que me lleva a la creación.
La vida que nos es presentada sólo es posible debido a las carencias y fallas de nuestra memoria. Mi vida imaginaria es la creación de una memoria vívida en la que sostengo la integridad del sufrimiento por el que he pasado. La imaginación es el fruto de mi monstruo de emociones. Como tal, tiene que avanzar hacia la confirmación de todo el sufrimiento y todas las perturbaciones del momento dado. ¿Podré sostener esta carga? Debo hacerlo.
Sé que es difícil para un artista poder hablar de la influencia de sus creaciones en la sociedad, pero si dependiera de ti, ¿qué tipo de legado querrías dejar al mundo a través de tu trabajo artístico?
La pregunta es si la curiosidad podrá llevarme a la capa más profunda de mi existencia. Y lo hará. No voy a ser capaz de amarme cuando suceda, lo puedo anticipar, pero será valioso para otras personas.
Hay una gran cantidad de artistas jóvenes tratando de ser exitosos y vivir de su trabajo, pero en México (y en otros muchos países, por supuesto) la relación entre arte y dinero está mal entendida. El arte no es considerado una prioridad, por el contrario, es presentado como un espacio elitista al que sólo unos pocos “iluminados” pueden acceder. ¿Qué aconsejarías a estos jóvenes (y no tan jóvenes) artistas?
Sucede lo mismo en todas partes. El poder de la persuasión es fundamental. Debes trabajar duro si buscas crear obras que lleguen a ser poderosas. El compromiso absoluto es lo que te guía a tu propio mundo.
