El 8M no es un día de celebración, sino de memoria y resistencia, una oportunidad para destacar los logros alcanzados gracias a la organización y resistencia de las mujeres.
La lucha feminista es una representación del importante papel que juega la mujer juega en la vida diaria.
Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y el mundo se detiene por un instante para escuchar la voz de quienes, durante siglos, han sido silenciadas. No es un día de celebración, sino de memoria y resistencia. Es la herida abierta de las que ya no están, el grito incansable de quienes exigen justicia y el eco de todas aquellas que, desde el anonimato, han transformado la historia.
En la Ciudad de México, como en cada rincón del país, las mujeres han sido el pilar de la comunidad, la fuerza detrás de los movimientos sociales y la esperanza de un futuro más justo. Sin embargo, su camino ha estado marcado por desafíos: violencia estructural, desigualdad y una lucha constante por el derecho a existir en un mundo que aún se resiste a reconocerlas plenamente.
El 8M es un día donde varias personas, partiendo desde la ignorancia, nos festejan y celebran por el hecho de ser mujeres. Es un día de júbilo, de gozo, donde los medios de comunicación ponen el foco en nosotras, donde hay flores y corazones, donde nos aplauden y reconocen nuestra lucha, donde la mayoría reclama para poner un alto a las injusticias y violencias que vivimos; un día que es “nuestro día”, en el que todo el mundo nos ve, todo el mundo nos ama… Pero pasando estos momentos, estas horas, este día, volvemos a nuestra realidad: volvemos a la precarización de servicios básicos, volvemos con los turnos dobles o triples, volvemos a los golpes y las humillaciones.
El 8 de marzo es un día para visibilizar las violencias y desigualdades que aún enfrentamos las mujeres en todo el mundo: la brecha salarial, la violencia de género, la falta de acceso a la educación y la salud, y muchas otras formas de discriminación. También es una oportunidad para destacar los logros alcanzados gracias a la organización y resistencia de las mujeres en distintos ámbitos.
Cada 8M, las calles se llenan de voces que exigen un mundo más justo, donde ser mujer no implique riesgo, desigualdad o silencio. Es un recordatorio de que la lucha continúa y de que el cambio sólo es posible con el esfuerzo colectivo.
Los avances han sido fruto de años de organización y de lucha. Gracias a esto, se han logrado refugios para víctimas de violencia, campañas de concientización y redes de apoyo comunitarias. Sin embargo, la deuda sigue pendiente: la seguridad, el acceso equitativo a oportunidades y el respeto a nuestros derechos aún son luchas que se renuevan cada día.
La lucha feminista está relacionada totalmente con la política, ya que se busca influir en las decisiones gubernamentales y legislativas presionando a las actuales autoridades para que aprueben leyes y políticas que promuevan y cubran las necesidades de las mujeres.
Así mismo, se busca que las mujeres realmente tengamos una representación en los cargos políticos y de toma de decisiones, y que estas mujeres que tendrán voz y voto apoyen y promuevan la asignación de recursos y financiamientos a programas y servicios que apoyen a las mujeres y niñas, así como a refugios para víctimas de violencia de género, programas de educación y capacitación, y acceso a educación sexual.
La lucha feminista es una representación del papel tan importante que la mujer juega en la vida diaria, tanto en la esfera personal como en la sociedad en general. A continuación, se presentan algunas de las razones por las que la mujer es importante en el día a día de la sociedad:
- Cuidado y nutrición: las mujeres suelen ser las principales cuidadoras de los hijos, los ancianos y las personas con discapacidad al brindar apoyo emocional y físico.
- Contribución económica: las mujeres participan activamente en la fuerza laboral y contribuyen al crecimiento económico y al bienestar de sus familias.
- Educación y formación: las mujeres desempeñan un papel crucial en la educación de los hijos transmitiendo valores, conocimientos y habilidades.
- Diversidad y riqueza cultural: las mujeres aportan perspectivas y experiencias únicas, y enriquecen la diversidad cultural y social.
- Innovación y creatividad: las mujeres están detrás de numerosas innovaciones y logros en campos como la ciencia, la tecnología, el arte y la literatura.
- Participación ciudadana: las mujeres participan activamente en la vida cívica contribuyendo a la toma de decisiones y al desarrollo de sus comunidades.
- Modelos a seguir: las mujeres inspiran a las jóvenes demostrando que es posible alcanzar metas y superar obstáculos.
- Agentes de cambio: las mujeres pueden ser agentes de cambio en sus comunidades trabajando para mejorar la calidad de vida y promover la justicia social.
- Cuidado del medio ambiente: las mujeres suelen ser las principales cuidadoras del medio ambiente trabajando para proteger los recursos naturales y promover la sostenibilidad.
- Promoción de la salud: las mujeres pueden promover la salud y el bienestar en sus comunidades trabajando para prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida.
- Fomento de la educación: las mujeres pueden trabajar para mejorar el acceso a la educación y promover la alfabetización en sus comunidades.
- Apoyo a las víctimas de violencia: las mujeres pueden brindar apoyo a las víctimas de violencia trabajando para proporcionar refugio, asesoramiento y justicia.
- Promoción de la igualdad de género: las mujeres pueden promover la igualdad de género en sus comunidades trabajando para eliminar la discriminación y promover la justicia social.
En resumen, la mujer es fundamental en la vida diaria porque aporta una perspectiva única, además de habilidades y fortalezas que benefician a las familias, las comunidades y la sociedad en general.
Por estas y más razones, se busca tener equidad en las situaciones de la vida donde la mujer se ha visto gravemente reprimida. Llevamos toda una historia de desventaja y es momento de que demostremos de lo que somos capaces. Nosotras no tenemos que aplastar a nadie para brillar porque entre nosotras nos vamos jalando, porque si una puede, la otra también. Juntas haremos escaleras para que todas alcancemos nuestras metas y todos nuestros esfuerzos y trabajos sean recompensados.
El 8M es un día para hacer visibles nuestros derechos, pero esto no debe ocurrir solo un día, sino los 365 días del año. Que se escuche fuerte que queremos tener el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, a caminar libres y seguras por las calles, a que nuestros cuerpos no sean tratados como mercancías; queremos ser tratadas como personas, no como objetos.
Estas palabras son un homenaje y una reflexión sobre la lucha de las mujeres, sobre su resistencia cotidiana y su inquebrantable determinación de cambiar la realidad. El 8M no es sólo una fecha en el calendario, es el latido de una lucha que sigue y que no se detendrá hasta que la equidad deje de ser una promesa y se convierta en una realidad.
Este 8M, nadie se quedará en silencio. Las calles se llenarán de pasos firmes y voces que recuerden que el cambio es imparable porque la lucha de una es la lucha de todas. En cada rincón de este país hay una historia de resistencia que merece ser contada y, después del 8 de marzo, seguiremos luchando por ti, por mí, por todas.