El pasado 5 de octubre, en la Expo Guadalajara, se realizó un merecido homenaje a uno de los hombres más importantes de Jalisco y, sin duda, el más importante y representativo de los tiempos modernos en México: Enrique Ibarra.
El maestro Enrique Ibarra cumplió 70 años de vida y 55 años de trayectoria política. En el marco de este homenaje tuve el honor de participar como coordinador logístico, gracias a la invitación del maestro Martín Almádez. Fue un encuentro entre amigos que nos llevó varios meses preparar y organizar, y aunque en dos ocasiones tuvo que posponerse por diversas situaciones del quehacer público, logramos contar con invitados provenientes de otros países y de todo México, sin dejar de mencionar a quienes lo acompañaron de todo el estado de Jalisco.
Reconocido como catedrático, historiador, político, entre otras, el maestro Ibarra se ha distinguido por replicar el apoyo que le brindaron desde niño dando oportunidades a jóvenes en todo el país. El fruto de su apoyo lo podemos observar reflejado en el grupo que gobierna actualmente, donde la mayoría de los principales actores políticos fueron alumnos suyos. Lo anterior es sólo un ejemplo de su presencia en múltiples escenarios, podríamos incluso decir que es el hombre más influyente en cuestiones políticas del occidente del país y seguramente uno de ellos a nivel nacional, no sólo en la agenda pública, sino en las incidencias, tendencias y el rumbo de nuestro México.
De raíces humildes -y no de la élite política y aristocrática de nuestro país- su buena estrella le abrió las puertas al maestro Ibarra, brindándole oportunidades de crecimiento y desarrollo desde el ámbito académico, profesional, personal y familiar. Su carácter noble, conciliador y bondadoso lo ha llevado al sendero del éxito, tal y como lo dijo Eurípides: “Los hombres más sabios son quienes hacen su propio camino”.
Celebramos el legado del maestro Enrique Ibarra, del cual aún falta bastante por descubrir y seguramente lo veremos por muchos años más con lo que resta de la administración estatal y lo que vendrá en los próximos procesos, ya que es bien conocido por formar cuadros políticos innovadores y frescos, además de su experiencia en cuestiones electorales respaldada por sus estudios en la materia y su amplia experiencia: fue tres veces diputado local y también tres veces diputado federal, además de alcalde interino en el gobierno de Guadalajara.
Acompañado de nuestro gobernador constitucional, Enrique Alfaro Ramírez, en el escenario y con Rocío López Ruelas como maestra de ceremonias, dio inicio el emotivo encuentro, recibiendo a Enrique Ibarra Pedroza en el escenario con un minuto de aplausos.
Dentro de las intervenciones contamos con: Lupita Gallo (su esposa), Juan Marull, Olivia Ibarra Pedroza (su hermana), Alejandro Ontiveros, el padre Tomás de Híjar Ornelas, el senador Dante Delgado, sus nietos y amigos.
Quienes no pudieron asistir, pero le enviaron un video felicitándolo fueron: Esteban Garaiz, Eduardo Andrade, Ricardo Monreal, José Woldenberg, Daniel Camacho, Roberto Zamarripa y Porfirio Muñoz Ledo.
Otras destacadas presencias en el auditorio durante el evento fueron: el senador Clemente Castañeda, la senadora Verónica Delgadillo, Hugo Luna y un sinfín de invitados (periodistas, dueños de medios de comunicación, líderes sindicales, empresarios y presidentes empresariales, líderes de todos los partidos políticos, entre otros).
Como mencionó en video el senador Clemente Castañeda: “Enrique Ibarra no ha dimensionado todavía el tamaño de su legado. Ha sido de manera activa, pero también de manera silenciosa, un maestro de la política y porque no decirlo, también de la vida”.
Cabe destacar que en toda la historia del estado de Jalisco no se contaba con algún referente o precedente de un homenaje o actividad similar, por lo que nos enfrentamos a un gran reto partiendo desde cero, pero poco a poco se fueron sumando familia y amigos para, en conjunto, hacer de éste un evento inolvidable que marcó un antes y después en el ámbito político para todas las esferas, desde los municipios, los estados que conforman y le dan identidad a nuestro país, hasta el mismo gobierno Federal en todos los poderes.
No me queda más que agradecer la oportunidad de formar parte de su equipo, aprender y poder poner en práctica día con día lo que el mismo maestro nos enseña y nos transmite, no siempre con palabras, muchas veces con su silencio o una respuesta corta, pero contundente.
Quizá para algunos que desean ser estrellas fugaces en la política, subir como la espuma es lo más gratificante, pero cuando tienes un maestro como Enrique Ibarra Pedroza entiendes que esperar, actuar en silencio, tener paciencia y hacer lo correcto incluso cuando nadie te ve, se vuelve un principio básico que, más que una rutina, se convierte en un modus vivendi.
Quienes buscamos una oportunidad y damos lo mejor de nosotros cada día para obtenerla y merecerla, vemos en el maestro una verdadera inspiración, donde quizá nuestro tiempo llegará y lograremos lo que tanto anhelamos: ser parte de la solución y hacer la diferencia.
Gracias, maestro Ibarra, es un orgullo ser Ibarrista.