Fueron más de mil quinientas mujeres las reunidas este año durante el IX Encuentro Nacional Feminista Jalisco 2013, entre ellas se encontraban migrantes, campesinas, diputadas, regidoras, indígenas, jefas de familia, estudiantes, investigadoras, activistas y un sinnúmero de profesionistas más, todas con un objetivo en común: participar, opinar y analizar el papel de la mujer en el contexto actual de nuestro país.
La cita se dio en el Hotel Presidente Intercontinental los días 25, 26 y 27 de octubre del presente año en la ciudad de Guadalajara. La agenda contemplaba tópicos complejos y batallas que deben ocurrir si lo que se busca es avanzar en materia de género y equidad. Entre los más importantes, se discutió el preocupante tema del feminicidio en México, para el que incluso se formó un Tribunal Ciudadano con el fin de juzgar casos emblemáticos. Se habló también de la mujer y la salud, la discriminación salarial en la vida laboral, la educación, y el camino a seguir para lograr uno de los puntos claves: la paridad política.
Algunos desencuentros también se suscitaron entre los colectivos asistentes, específicamente entre los que tienen más años en el camino y que apuestan por una forma más institucional de marcar la ruta, y los grupos más jóvenes que consideran que la lucha se da cada día en las calles, en el trabajo, en la familia, en los movimientos sociales. La irreverencia y la pasión por sus distintas posturas terminó en una toma de tribuna dentro de la plenaria el segundo día de actividades, donde las últimas leyeron un pronunciamiento en el que proponían un encuentro autónomo, autogestivo y de libre pensamiento.
Otro de los puntos álgidos del IX Encuentro fue la marcha desde el monumento de la diosa romana, La Minerva, hasta la Plaza Liberación en el centro de la ciudad, con pancartas donde se podían leer frases como: “¡Vivas se las llevaron y vivas las queremos!” y “¡La mujer luchando también está educando!” Las participantes levantaron la voz y gritaron consignas como: “¡Esta marcha no es de fiesta, es de lucha y de protesta!”, mientras unidas, codo a codo, caminaban por la Avenida Juaréz.
El cierre del evento se realizó en un gran auditorio, las representantes de los estados leyeron sus pronunciamientos finales, seguidos de aplausos y coros de apoyo. A pesar de las diferencias y las distantes filosofías de vida; las mujeres y los feminismos, que cuando se reúnen en un solo sitio pudieran parecer revoltosos, estridentes, y con dificultades para llegar a consensos, al terminar el día buscan el mismo resultado y se entienden más allá de las formas, quieren transformar a México en un país más equitativo, darse la mano, liberarse del patriarcado y recuperar lo que se les ha negado por muchísimo tiempo, justicia e igualdad de oportunidades.