Los resultados que obtuvo México no pueden considerarse positivos en comparación con los logros obtenidos por otros países que sí han invertido en programas deportivos y sus atletas
Los Juegos Olímpicos de París 2024 nos dejaron muchas reflexiones en lo deportivo, en lo económico y lo social. El deporte siempre es y seguirá siendo un buen parámetro para medir el progreso y también la capacidad de cada nación, y esta justa olímpica no fue la excepción.
París es la segunda ciudad en la historia, después de Londres, en albergar tres veces los Juegos Olímpicos, de 1900 y 1924, por lo que tuvieron que pasar más de cien años para que la capital francesa tuviera este privilegio. En la edición de 1924 participaron 44 naciones en sólo 17 disciplinas. Desde entonces Estados Unidos dominó el medallero y los diez primeros lugares pertenecieron sólo a países europeos. En contraste, en París 2024 hubo 320 eventos distribuidos en 32 disciplinas, participaron 206 países con más de 10,714 atletas provenientes de todos los continentes.
Hay varias formas de interpretar y entender los resultados deportivos obtenidos en París 2024. Por una parte, hay dos países que destacan del resto: Estados Unidos y la República Popular de China, empatados en el número de medallas áureas con 40. Desde esta perspectiva, el mundo sigue siendo bipolar, con dos países que compiten intensamente por el primer lugar mundial, con la única diferencia de que China ha sustituido a la Unión Soviética.
Estados Unidos siempre ha sido el primer lugar en el medallero en todos los Juegos Olímpicos y en Paris 2024 no fue la excepción; sólo en Beijing 2008 quedó atrás del anfitrión. No hay duda de la capacidad deportiva estadounidense, cuyos atletas no sólo han ganado el mayor número de medallas olímpicas en toda la historia, sino que también poseen la mayoría de los récords olímpicos y mundiales históricos y actuales.
Para la República Popular de China el deporte es un aspecto más donde el sistema puede mostrar la fortaleza del régimen. Cada cuatro años los Juegos Olímpicos representan la oportunidad perfecta para demostrar al mundo la superioridad de sus atletas y mantener una competencia directa con Estados Unidos. El Partido Comunista se ha obsesionado con los primeros lugares del medallero y esto se comprueba en los resultados de los últimos eventos olímpicos. China siempre ha sido dominante en algunas disciplinas, como bádminton, tenis de mesa, natación artística, clavados y gimnasia; sin embargo, ahora es competitiva en prácticamente todas las disciplinas, ya que en estos Juegos Olímpicos obtuvieron los primeros lugares en halterofilia, natación, boxeo, tiro, natación artística y sorprendentemente, la medalla de oro en la final de tenis femenil. De hecho, en estos Juegos Olímpicos China se convirtió en el primer país no europeo en conseguir el oro olímpico en gimnasia rítmica. A diferencia de Estados Unidos, donde el seguimiento deportivo y la formación de los atletas se debe en gran medida a las universidades, en la República Popular prevalece un esquema centralizado y planificado, al igual que su economía.
En Londres 2012, Tokio 2020 y París 2024 la República Popular de China obtuvo el segundo lugar del medallero y la rivalidad con Estados Unidos cada vez se cierra más. En Río 2016 el gigante asiático obtuvo 26 medallas de oro frente a las 46 de Estados Unidos; sin embargo, en Tokio 2020 la diferencia fue de una medalla de oro, mientras que en París 2024 quedaron igualados con el mismo número de presas doradas.
Por otra parte, la realidad es que el medallero histórico sí ha sufrido cambios en comparación con los lugares que se obtenían hace 20 años. Por ejemplo, Japón y Australia superaron en esta edición a Países Bajos, Gran Bretaña y Francia, país que, a pesar de ser el anfitrión, apenas y alcanzó el quinto lugar del medallero general, mientras que Corea de Sur, ubicado en la octava posición del medallero, está por encima de Italia y Alemania.
En este sentido el mundo deportivo es más multipolar que nunca, donde dos países asiáticos, China y Japón, se encuentran por encima de cualquier país europeo. De hecho, en Tokio 2020 estos dos países obtuvieron la misma posición en el medallero general ocupando el segundo y tercer lugar, respectivamente. Sorprende que en París 2024, por primera vez en la historia, no hubo un país europeo en el top 4 del medallero general.
La multipolaridad en el deporte también se demuestra cuando cada vez hay más países del tercer mundo que alcanzan los primeros lugares. A continuación, mencionamos algunos casos que ejemplifican lo anterior: Letsile Tebogo obtuvo para Botsuana, país africano, su primera medalla de oro, superando al favorito Estados Unidos en la prueba de 200 metros en atletismo; Julien Alfred obtuvo para Santa Lucía la primera medalla en la historia de la isla caribeña y fue de oro, coronándose en la prueba reina del atletismo, los 100 metros planos; Thea Lafond ganó la prueba del salto triple femenil, dando a República Dominicana la primera medalla en su historia, y también fue de oro; Adriana Ruano consiguió para Guatemala el primer lugar del podio, convirtiéndose en la primera deportista de su país en alcanzar este lugar; finalmente, David de Pina alcanzó el bronce, convirtiéndose en el primer medallista de Cabo Verde, país africano.
No obstante, ocupar los primeros lugares sigue siendo una cuestión de élite deportiva, ya que al finalizar las dos semanas de competencia de Paris 2024 al menos 115 países no obtuvieron ninguna medalla, 64 de ellos nunca han obtenido una en toda su historia, entre los cuales dominan los países africanos, caribeños, centroamericanos y de Micronesia.
En competencias de este nivel, el éxito deportivo depende desde luego de la constancia, la preparación y la capacidad física y mental de cada una de las personas atletas, pero la verdad es que tampoco hay resultados mágicos, por lo que todo seguimiento deportivo debe estar acompañado del apoyo gubernamental. Por ejemplo, si Estados Unidos es dominante en el medallero es porque es el país que más recursos invierte en sus atletas y programas deportivos. Por lo tanto, hay una importante correlación entre los países cuya economía es más poderosa y el número de medallas que obtienen en cada justa olímpica.
Definitivamente los países que tienen un mejor PIB nacional dedican más recursos al ámbito deportivo y, por lo tanto, ganan más medallas olímpicas, ya que pueden tener mejores instalaciones, más programas de educación deportiva, mejores entrenadores, etc. Por ejemplo, según el Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos y China son los primeros lugares en el ranking de los países por su PIB nominal y, desde luego, también son los mejores en el ámbito deportivo mundial sin discusión alguna. En esta destacada lista siguen Alemania, Japón, Reino Unido, Francia e Italia, que también ocupan los primeros lugares en la lista del medallero de París 2024 y de la prestigiada lista del FMI.
Sin embargo, esta regla no se cumple completamente en el caso de países como la India y México, ya que mantienen una correlación negativa con respecto a su PIB nominal. De acuerdo a los mismos datos del FMI, India es la quinta economía del mundo y México la doceava; no obstante, nuestro país ocupó el lugar 65 con cinco medallas (tres de plata y dos de bronce), mientras que la India se fue hasta el lugar 71 con seis medallas (una de plata y cinco de bronce) de 84 países posibles que consiguieron al menos una medalla en París 2024.
Otro ejemplo, Brasil es la economía latinoamericana mejor posicionada de la región en el noveno lugar, le sigue México en la ya mencionada doceava posición. Sin embargo, la diferencia es abismal en el ámbito deportivo, ya que Brasil consiguió 20 medallas (tres de oro, siete de plata y 10 de bronce), lo que le ubicó en la posición 20 del medallero general. Por si esto no fuera suficiente, hubo países con un PIB más débil que el de México que consiguieron una mejor posición que nosotros, como Cuba, Jamaica, Ecuador, Argentina, Chile, Santa Lucía, República Dominicana, Guatemala y Dominica.
En contraste, hay países que tuvieron una correlación más que positiva en estos Juegos Olímpicos, son los casos de Corea del Sur y Australia, países que se ubican detrás de México en el ranking del FMI en los lugares 13 y 14, respectivamente, pero que en París 2024 obtuvieron el cuarto y octavo lugar, Australia con 52 medallas y Corea del Sur con 32. Sorprende aún más el caso de Nueva Zelanda, ubicado en el lugar 11 del medallero, pero cuya economía es la 53.
Así que, por donde se le quiera analizar, los resultados que obtuvo México no pueden considerarse positivos en comparación con los logros obtenidos por otros países que sí han invertido en programas deportivos y sus atletas. Si bien la disponibilidad de mayores recursos económicos y financieros son determinantes en los éxitos deportivos olímpicos, esto definitivamente no garantiza que los países inviertan de forma adecuada en programas de alto rendimiento y apoyos para los atletas, como sucede en el caso de nuestro país y la India.
México debería aprender de la experiencia de otros países para mejorar sus resultados deportivos en todas las competencias y en todos los niveles. En el deporte, como en muchos ámbitos de la vida nacional, no puede existir simulación porque simplemente el medallero no miente, y París 2024 no fue la excepción.
Afortunadamente hay deportes que se mantienen y siguen dando medallas a nuestro país, como los clavados, el boxeo y el atletismo, disciplinas que representan el 53 por ciento del total de medallas históricas. México participó por primera vez en los juegos de París 1900 y desde entonces acumula 13 oros, 27 platas y 38 bronces, una cosecha pobre para un país que ha participado en 25 Juegos Olímpicos de verano.
Cada cuatro años se repite la misma historia: se tienen grandes expectativas por el gobierno en turno, sea del PAN, del PRI o de Morena, pero los resultados siguen siendo los mismos. México tuvo su mejor desempeño cuando fue anfitrión de los Juegos Olímpicos con nueve medallas (tres de oro, tres de plata y tres de bronce) y desde entonces no se ha podido superar esta marca. En tanto no haya un cambio en el enfoque deportivo y la cultura física que empiece desde las escuelas y las universidades con un seguimiento adecuado por parte del Estado, los resultados seguirán siendo los mismos.